Extra: Bebé

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Aclaración: Esto sucede antes que Laura y Luna

Peter miró su reflejo, buscando algo en su cuerpo que le diera algún tipo de señal de su estado, los mareos no habían cesado desde hacía un par de semanas y el asco que había adquirido por los champiñones no era normal, así que ahora buscaba alguna pista que confirmara las idiotas teorías que se había planteado, hasta que lo descubrió, en su abdomen: un pequeño exceso de grasa justo alrededor de su ombligo.

- ¡Logan! – exclama, girándose, buscando al mayor con la mirada, quien entra corriendo a la habitación, con los ojos abiertos de par en par. – Mírame.

- Alguien que me dé paciencia, - susurra, dejando caer la frente contra el marco de la puerta. – por favor...

- ¡No seas grosero! – se queja, aún con la camiseta levantada. – Mírame, en serio, ¿notas algo diferente en mí?

- No lo sé... - se acerca a paso lento para mirar a su esposo de cerca le pone las manos sobre los hombros y los desliza por su torso hacia su abdomen. – pero tus caderas están un poco más anchas.

- ¿En serio? – cuestiona, con voz ahogada, llevando sus propias manos hacia sus caderas. – Sé que suena descabellado... - susurra, poniendo las manos sobre los hombros del mayor. – pero creo que...

- ¿Qué...? – el menor sonríe, con los labios apretados entre sí.

- Que podría ser un bebé. – Logan lo mira, una ceja enarcada.

- Pet... - comienza, con voz cautelosa.

- Lo sé, lo sé, suena loco. – murmura, con la voz teñida de la más pura emoción. – Pero, ¿crees que no lo sabría? ¿Crees que no lo sentiría? – le toma las manos y las lleva hacia su estómago. – Dime que no sientes algo allí, ¿nada? ¿ningún presentimiento? ¿algo?

Logan sonríe quedamente, mirando los ojos de Peter brillar con emoción, pasa sus manos tras su espalda y lo sujeta fuertemente contra su pecho antes de besarle la cabeza, con adoración.

(***)

- Es un varón. – avisa la doctora, la pareja se sonríe con adoración, mientras miran la pantalla y escuchan los latidos del pequeño corazón del bebé.

- Es perfecto... - susurra Peter, con lágrimas rodando por sus mejillas, las manos temblorosas de Logan le acarician el rostro, apartando los restos.

- Es perfecto. – confirma el mayor, asintiendo quedamente.

(***)

Sentía que el dolor iba a partirlo por la mitad, mientras lloraba aferrado a las sábanas blancas de la camilla, los reconfortantes susurros de Logan no eran audibles a través del pitido en sus oídos. Las lágrimas no dejaban de caer y perderse en su cabello a pesar de que había estado llorando desde hacía casi dos horas.

"No es tiempo, no es tiempo, no es tiempo..." continuaba repitiéndose mentalmente, presionando las manos contra su abultado vientre.

El pequeño solo llevaba 5 meses en su estómago, no podía estar llegando ahora, no siendo tan pequeño e indefenso, no...

- Logan... - susurra, a través de toda la desesperación y ansiedad, busca sus manos, y las aprieta con el rostro inundado en lágrimas. - algo no está bien, lo presiento, - su voz está rota, mientras su esposo le acaricia el rostro. - diles que lo salven... - el labio inferior le tiembla como nunca, mientras habla entre sollozos. - diles que lo salven aún si no me pueden salvar a mí.

- No me pidas eso, - susurra el mayor, llorando en silencio.  - no lo hagas.

(***)

Peter se gira en la cama levemente, el sueño que se cierne sobre él no lo deja pensar claramente, hasta que mira a Logan dormido sobre un sofá a su lado, tiene ojeras alrededor de los ojos, y luce verdaderamente cansado.

Se frota el ojo con el dorso de la mano, escuchando un continúo pitido intermitente, se lleva la mano hacia el vientre, casi por inercia, le toma más de un minuto notarlo.

- ¿Qué...? - mira su vientre, plano, el pitido se vuelve más continúo, apenas logra visualizar todo a través de las lágrimas, mira alrededor, buscando una cuna, o alguna pista sobre el paradero de su hijo, con dolorosa inocencia.

Tantea los bordes de la cama, cerciorándose de que no está soñando, teniendo una pesadilla.

- Hey, pequeño. - la voz de Logan es débil, mientras se levanta del sofá. - ¿Cómo estás?

- ¿Dónde está? - cuestiona, sin estar seguro de querer saber la respuesta que lo aguarda, Logan se acerca hacia él, y los ojos se le llenan de lágrimas.

- No pudieron hacer nada, - susurra, el menor se lleva ambas manos al rostro. - lo lamento tanto.

- Es todo mi culpa. - se lamenta, comenzando a llorar de nuevo, el mayor lo toma entre brazos y le pone la cabeza contra el hombro. - Pude haberlo cuidado mejor... yo...

- No, amor. - suspira. - La doctora dijo... dijo que esto suele pasar, y es incluso más complicado porque eres un chico. - sus lágrimas mojan la bata del peliplata.

- Era nuestro bebé. - susurra, aferrándose con fuerza al cuerpo de Logan contra el suyo. - Él... él estaba aquí...

Solloza durante tanto tiempo que la garganta le escuece, mientras Logan lo consuela, dejando sus lágrimas de lado para tomar toda su fortaleza y ser lo que el menor necesita.

(***)

El peliplata está sentado en medio de la arena en la playa, observa el horizonte y suspira, a su lado, Logan está acostado con el rostro cubierto por un gigantesco sombrero de paja.

Apoya la barbilla sobre sus rodillas, y eleva una corta oración al cielo que se tiñe de naranja, han pasado casi 6 meses desde que su pequeño hijo no está con ellos, ya no llora como antes, y las pesadillas no son tan recurrentes como solían serlo las primeras semanas.

"Siempre serás parte de mí." Piensa, con una sonrisa en el rostro, y cuando un pequeño cangrejo camina frente a él, a paso apresurado, una enorme paz lo inunda.

Su corazón vuelve a latir con un ritmo normal, y se gira para quitarle el sombrero a su esposo, quien se revuelve sobre la toalla, con el ceño fruncido.

Oh, su esposo, la única persona que supo realmente como animarlo siempre, Logan había estado cada noche durante las pesadillas, y cada mañana con las ojeras. Logan quien se había dedicado a amarlo cada día, con paciencia y entrega, quien había aguantado cada recaída y todas las lágrimas a mitad de la tarde. Quien había propuesto aquel viaje, y quien lo había apoyado en cada estúpida decisión y cada absurdo capricho.

- Te amo, anciano. - susurra, echándose hacia adelante, para besarlo suavemente. - Te amo tanto.

- No sé que sucede, pero me gusta. - farfulla, con los labios de Peter sobre los suyos.

Su bebé ya no estaba, era doloroso pero cierto, y sin embargo, ambos sabían que se quedaría con ellos por toda la vida.

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Debo admitir que escribir esto me dolió mucho, pero creo que necesitaba escribir algo así de profundo y difícil.

Los hamo y lo siento ❤

Again You (Wolvesilver)Where stories live. Discover now