Hermoso, Coqueto y Vanidoso•||(Vhope)Trilogía Herederos Kim

04

Su droga personal.

Su ambrosía.

Su obsesión.

Eso era Kim Taehyung para Jung Hoseok.

Hoseok observaba maravillado como un travieso omega obtenía su placer mientras lo cabalgaba a un ritmo implacable. El omega rio encantado elevando sus manos y revolviendo su cabello castaño. Sus finas manos, de largos dedos elegantes, acunaron su rostro mientras se mordía el labio.

-¿A quien amas, Jung Hoseok?

Hoseok sentía que su corazón era pulverizado cada vez que le hacía esa pregunta. Para el omega era un juego, pero él contestaba siempre con la verdad.

-Te amo a ti.-Hoseok los hizo girar sobre el colchón y las sábanas revueltas se enredaron en las caderas del Omega.-¿A quien perteneces, Taehyung?

Tae soltó un gemido lastimero cuando el alfa toco su punto dulce. El sudor corría por su rostro, las venas azuladas de su cuello palpitaban llamando al alfa justo sobre el lugar en el que debería ir la marca que los vincularía.

-¿A quién perteneces, Kim Taehyung?-Volvió a repetir con voz demandante.

Su coqueto omega se llevó el dedo índice a la boca en un gesto de fingida inocencia.

-No lo diré.

-Responde.

-No.-El tono juguetón molesto al alfa.

-Taehyung. Dilo. Ahora.

Los ojos de Tae se humedecieron de inmediato. A pesar de todo, no podía resistirse cuando Hoseok usaba la voz. Y lo odiaba.

-A ti...-Respondió, en voz baja. Y se odio por eso.

-¿Me amas?

Ahora esa era una pregunta que Taehyung odiaba más que a la anterior. Porque no importaba cuántas veces se lo preguntara o se lo hacía usando la voz. El lobo del omega no podía corresponder porque el sentimiento no estaba ahí.

-No.

Ambos sabían que la respuesta nunca cambiaba. Aunque el lobo de Hoseok quiso aullar por el rechazo, obligó a esa parte de sí mismo a guardar silencio. Cuando la neblina del placer se desvaneció poco a poco, el silencio que se hizo entre ellos hizo que Tae se sintiera como si lo asfixiaran. Todo el esfuerzo y la satisfacción de hace unos minutos totalmente desperdiciada.

-Odio que uses la maldita voz para controlarme.-Gruño, levantándose de la cama.

Hoseok suspiró y se frotó el rostro.

-Perdóname.

-¡Sabes que no me gusta cuando lo haces!

-Lo sé. Y lo lamento, cariño.

Hoseok salió de la cama y lo atrajo a sus brazos, Tae se había puesto la bata.

-¡No, suéltame!

-Nunca.-Deposito dulces besos en su cuello y sobre la vena palpitante que tanto lo llamaba a marcarlo.-Regresa a la cama.

-No, ya no quiero.

-Anda...-Hoseok lo atrajo hacia él hasta que sus cuerpos entraron en contacto otra vez y el omega pudo sentir su excitación.-Vamos, corazoncito...

-No, es que tú rápido te pones intenso, Hoseok.-Se quejó con un puchero. Pero ya estaba cediendo porque dejó que el alfa lo cargara y lo llevará de vuelta al colchón.

-Voy a cerrar la boca.

-Ya no tengo ganas.-Necio mientras Hobi le iba abriendo la bata. Suspiró cuando suaves besos fueron dejados por todo el camino hasta su ombligo.-Hobi no le prestaste atención a mis pezones. Me gusta cuando los muerdes suavecito...