Love Me [◇JinTae/TaeJin◇]

~ 17 ~

—No puedo quitarme de la cabeza la forma en la que me miró —comentó, afirmado en el pecho del mayor—. Como si... Como si yo le provocara asco —musitó, limpiándose el rostro otra vez.

—Tal vez nos equivocamos al creer que era bisexual —sugirió Taehyung, en un intento de consolarlo.

Todavía lo sostenía en sus brazos. Jungkook parecía un cachorrito asustado, cómodamente instalado en su calor, sollozando de a ratos. Ambos llevaban casi todo el día en la cama.

Eran las seis de la tarde. Después de escuchar la historia de cómo Jimin llegó a su hogar, la conversación que tuvieron y como eso desencadenó aquel "error", el pelinegro pudo calmarse para dormir un par de horas.

Sabía que llamar a su amigo a mitad de la noche era desconsiderado, pero no pudo evitarlo. Con él podía sentirse seguro y contenido, así que tan pronto lo vio atravesar la puerta de entrada, corrió a refugiarse en sus brazos.

—Lo siento. Por despertarte y hacer que vinieras.

—No pidas disculpas. Sabes que siempre voy a estar para ti.

Por supuesto que lo sabía. Taehyung jamás lo dejaría solo. Sonrió, antes de volver a acurrucarse contra su ropa.

—No debimos faltar a clases. Mañana tenemos examen.

—Razón de sobra para descansar bien, ¿No te parece? —sus grandes manos le acariciaban la espalda—. Además no creo que una simple clase haga mucha diferencia.

—Hoy pareces optimista —levantó la vista hacia él—. Eso me gusta.

—Si soy sincero, ya me resigné —resopló con una risa leve.

—¿Qué?... ¿Entonces no crees que puedas pasar el de mañana?

—No, Kook. Estoy jodido —suspiró, cubriéndose el rostro con cansancio. Podía imaginar perfectamente la decepción en la mirada de Hoseok, así como las palabras de aliento que le daría Seokjin. Ninguno entendía que él jamás llegaría a ser profesor.

—Taehyung... Vamos... Te he visto trabajar seriamente estas últimas semanas, ¿De verdad crees que estás tan mal?

—Me faltan como cuatro unidades que todavía ni sé de qué tratan —explicó—. Necesitaría de un milagro para alcanzar el puntaje mínimo. No sucederá, así que no me hago ilusiones.

—Pues tu milagro tiene nombre y apellido. ¡Yo! —Se escabulló de su agarre y se arrodilló sobre el colchón, frente a él—. Vamos a estudiar juntos hoy. Y antes de que pongas la excusa de que no puedes concentrarte —se adelantó a hablar—, vas a escuchar mi propuesta.

Taehyung sonrió mientras negaba con la cabeza.
—Solo tú querrías desperdiciar las últimas horas antes de un examen con alguien como yo.

—No eres un desperdicio. Te ayudaré, y tú harás lo mismo conmigo.

—¿Esa es tu brillante propuesta?

—Pero ahora usaremos otro método. Siempre nos centramos en los libros, resúmenes y cuadernos, ¿Correcto? Esta vez implementaremos una nueva forma de estudiar —su tono se volvió serio, y se limpió las mejillas apartando todo rastro de lágrimas—. Creo que las cosas son mucho más sencillas si alguien puede contarlas como si se tratara de una historia. A todos nos gusta escuchar historias de vez en cuando, así que esto será parecido. Voy a contarte de qué tratan los temas que no estudiaste, y me servirá de repaso. Luego, tú me hablaras sobre lo que has aprendido —explicó.

El mayor lo miró con dulzura. Que su amigo pusiera empeño en ayudarle después de haber tenido un día difícil le parecía tierno.
—Entendido —respondió. Y luego se acomodó cruzando las piernas para oírlo.