Capítulo 24

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Las dudas que tenía respecto a Pedro volvían a Ashley. Estaba trabajando con su exnovia. La conoció en las mismas circunstancias.

Aunque ya era tardísimo, necesitaba dar un paseo. Quería un poco de soledad, perderse entre la gente de aquella ciudad.

Llegó sin darse cuenta, al bar de Manuel.

Entró en él y se sentó en una de las mesas.

_Perdón, estamos cerrando. – Dijo el propietario del local sin fijarse en quién había entrado.

_¿No tienes una cerveza para mí? – Pidió ella haciéndose notar.

Él la miró. Bajó las sillas de la mejor mesa del lugar y le hizo ir hasta ella.

_¿No se enfadará tu novio porque estés aquí? Parecía...

_Ese chico no era mi chico. Más bien... Mi hermano de otros padres. – Sonrió.

Manuel sirvió dos cervezas. Parecía necesitar una oreja conocida, pero que no estuviera muy cercana a su vida.

_Qué te sucede.

_Mi novio, con el que apenas llevo tiempo, se ha reencontrado con su exnovia por cuestiones de trabajo.

Él se la quedó mirando. Ya había vivido ese tipo de temores. Su historia no era exactamente igual a la de ella, pero la entendía.

_¿Temes que se fije en otra teniéndote a ti al lado? –Hizo que se levantara. La llevó hasta una de las columnas donde tenía colocado espejos. – Eres una preciosidad. Exhalas seguridad, ternura e inteligencia. Si se va con otra, es que no sabe valorar lo que tiene al lado y, por tanto, no te merece.

Se alejó de él.

_No me conoces de nada, Manuel. No sabes cómo soy.

_La vida es más divertida si te fías de lo que sientes y no de lo que sabes.

Volvieron a sentarse. Durante unos minutos se quedaron en el más absoluto silencio.

Manuel se levantó y puso música en el ordenador que estaba enchufado al equipo de música. La canción que puso fue "Era", de estopa.

_Baila conmigo. – La hizo levantarse de un salto de la silla.

_¡Espera! Esta canción no se baila.

_¿Cómo que no? – Preguntó cogiéndola de la cintura.

_Demasiado lenta para hacerlo sueltos y demasiado rápida para ser agarrada. No se puede bailar.

_Si se puede. Déjame mostrártelo.

Se acercó aún más a ella y comenzaron a bailar.

De un salto, ella se alejó.

_Venir hasta aquí ha sido una muy mala idea.

Ashley, dejando atónito a Manuel, salió del bar. No se despidió, no dejó que él lo hiciera.

Regresó a casa.

_¡Ash! ¿Dónde te habías metido? – Preguntó Nick viéndola entrar por la puerta. – Tu padre ha estado llamándote. Sabe que no estás con Pedro. ¿Qué demonios pasa contigo?

Ashley se sentó en el sofá poniéndose a las tres ratas encima de ella. Su amigo la siguió.

_Necesitaba respirar, Nicky.

_¿Qué sucede? – Preguntó él con voz más calmada.

_¿Sabes con quién está trabajando Pedro? – Su amigo le respondió encogiéndose de hombros. – Con Robín Tunney.

Nick abrió los ojos como platos.

_Espera, espera. ¿No estuvieron juntos hace algún tiempo?

Ashley asintió.

Se quedaron en silencio. ¿Qué decirle a Ashley ante aquello? Los artistas siempre habían tenido muy mala fama con respecto a la fidelidad y, aunque Pedro no parecía de esos, no podía poner la mano en el fuego por él. Podía terminar quemándose.

_Pero, ¿están juntos de... bueno, de juntos?

_Por trabajo, Nick. Pero pertenecen al mismo mundo. ¿Y si vuelve a saltar la chispa entre ellos?

_Confía un poco más en ti misma, hermana.

Ashley no estaba segura si contarle o no que había ido al bar de Manuel. Sabía que no le iba a hacer ninguna gracia.

_¿Hay algo más que debas o quieras contarme?

_Bueno... - Titubeó. Sin darle más vuelta, se lo contó.

_Ash, ¿Eres masoquista? ¿Qué dirá Pedro?

_Nada. No tiene por qué saber que he visto a aquel chico, ¿vale? No volveré a ir por allí.

_¿Por qué lo has hecho? ¿Qué ha pasado entre los dos?

_Nada.

_¿Te atrae?

_En absoluto.

_¿Entonces?

_Solo necesitaba salir de casa. Estoy con Pedro, que es con quien quiero estar.

El amor de Pedro PascalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora