Hermoso, Coqueto y Vanidoso•||(Vhope)Trilogía Herederos Kim

17

Taehyung estaba esparciendo el jabón de burbujas y las sales de baño en el agua cuando Hoseok tocó la puerta, avisandole que iba a entrar.

—El baño casi está listo.—La expresión del alfa lo abrumo. —¿Hobichito, que pasa?

—Tengo que irme, algo surgió en la oficina.

—¿A esta hora?

—Es algo que no puede esperar.—Hoseok estaba mortalmente serio, algo apocalíptico en él. —Iremos a ver tu sorpresa otro día, cuando también te sientas mejor.

—Está bien, no te preocupes por mi. —Taehyung se acercó despacio para darle un beso de despedida pero el alfa se alejó. Hoseok nunca, jamás, había rechazado un beso. Y le dolió en el alma. —¿Hobichito?

—Descansa, tienes que recuperarte.

—Ah... si... está bien. —Tae no sabía como reaccionar ante esto. —Entonces, ve con cuidado, te amo.

—Te llamaré mañana.

No hubo un "también yo" fue un frio e impersonal de esos "te llamaré" que dices cuando no tienes planeado volver a ver a esa persona. Taehyung se quedo ahí parado, en medio del cuarto de baño con el agua de la tina rebalsandose y la mano extendida hacia Hoseok, pero el alfa se marchó con una actitud fría y sin mirar atrás. Ni un beso, caricia o sonrisa.

¿Qué había sido eso?

—¿Hobichito...?

El corazón de Tae palpito con fuerza al recordar el sobre que dejó debajo de su almohada. Después de su ataque de pánico recogió todas las fotografías y las metió en el dichoso sobre nuevamente, solo tuvo tiempo de meterlo debajo de la almohada antes de que una sirvienta entrará a ver que sucedía.

No podía ser verdad...

¿Acaso Hoseok lo había encontrado? No, imposible. Si lo hubiera visto jamás se habría ido tan tranquilo sin decir absolutamente nada al respecto. Por muy pacifico que fuera, le habria reclamado, gritado, acusado. Habría reaccionado de alguna manera.

Corrió de vuelta a la cama, sábanas y almohadas aterrizaron en el suelo, pero el sobre seguía en el mismo lugar. Reviso frenéticamente el contenido y nada faltaba.

—No lo vio. —Suspiró aliviado. —Mi Hobie no lo vio.

¿Y entonces por qué ese cambio de actitud tan radical? Se dijo a sí mismo que su alfa era alguien muy entregado a su trabajo y que debía recordar que las únicas veces en las que se volvía mortalmente serio era cuando trataba asuntos del Grupo Jung. Seguramente algo salió mal y eso le molesto. Alguien tan responsable y capaz como Hoseok no era tolerante con los errores en los negocios. En eso, se parecía a Namjoon, era por eso que eran tan buenos amigos. ¿Algún asunto con el nuevo hotel, tal vez?

Esperaba que mañana las cosas estuvieran mejor. No le gustaba ver a su alfa molesto. Su Hoseok era un sol lleno de alegría y verlo serio era desconcertante.

Taehyung miro el sobre en sus manos y quiso llorar de nuevo. Había estado asustado toda la tarde, tanto que no se cría capaz de ver a Hoseok sin quebrarse y le dijo que estaba enfermo. Su alfa había ido a su casa para asegurarse de que estaba bien. No se merecía a Hoseok. Estuvo pensando toda la tarde en que era lo que debía hacer y aunque una voz interior le gritaba que confiara en su alfa, que se sincerara con él y le explicara las cosas, otra aún más poderosa le gritaba una gran verdad. Si le decía lo iba a perder. Y eso Taehyung no lo podría soportar.

Este era un lio en el que se había metido él solo y debía solucionarlo por su cuenta. Taehyung no era un omega que se dejara amedrentar tan fácilmente. Encontraría la manera de salir de esto. Ahora que estaba decidido a vivir junto a su alfa nada se interpondria en su camino. Se presentaría ante ese maldito alfa chantajista y le daría todo lo que le pidiera con tal de que no revelara su secreto. Taehyung no era estúpido y sabía que en cuanto le diera dinero seguiría pidiendo más y más. Así funcionaba la mente de los chantajistas. Pero él estaba dispuesto a pagar lo que fuera necesario.