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Las salidas con mi familia se regularizaron.

Querian salir de viaje a un lugar calmado, la playa.

La idea no era mala para mi, pero quisiera o no la ansiedad también me acompañaba.

Ame los paisajes nocturnos, las estrellas en la punta más alta y la luna desteyando su propio brillo.
La oscuridad de los alrededores y el aroma a humedad de un bosque...

La música relajante, era perfecto.
Hice una promesa ante esta hermosa escena.

Todo estará bien.

Una vez más, las lágrimas brotaron. Quería sentir paz, hacia mucho que no me sentía bien conmigo misma después de lo sucedido. Despejar mi mente de mis problemas.
Para eso fue la razón que quise acompañar y hacer presencia en ese viaje... Para olvidarme de los malos ratos

La ansiedad se presenta cada momento y no eres capaz de cuestionar o tomar el papel principal de quien controlará tu cuerpo.

Eso paso.

La vergüenza de mostrar partes de mi cuerpo..
El que lo miren... Me aterra..
Solo me pertenece a mi.

Fui catalogada como la hogareña, mis acompañantes se quejaron de mi por no tener la valentía de salir de la habitación del hotel.

Me dejaron sola mientras ellos se fueron a divertir en la alberca de este.

Rompí en llanto por mi cobardía.
Por la falta de ayuda... Quería que entendieran la semilla de mi dolor frecuencial.. Me estaba enfrentando a una pesadilla por mis propios medios y no podían... Más bien, no querían verlo.

Ansiedad Social Where stories live. Discover now