Día 7

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Cada mañana, cuando el despertador suena, es muy fastidioso que los profesores no acepten la excusa del "corazón roto" para faltar o no hacer los trabajos. Desearía poder perderme en mi almohada y en las lágrimas de la noche anterior. Desearía volverme pequeña y olvidar los problemas, olvidar todo, excepto a ti. Cómo puedo seguir pensándote cuando tú podrías no estar haciéndolo, o tal vez si. Pero cada vez hablamos menos como para saberlo. 

Hace unos días se acabaron las miradas cargadas de complicidad cuando estábamos a tan solo unos metros de volver a tocarnos las manos, besarnos el rostro y amarnos. Cuánto desearía haber podido amarte más fuerte, mucho más. Te abrazaría miles de veces si supiera que lo nuestro iba a acabar muy pronto, te tomaría más veces de la mano y besaría el interior de tu palma, te abrazaría más veces para perderme en tu calor. 

Pero no cuenta desearlo. 

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