9.-Yoongi

87 8 1
                                    

-Oye. Deberías dejar de caminar y venir a mis brazos pequeño gato lechoso. - soltó con liviana y comprensiva sonrisa la pelirosa después de haberle retirado uno de sus audífonos.

-Irena?-preguntó sorprendido. -Que te trae por estos lados? - aún sin creerlo se quito el otro audífono con la basta intensión de escucharle mejor.

-No lo sé, tal vez sea por que es tu cumpleaños grandicimo genio. - choco su dedo índice con suavidad sobre la cabeza del menor para después extender sus brazos. -Ven a mis brazos ahora o te pateare el tracero por hacer que mis manos se cansen de tanta espera. - expresó con graciosas amenazas, algo realmente típico en ella.

Yoongi sonrió y solo le tomó algunos cortos segundos en alcanzar los brazos de la pelirosa logrando fundir a ambos en un cariñoso abrazo; transmitiendole consuelo y muchísimo amor.

[...]

-Y entonces ella me dijo "estas jugando conmigo?" y me termino, en ese momento no se si quería realmente llorar o burlarme de su reacción. - menciono para después hecharse en boca un trozo de carne.

- Esto es broma ¿sierto? - se río aún con la boca llena mientras la pelirosa negaba entusiasmada. -Por qué diablos no vi eso? - menciono gracioso para después sorber de su bebida con un popoteo.

-JA! Yo se que me amas no es necesario que me lo demuestres tanto- dijo humilde casi logrando que Yoongi escupiera lo que hace segundos había introducido en su boca. Ella sólo se carcajeo.

-Tu acaso quieres que muera ahogado?! Esto es demasiado para mi - trato de aguantar la risa colocando las puntas de sus dedos entre sus cejas.

-Tranquilo yo comprendo tu amor por las pijas- su seriedad se fue al carajo con la risa que soltó ante aquel comentario. También atrajo algunas cuantas miradas entre ellas se encontraban algunas en especial.

Sin embargo.

-Acercarse a mi calor que no muerdo ¡SOY ÉL MONSTRUO DE LOS BESOS!- aquella chica lo mantenía encerrado en un mundo donde los demás no importaban, donde todo era corazones y brillitos.

-PARA! DETENTE! ME ASES COSQUILLAS! MININA! SIENTO QUE NO RESPIRO- soltó encantado y risueño, era tan bonito recibir de vez en cuando exceso de mimos que ni siquiera el se daba cuenta de cuánto le hacían falta ese tipo de seciones en su vida.

Y si bien dicen:

"después de la tormenta viene la calma"

Aún que uno nunca sabe cuantas veces vendrá la tormenta.

Ai ajuns la finalul capitolelor publicate.

⏰ Ultima actualizare: Jul 19, 2020 ⏰

Adaugă această povestire la Biblioteca ta pentru a primi notificări despre capitolele noi!

PSICOPATA🔼MIN YOONGIUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum