capitulo 5

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La adrenalina recorría su cuerpo como si hubiese sido inyectada en su sangre, el dolor en su pierna iba creciendo conforme el tiempo hiba pasando, sólo tenía un lugar donde acudir, el único en donde esa loca no lo encontraría.

-"_Sr. Horibe... estamos llegando_."- le informó Su chofer, un joven de cabellera rubia.

Itona no recordaba tener un chofer con esas características. Pero ello no le interesaba.

La bala incrustada en su pierna era suficiente distracción como para fijarse en detalles.

Después del ataque que su empresa sufrió salio lo más rápido que podía, sólo recuerda reconocer a una que otra persona del escuadrón 14. No sabe como fue que se convirtió en su nuevo blanco, sólo sabe que el enemigo cada vez es más fuerte.

El auto se detuvo, recobrando conciencia en la actualidad, salio del auto sin mirar atrás, demostrando la determinación y orgullo que se habían forjado en el durante estos dos últimos años.

Dos años en los que las cosas cambiaron, todo cambio, las personas, los enemigos, en especial aquellos que alguna vez fueron aliados, hoy eran los enemigos.

La puerta de la gran mansion en frente del peliblanco se abrió de golpe, dejando al descubierto a siete personas, extrañamente para el todas eran las que alguna vez fueron sus compañeros de clase.

-"_¿se puede saber, que demonios hacen ustedes aquí?_"- pregunto con una autoridad que nadie conocía, que nadie fue capaz de ver alguna vez en el.

Itona ya no era el mismo, Itona ya no era el mismo Itona de antes.

-"_Itona, ¿porque no nos lo dijiste? ¿porque nos lo ocultaste?_."- pregunto Isogai, la decepción infiltrandoce por su voz, dejando ver lo decepcionado que estaba del peliblanco, y también de el mismo, por no haber podido ayudar más a los que considera su familia.

-"_¿realmente quieres saberlo?_."- pregunto con voz ronca al recordar todo lo que le sucedió a su amigo, como tu propia familia es capaz de traicionarte de la peor forma posible.

El azabache estaba dispuesto a contestar, a preguntarle lo que estaba sucediendo aquí, el porque tanto odio, el porque tanta sangre derramada. Estaba dispuesto, sin embargo un estruendo lo interrumpio, y seguido de ello un gritó.

-"_¡¡ITONA!!_."- el gritó rezono por toda esa mansión, el nombrado corrió importandole poco el dolor que le recorrió en su pierna herida; entro abriéndose paso entre los presentes, que miraban atónitos la preocupación plasmada en su rostro.

La preocupación se redujo al asombro al ver como dos rubios dueños de la mansión, estaban amarrados a unas sillas y le miraban con ojitos de borrego degollado, cabe recalcar que el ojiazul estaba tirado en el suelo.

-"_¡Amorcito!, al fin llegaste no sabes cuanto te extrañe, desatame_."- a pesar de que al principio su voz sonaba dulce la última palabra salio con rabia y rencor. Se sentía como el más grande imbécil al dejarse atrapar por una pandilla de novatos, pero lo peor es que no podía lastimarlos, ¡lo matarían si lo hiciera!.

-"_ ¿como lograron amarrar a estos dos?_."- pregunto con diversión al imaginarse a todos ellos corriendo tras los gemelos.

-"_itona, mi querida ironía de mi vida, la adoración de mis ojos, la belleza encarnada, con tus ojos iluminas mi vida y después la tiras a la basura, el corazón más podrido que no e conocido..._."- el rubio ojitos verdes hubiera seguido con su monólogo declarandole su amor al peliblanco, pero este mismo le cortó antes de que siguiera con su tonteria.

-"_Allan dejate de tus idioteces y dime, ¿que fue lo que paso?_."- exigió el peliblanco al borde del colapso, ese día realmente había sido agotador.

Ya No Somos Los Mismos Where stories live. Discover now