capitulo 2

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La estupefacción en sus rostros no tenía precio para ninguno de los recién llegados. Al quitarse las máscaras todos cayeron en cuenta que las cosas han cambiado, que aquel que fue su amigo ya no era el mismo.

-_"vaya, vaya, vaya... así que está es la gran clase E_."- hablo el pelinegro al ver que su alumno no se dignaba a hablar.

El peliceleste dio cuatro pasos adelante, y sin siquiera prestarle atención a la sorpresa de su antiguo mejor amigo, alzó su arma y apuntó hacia Okuda, está por reflejó retrocedió.

Nadie se crei lo que veían, Nagisa quería matar a Okuda.

El dispara sono, nadie se había movido ni un centímetro, algunos gritos y exclamaciones de sorpresa eran escuchados, pero ello no detuvo el golpe seco que se escuchó, el suelo del altar se mancho totalmente de rojo.

El rostro de miedo de Manami sólo causó una sonrisa satisfecha en Nagisa. Ahí en el altar se encontraba un cuerpo sin vida, inerte, de uno de sus enemigos.

-_"veo que han perdido práctica_."- hablo de los más relajado el peliceleste.

Se sentía satisfecho, le gustaba que le tubiesen miedo, le gustaba porque se sentía poderoso sentia que podía controlar todo, controlar a todos.

-"_Nagisa... ¿por-porque?..._."- hablo Akari, que no concebía la idea de ver a su antiguo amor mancharse las manos de sangre.

-"_hola... kayano-chan_."- ahora la estupefacción en verdad no les cabía, no sabian como demonios el peliceleste podia sonreir en una situación así. Y menos de una manera tan fría, sin emoción, sin sentimiento. Sólo palabras.

-"_¿les parece si entramos y les explico la situación?_."- esta vez hablo inexpresivo, se estaba empezando a artar de la misma expresión de todos.

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Como en un principio todos miraban con gran sorpresa y confusión al peliceleste, que no hacía más que tomar una taza de té, sentado con las piernas cruzadas y sin expresión alguna. A su lado se encontraba su maestro observando con gran detenimiento a cada uno de los presentes con una sonrisa que nadie supo interpretar.

-"_... Nagisa..._."- la mirada de todos paro en la imponente figura del pelirojo que miraba con rabia al chico sentado en los sillones individuales de la gran suite.

-"_Akabane Karma_."- mención el anterior mencionado dejando de lado su té, mientras que karma no hacía más que sorprenderse ante la formalidad.

Todos estuvieron apunto de pegar el gritó al cielo al escuchar la manera en la que lo llamo y no sólo eso, si no tambien su tono de voz.

-"_¿por donde debería de empezar?_."- pregunto Nagisa pensativo, mientras su maestro sólo podía sonreír y negar con la cabeza por la actitud de su pupilo.

La puerta fue abierta de golpe causando el susto de todos los presentes, encontrando así a una mujer joven, castaña y de unos hermosos ojos color miel.

-"_Nagisa... volviste_."- hablo la chica totalmente agitada, todos la miraban en espera de una explicación de su parte, pero lo siguiente acontecido sólo los dejo aún más confundidos.

La chica corrió hacia el y lo abrazo como si se fuese a ir si se atrevía a soltarlo, Ella de puso a revisarlo de pies a cabeza preguntando reiteradas veces '¿estas bien?' '¿no te hicieron nada?' '¿no estas herido?'

Y cosas parecidas, sin embargo eso no fue lo que los dejo totalmente confundidos, sino es que por primera vez en toda la noche, Nagisa sonrió de verdad, una sonrisa sincera y resplandeciente como el mismo sol, tan diferente a la que les había mostrado a ellos.

Ya No Somos Los Mismos Where stories live. Discover now