34. far far away

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Mientras el muchacho empujaba el carrito repleto de compras, Nayeon revisaba una y otra vez la lista que Jihyo había preparado para evitar olvidarse algo y a la vez, para evitar esa faceta histérica que su líder tiene cada vez que las cosas no salen como lo planeado.

— ¿Cuál crees que sea mejor para todos? — Cuestionó al muchacho mientras sostenía dos botellas de whisky en sus manos. Pero la verdadera pregunta era si a Mina le gustaba beber de esa marca, después de todo, esa fiesta improvisada era organizada para ayudar a relajarse a la japonesa.

— No sé sobre eso...— Confesó WooJin con una avergonzada sonrisa mientras sobaba su nuca. — ¿Qué diferencia hay entre la etiqueta roja y negra?

Nayeon bajó su mirada intentando formular una respuesta. — No estoy segura. — Se encogió de hombros. — Debimos traer a Jihyo. — Se lamentó.

— Entonces tomemos ambas. — Sugirió el menor tomando de las manos ajenas ambas botellas y depositándolas en el carrito. — Yo pagaré. — Bromeó ganándose un pequeño golpe en su brazo.

— ¿Pagarás el autobús de vuelta a la universidad? — Siguió el juego la castaña elevando ambas cejas.

— Creí que tú lo pagarías. Tú me invitaste a esta extraña cita, tú pagas. ¿No soy todo un caballeo?

— ¿Cita? — La mayor sonrió.

— A-ah, no una "cita" pero tú sabes...— El chico se trabó con sus propias palabras y terminó girando su rostro para evitar que sus mejillas sean vistas.

Nayeon no pudo evitar reír ante el inusual comportamiento del chico y arrugó su nariz haciendo una tierna mueca. — Mis citas no son así.

— ¿Me estás llamando pobre? — Preguntó volviendo a ganarse una carcajada por parte de la mayor quien, después de unos segundos, guardó silencio.

WooJin podía leer esa mirada triste, aparecía cada vez que Nayeon recordaba a la japonesa, ¿hasta en momentos como esos tenía presente a Mina? No importaba todo lo que hacía para despejarla, siempre había algo que la llevaba al pasado y eso empezaba a frustrarle. Tomó un largo suspiro imaginándose la clase de citas por las que había pasado la coreana con esa pelirroja, probablemente costaban más que su propia casa.

— ¿Y esto? — WooJin no iba a permitir tener a la mayor esa expresión apagada nuevamente. Señaló a lo lejos una mesa donde todo tipo de cosas para fiesta estaban acomodados y caminó hasta tomar entre sus manos un gorrito de punta con una elástica.

— Es para fiestas infantiles. — Replicó Nayeon.

— Entonces, ahora mismo eres mi niña. — El chico habló sin percatarse de sus palabras y acomodó sobre la cabeza de la castaña el diminuto gorrito. — ¿Qué pasa? — Alzó una de sus cejas al notar que Nayeon se había quedado en silencio y con una expresión difícil de descifrar.

— Eso que dijiste.

— ¿Qué pasa con eso?

— Sonó bien. — Ambos compartieron una sonrisa y decidieron seguir con su camino antes de que la líder los llamara para regañarlos por su demora.

Ya en el taxi la mayor se encargó de revisar lo comprado (por novena vez)

— Te aseguro que nada de eso tiene vida. Las cosas no se saldrán de las bolsas. — WooJin ya no podía seguir viendo a la castaña revisar todo cada cinco minutos. Se acomodó sobre su sitio sintiéndose ligeramente nervioso. — Te ves nerviosa. — Y él no era precisamente la mejor persona para decir aquello.

↳ Greedy ┇ MinaYeon - G!PWhere stories live. Discover now