Capítulo 26

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Ante lo que le estaba contando Ashley, Pedro no sabía cómo reaccionar. No quería que ese hombre se acercara a su chica. Quizás le podía quitar el amor de su novia y eso no le hacía mucha gracia.

_No tienes por qué preocuparte. – Dijo Pedro. – No ha pasado nada entre los dos. Prometo estar más pendiente de nuestra relación. Quizás me he descolgado un poco, me ha absorbido el trabajo.

Ashley le abrazó con fuerza.

_¿Qué tienes en mente?

_Vendré a verte cada vez que tenga un día libre, aunque solo sea para verte durante unas horas. Y, bueno, tengo una idea, pero no sé si tú estarías dispuesta a llevarla a cabo.

_Dime de qué se trata.

_Cuando termines de trabajar los viernes, siempre y cuando no tengas reunión o algo parecido en fin de semana, quizás podrías pasar esos días conmigo. Podríamos ver la viabilidad de estos dos planes.

_Implicaría no pasar tanto tiempo sin vernos. – Señaló Ashley. – Podríamos intentarlo.

Después de esta conversación, Pedro se arregló y fueron a cenar. Encontraron un buen restaurante español en la otra punta del barrio.

_Creo que aquí te tocará elegir a ti. – Señaló el actor. – Sobre este tipo de comida, algo me dice que tú sabes más que yo.

Ensalada, empanadas y gazpacho. Ashley no se olvidó del queso, jamón y chorizo. Eligió de la carta lo que pensó que más le gustaría a su chico.

_Prepárate para engordar. – Dijo tajante Ash a su chico. – Todo esto a la hora de la cena es una bomba.

_¿Me seguiría viendo guapo? – Bromeó él.

_¿Si engordaras? – El actor asintió. – Supongo. ¿y si soy yo la que cogiera peso? Quizás supusiera una vergüenza para ti.

_¿Tú? ¿Una vergüenza? – Contestó riendo a carcajadas. – Eso no podría suceder aun proponiéndotelo.

Salieron del restaurante cansados de comer. Todo lo que le habían servido, a Pedro le encantó.

El portero no estaba en su puesto cuando llegaron. Max había salido de su puesto de trabajo hacía horas, pero tenía que haber alguien en el turno de noche y no era así.

Subieron a casa del actor. Pedro puso la televisión.

_¿Es todo lo que te apetece hacer esta noche? – Preguntó Ashley sentándose en el sofá con cierto tono de desilusión y poniendo carita de niña buena. – Has pasado tanto tiempo fuera que creía que...

Pedro apagó de inmediato la televisión. Solo quería dar un poco de ambiente y no pasar directamente a lo que llevaba esperando un mes.

_No quería ser brusco. – Puntualizó el actor tumbado a su chica sobre el sofá subiendo lentamente la falda de su vestido. – Llevo horas queriendo escuchar tus gemidos, sentir tu piel en la mía.

Ashley apenas notó el momento exacto en el que su chico le quitó sus braguitas, que terminaron a varios metros de ellos.

Sintió cómo un par de dedos se introducían en su interior, asustándola en un primer momento. Acompañándolos, la húmeda lengua de Pedro recorriendo cada centímetro de piel de lo que sus piernas guardaban.

Pedro no tardó mucho en sentir el orgasmo de su chica en su mano.

La cogió en brazos y la llevó a la habitación. Allí la desnudó.

Se recreó durante unos segundos en aquella imagen. La mujer a la que quería estaba desnuda ante sus ojos.

Ella, que tenía ganas de más, empezó a desnudarle. No podía parar de besarle, de tocarle. Había pasado demasiado tiempo sin él.

La cama, hasta entonces bien hecha, en un parpadeo terminó desecha. Los gemidos del actor y la chica de negocios, se escuchaban por toda la planta.

El amanecer llegó con el último orgasmo de Pedro y Ashley. Estaban agotados, pero querían más. Un mes sin el otro les había pasado factura.

Escucharon sonar el timbre. Alguien les llamaba.

_¿Será Nick? – Preguntó Pedro visitándose.

_No lo sé. No creo. Anoche quedó con Eddy. Fueron a su casa por si queríamos pasar nosotros la noche enfrente.

_Entonces, será Max con algún recado.

Pedro abrió la puerta mientras Ash se ponía la ropa.

_¡Papá! ¡Javiera! ¡Lucas! Qué sorpresa. – Dijo ofreciéndoles pasar a la casa. – ¿Qué estáis haciendo aquí? No os esperaba. ¿Y el resto de la familia?

_Tus hermanos en casa. – Contestó Javiera. – Y los niños con su padre. Querían comprarte un regalo por tu cumpleaños antes de venir y estaban indecisos. Iban a decidirse ahora.

La familia de Pedro se puso cómodos en el salón.

Ashley permanecía en la habitación. El corazón le latía muy deprisa. Creía que iba a salírsele del pecho. No se esperaba a la familia de su chico. Conocerles en aquella situación, si es que realmente su chico quería que les conociera, no sabía si era lo mejor. Acababa de tener una noche apasionada con el propietario de la casa. ¿Conocer a su familia en aquel momento era lo más oportuno?

Esperaba pacientemente a que Pedro le dijera que podía salir, aunque las prisas empezaban a acuciarle. Tenía que ir a trabajar.

_Esperad un momento. Os quiero presentar a alguien. – Dijo el actor susurrante para que su chica no le escuchara.

Pedro entró en la habitación. Sin decirle nada a Ashley, la cogió en brazos y la llevó así hasta el salón.

_Papá, hermanos, esta es Ash, mi chica. Vive enfrente con su mejor amigo, casi su hermano, y los dos trabajan un banco.

_Encantada. – Dijo la joven sonrojada.

La familia de Pedro saludó y se presentó. Todos parecían muy agradables.

_Lo... lo siento. – A Ashley le temblaba la voz. – Tengo que irme. Entro a trabajar en un rato.

_Chao. Que tengas un buen día. – Le desearon.

Pedro la acompañó a la puerta. Con un beso, se despidió de ella.

El amor de Pedro PascalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora