Capitulo 25.

526 32 25
                                    

Sin pensarlo dos veces, ni darme tiempo a reprochar ni mediar palabra, me aventó contra la cama con fiereza, clavándome su mirada ámbar que cada vez se oscurecía más y más con cada segundo que pasaba, rápidamente y sin perder detalle de cada uno de mis movimientos. Su respiración se encontraba tan agitada como la mía, lo normal, ambos deseábamos tanto el convertirnos en uno con todo el deseo acumulado de hace un par de semanas que no pudimos aprovechar.

Jasón no demoró en arrancar su camisa blanca, provocando que todos los botones de ella saltaran por el lugar, perdiéndose de vista alrededor de la habitación, yo no me quedé atrás con su cuerpo y emprendí mi trabajo cuando empecé a quitarle el cinturón para luego bajarle los pantalones sin dificultad.

No pudo evitar mirarme con una ceja alzada, se le notaba divertido.

—¿Tan deseosa está, Mademoiselle?

No respondí, tan solo lo atraje hacia mi, sujetando su nuca para estampar sus labios contra los míos con una necesidad que ardía en lo más profundo de mi ser. Me correspondió al instante y el juego de boca, lengua y saliva se hizo presente en menos de un segundo, así que ya teníamos suficiente incentivo como para querer comernos a antojo. Cuando Jasón notó que aun llevaba aquella bata de seda extrafina cubriendo mi cuerpo, no pudo evitar hacerla tan solo un trozo de tela una vez que sus fuertes y habilidosas manos hicieron con ella para desgarrarla de un tirón. No me importó.

Mientras seguíamos sumidos en la fogosidad del beso, él no paraba de tocar aquí y allá, y en el camino también se deshizo de mis bragas y sujetador sin que pudiese darme cuenta, su ropa interior de igual manera había desaparecido, así que estábamos en contacto de piel con piel, tan ardiente, tan... abrasante.

Joder, Jasón... —gemí suavemente con dificultad. Estaba tan al pendiente de sus manos que no me fijaba de lo que su boca había comenzado a hacer cuando desocupó la mía.

Mientras sus manos tocaban con delicadeza mis pechos, con sus dedos haciendo maravillas en mis pezones, su boca había descendido, repartiendo besos húmedos por todo mi cuerpo hasta dar con mi vientre, y un poco mas abajo, con mi centro. Mis caderas se movían al compás de su lengua, no podía controlarlo, pero él mantenía la situación a su antojo, sujetando éstas con sus manos, dejando desatendidos mis pechos.

—Dios mío, Jasón, me vengo...

—Tu sigue gimiendo, Amelia, no sabes lo que me encanta escucharte gemir...

Escupí sangre sobre el lindo y no tan pulcro suelo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Escupí sangre sobre el lindo y no tan pulcro suelo. Que lástima que esos hijos de puta de su servicio tengan que limpiarlo, ya mi sangre comenzaba a ser parte fundamental de la decoración. Con rabia y lágrimas aún en mis ojos debido al coraje, levanté mi mirada de nuevo hacia mi agresor, mi pesadilla hecha realidad, Jasón.

—¿Sigues queriendo mentir, Ivy? —preguntó con cinismo.

—¡Te dije que ya dejaras de llamarme así! —rugí. Pareció divertirle.

La Clave para Destruirme. (Jason the Toymaker)Where stories live. Discover now