Capítulo 23

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Aquella noche Ashley no pudo pegar ojo. La pasó entera sentada en el sofá con su amigo.

El día siguiente no era sería mucho mejor. Solo podía pensar en que tenía a su chico lejos y que no conocía a ninguna de esas maravillosas y preciosas actrices con las que tenía que trabajar.

_Ash, vamos. – Dijo Nicky desde la puerta del despacho de su amiga a la hora de la salida. – Es hora de regresar a casa. bueno, de entrar al primer bar que veamos abierto y beber hasta perder el conocimiento.

Por una vez, hizo caso a su amigo. Se levantó de un salto y recogió sus cosas. Esa misma mañana habían abierto un bar que habían estado promocionando bastante. Tenía pinta de estar bien.

El local estaba, cuando ellos llegaron, casi vacío.

Nick llamó al camarero a gritos.

_Perdona, ¿Puedes traernos una botella de ron y algo para picar? De comer, lo que prefieras. No importa.

El chico llevó a la mesa lo que, desde lejos, le habían pedido.

_Anda, mira a quién tenemos aquí. A la morenaza más hermosa de todo el país.

_Joder... - Resopló Ashley. – Menudo día, de verdad.

_¿Siempre está tan malhumorada? –Preguntó el camarero que, además, era el propietario del negocio.

_No. A veces también muerde.

Nick la abrazó. Ese chico no le gustaba en absoluto. Le daba malas vibraciones.

_¿Están celebrando los señores algo?

_Estamos de aniversario.

_¿Y trae a esta preciosidad solo a beber? Debería tratar mejor a la novia y más si es una mujer como esta.

_¿Sabes? Tienes razón. – Contestó Nick. – Puedes recoger esto.

Levantándose de mal humor, cogió a Ashley de la mano y la hizo levantarse.

_Ey, ey. Esas no son formas de tratar a una mujer. Suéltala. – Dijo el camarero cortándoles el paso.

_¿Pero qué haces? – Gritó Ash. – ¿Con qué derecho intentas meterte en mi vida? ¿Quién te crees que eres?

_Por favor, ¿no ves lo que te está haciendo? ¿Crees que alguien en que puedes confiar?

Sin contestar a esa pregunta, los dos chicos salieron del local.

Llegaron a casa. Lily, la chica de servicio, les había dejado la cena hecha, como la mayoría de las noches.

Nick encargó un par de botellas de ron por internet. Lo bueno de vivir en una ciudad como Los Ángeles es que se puede encargar casi cualquier cosa con un simple click en las aplicaciones adecuadas del móvil

Aquella noche se terminaron una de las botellas.

_Nicky, despierta. – Dijo Ashley la mañana siguiente con un dolor de cabeza impresionante. – Es hora de ir al trabajo.

Salió de su cuarto con no muy buena cara.

_Menudo resacón. Me hago viejo para beber de esa manera. ¿Cómo es posible que tú ya estés preparada? Siempre has tenido peor tolerancia al alcohol que yo.

Ashley sirvió café para los dos. En quince minutos estaban saliendo de casa.

_Buenos días, Max. – Saludaron los dos.

_Buenos días. ¿Están bien los señores?

_Sí, sí. Una noche un poco más loca de lo que es sano. Mañana estaremos presentables. – Bromearon.

Aquel día se hizo eterno. El dolor de cabeza no se les iba de ninguna manera.

En vez de quedarse aquella tarde en la oficina, decidieron regresar a casa. Eran incapaces de centrarse en el trabajo y podían hacerlo desde la comodidad del despacho.

A la hora de la cena, Ashley recibió una llamada. Era Pedro. Al fin había encontrado un rato para poder hablar con ella.

_Hola, cariño. – Dijo él. – ¿Qué tal está la chica más linda del planeta?

_Con dolor de cabeza. Con muchísima resaca.

_¿Has estado bebiendo?

_Si, bueno... Pedro, tengo algo que contarte. No quiero que lo sepas por Nick o por Eddy, porque seguro que mi amigo se lo cuenta a su chico.

_¿Qué pasa? No me asustes.

Ashley le contó lo que había pasado después de que él hubiera cogido el avión.

_¿Por qué coges el taxi con un desconocido? Debes tener más cuidado. Hay muchos hombres que...

_Pues aún no he terminado de contarte.

Procedió a decirle lo acontecido en el bar la noche anterior y cómo salieron las cosas.

_Si ese hombre se vuelve a cruzar en tu camino, quiero que me lo digas. Y no le dirijas la palabra.

_¿Ese tono que noto son celos? – Preguntó Ashley riéndose para sí.

Pedro guardó silencio. Simplemente no le gustaba que ese hombre anduviera cerca de ella.

_Bueno, si no me quieres decir si estás celoso o no, al menos cuéntame cómo te ha ido en el trabajo. ¿Con quién has estado? ¿Te has encontrado con alguien que ya conoces?

_Bueno... Es que si te lo digo puede que te enfades.

_Dime.

_Me encontré con Robín Tunney.

_Oh, sí. Recuerdo quién es. Estaba muy enganchada al mentalista. Por esa serie supe de ti. ¿No estuviste saliendo una temporada con ella?

De nuevo, recibió un silencio por respuesta.

El amor de Pedro PascalWhere stories live. Discover now