El desconocido no dejaba de observarnos. Cuando llegamos a las clases de entrenamiento físico encontramos a un señor de unos setenta años charlando con Kyle. En las semanas que llevábamos viviendo en la academia, nunca lo habíamos visto y no teníamos idea de quién era, excepto por el hecho de que él vestía un elegante traje negro, lo cual nos daba una pequeña pista: pertenecía a la Corte Real, y debido a ese simple hecho no necesitó poner una espada en mi cuello para intimidarme.
―¿Quién cree que sea?
―No lo sé, aunque estoy seguro de que no nos viene a invitar a una fiesta ―respondió Lockwood a mi pregunta.
Nos callamos en cuanto Aspen comenzó a aproximarse al grupo.
―Todos préstenme atención. En vez de competir entre ustedes hoy competirán contra mí ―advirtió él.
―Me ofrezco para ir primero ―se adelantó a decir Red.
«Claro que lo haría»
Deprisa, superé el intento fallido de relación con Lucien, pese a que al principio su toque frío me provocó quemaduras de tercer grado, estas sanaron. Disfruté cada segundo de la pelea, ya que Aspen consiguió darle una paliza. Luego fue el turno de Finley.
―¿Soy yo o nuestro profesor tiene cierta preferencia hacia White? ―comentó Cedric debido a que Kyle disminuyó su dureza en el combate, como si tuviera miedo de algo, de lastimarlo.
―¿Como usted con Diamond? ―contraataqué en broma.
Yo prestaba atención a lo que ocurría a mi alrededor. A Cedric le agradó Emery al no leer los expedientes. Cuando se enteró de que era lesbiana tuvo que sacar los soldados que mandó a un campo de batalla donde no había ninguna guerra. Ahora, se notaba por cómo miraba a Prudence y cómo intentaba hablarle que mínimamente le gustaba; no podía decir lo mismo de ella.
―¿Igual que usted con Stone? ―replicó y tuve que morderme la lengua.
No le pregunté cómo lo supo. Quizá no era el mejor dentro del aula, no obstante, él siempre lograba enterarse de cosas que nadie más sabía.
―Me ofende esa acusación ―mascullé, agradecida de no tartamudear en busca de una excusa de emergencia―. Por el bien de la convivencia, él y yo estamos tratando de ser discretos respecto a nuestro odio mutuo. Los que nos ven podrían pensar que somos amigos.
―Cercanos.
―No entiendo de qué me habla.
―No se preocupe. Lo que sucede en la academia, se queda en la academia. Yo no hablaré de ello con nadie si usted hace lo mismo ―aseguró en un tono confidencial.
―Ok. Esto no implica que lo esté admitiendo ―farfullé antes de que llamara mi nombre.
Con mucho esmero, le gané al instructor, lo que aumentó un poco mi ego; y así uno por uno combatimos, como si tuviéramos que demostrar nuestro potencial a ese desconocido. Finalmente, Cavanagh se encargó de develar su identidad con una sonrisa de oreja a oreja que espantaba al estar en su rostro.
―Les presento a Patrick Black.
El representante de la Realeza Oscura con la cara tan arrugada que parecía tener una mascarilla sobre la piel, la estructura ósea pequeña, los ojos grises como una nube tormentosa y el pelo tan blanco como el atuendo de Finley, dio un paso al frente.
―Gracias, Luvia. Bueno, además de hacerles una breve visita a ustedes y a sus compañeros de otros años, mi presencia aquí hoy se debe a que he venido a informarles que su primera gala ante la Nación se realizará dentro de dos semanas ―habló Black y su voz no titubeó en ningún instante.

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Construidos
Science FictionDinastía decapitada I "Si el amor te lastima, solo apaga tu corazón. Literalmente." Tras prohibir cualquier tipo de sentimiento, el reino se ha consolidado en el 2084 y está dividido por los clanes dirigidos por las familias de élite con la suprema...