Cap 44

1.1K 111 6
                                    

-Marco Diaz, parece que el destino quiere que volvamos a ser amigos -dijo Janna sonriendome-

-¿Qué tal? -solté normal mientras dejaba mi maleta debajo de mi cama-

-Pues nada, sólo trato de ordenar esto y ya -mientras subía a su cama que estaba justo arriba de la mia. -

Si, ahora compartía camarote con Janna. A nuestro costado, muchos más camarotes de jovenes de nuestra edad, todos ordenando sus cosas, eramos parte de un gran pelotón.

El parlante sonó, haciendo que todos nos exaltaramos por el volumen que tenía.

"Se ha cumplido nuestra primera meta: El portal hacia otras dimensiones ha sido abierto por nuestros cientificos en el templo de New york"

Todos celebraron.

-¿Ya lo abrieron? ¿Cómo es posible? -preguntó Janna -

-La tecnolgía avanza demasiado rápido Janna, y ante la necesidad, era más que obvio que tarde o temprano lo construirían. -contesté-

-No me agrada esto -dijo con miedo-

En ese instante un hombre alto y fornido se acerca a la entrada de la habitación. Grita y todos nos colocamos atentos mientras mirámos en su dirección.

Supongo que ya estaba acostumbrado a este tipo de cosas pero no podía no sentirme incómodo. Salimos a trotar, hacer ejercicios, entrenamientos y al final del día, manejo de armas de fuego.

No me daba pena decir que era el que más destacaba, sabía disparar un arma desde pequeño. Janna cada cierto rato me dirigía la mirada, no entendía si quería decirme algo o no lo sé, pero opté por no prestarle atención.

La noche llegó y no podía dormir a pesar de que el día había sido evidentemente agotador. Giraba hacia un lado y luego para el otro. ¿Cuándo terminaría esta pesadilla? ¿A qué nos estabamos enfrentando realmente? Nadie lo sabía, ni siquiera se me era creíble lo que decían... ¿Realmente eran de una dimensión diferente?

Una luz cegadora iluminó el pasillo, creo ser el único que la vio, todos duermen. Me levanté con cuidado de no despertar a nadie y me acerqué.

Una vez en el pasillo noté que la luz se había ido dejando a una chica en medio de este. Creo que no la había visto antes, la recordaría. Tenía unos corazones en sus mejillas algo extraños por lo que supuse que no sería muy facil de olvidar. Tal vez sólo la ignoré y ya...

-Marco Diaz, dejaste mis cosas en tu escritorio. Alguien las pudo robar ¿Por qué hiciste eso? -preguntó enfadada -

Todo lo que hablabamos era en susurros, como ya había mencionado, todos dormían.

-¿Cómo sabes mi nombre? -pregunté echandome dos pasos hacia atrás- ¿Entraste a mi habitación? -viendo que los libros que traia en sus manos eran los que había dejado en mi escritorio-

-Lo siento, pero sabes lo importante que es pra mi todo esto. -dijo de mala gana- Me tengo que ir, dile a Janna que le mando saludos, y no me preguntes como es que los encontré. Al parecer, ahora soy parte del comité de magia en Mewni por lo que tal vez ayude a acabar con esta guerra. -animada- además, me han prestado otro libro de hechizos. ¿Puedes creerelo? -

-Ah... -nervioso-

-Y por lo que veo ahora estás peliando por tu país- soltó con el ceño fruncido- Supongo que estás en contra de todo esto. ¿verdad?-

-No vine de forma voluntaria -solté mirando el suelo- ¿Qué digo? ¿Quién eres y como sabes mi nombre? -tomando su brazo evitando que se moviera-

Pude notar que en sus manos traía un par de tijeras.

-Oh claro, tus padres, y las ligas menores. Y... ¿Por qué preguntas eso? Estás jugando conmigo... -dijo. Bien, esta chica tal vez sabía más de mi de lo que creía. -

-¿Eres de Mewni? -alejándome un poco-

-desviando la mirada- Claro que si. Trata de impedir que hagan algo a Mewni porfavor. -dijo a modo de súplica- De verdad estoy tratando de redirigir ambos bandos pero se me está haciendo complicado. -

-¿Impedir? Espera, tu eres la princesa de la otra dimensión... -dije tratándo de recordar lo que habían dicho los generales de ella- Tu apuñalaste al chico...

-¿Ah? -

-Tengo que llevarte con las autoridades -dije tomándola del brazo-

-Marco, ¿Qué crees que haces? -preguntó enfadada mientras trataba de safarse de mi agarre-

-Tu eres la causante del problema-

-No. -dijo soltándose- Creo que el sueño te está afectando -nerviosa- Si no hubiera sido por mi, estarías muerto. Yo te llevé al hospital-

Miré a la rubia una vez más. No podía recordarla, mi memoria me daba bloqueos cada vez que intentaba recordar aquellos sucesos pero no podía.

-Me tengo que ir, el reino me necesita. Si tienes algún problema sólo llamame -dijo entregándome un pequeño aparato, al parecer era un espejo- Nos vemos luego -

Me miró a los ojos, un extraño rubor se apoderó de sus mejillas. La chica abrió un portal con unas tijeras extrañas, lo atravesó y se fué. Acabo de hablar con el enemigo... y no hice nada para detenerlo.

La chica me hablaba como si me conociera, tal vez sólo lo hacía para confundirme o para tener algún espía de este lado de la guerra pero no planeaba traicionar de esa forma a mi país ni a mi dimensión, yo no le serviría como un peón en su juego.

Miré el aparato que sostenía en mis manos, lo abrí con cuidado y noté que era una especie de teléfono. Lo guardé en mi bolsillo y volví a la cama.

Son como nosotros, ¿Cómo es posible que podamos diferenciar entre humanos y mewmanos si fisicamente somos muy parecidos? Ella abría portales con magia mientras aqui debían hacerlo con tecnología. Magia... eso tienen que nosotros no. Esto podía ser algo muy desventajoso para nosotros.

Me acosté en la cama pensando en las formas en que podríamos derrotarlos y acabar el conflicto de una vez por todas... aunque no parecían tan malos. Si esa rubia era realmente la princesa, entonces su finalidad no era atacarnos, sino llegar a un acuerdo. No tenía la imagen de una chica que apuñala a alguien inocente.

Pensando en ella me quedé dormido, noté que aún tenía el espejo en mi bolsillo haciendo que mi noche no fuera del todo cómoda. Por la mañana el general entró a la habitación y dio un grito haciendo que todos despertaramos. El día comenzaba exactamente igual que ayer, sólo por una pequeña diferencia.

-Diaz, ven acá -dijo el general mientras nos veía a todos correr por al rededor del recinto-

Me acerqué serio a él, en cuanto notó mi rostro de preocupación me sonrió.

-Descuida, no te quiero reprochar- dándome una palmada en la espalda- He visto algo en ti Diaz, a diferencia de los otros chicos has avanzado bastante. A mi parecer eres incluso mejor que tus compañeros de academia policial.-

-Am... ¿Gracias? -dije normal-

-Quiero que te cambies de centro de entrenamiento. En New York hay unos 10 centros, el mejor de todos es al que te quiero mandar. -

-¿Irme de aquí tan pronto? -pregunté nervioso-

-No te molesta ¿no? -preguntó -

-No. -hablé rápido- Yo sólo sigo órdenes-

@ Craftslover13

Solo una aldeana más [STARCO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora