14 Plan real

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HoSeok estaba nervioso. No sabía por qué el rey le había llamado. Le habría gustado hablarlo con YoonGi, pero no le había dado tiempo a encontrarlo. Respiró hondo y entró en la sala del trono tras ser anunciado. Se acercó a las escaleras y se inclinó ante el rey.

- ¿Pedisteis mi presencia, majestad?

- Así es, príncipe. - Dijo levantando la vista de un papel que estaba leyendo. -  Tengo entendido que os estáis adaptando bien a vuestra nueva vida aquí. - Comentó.

- Sí, señor. Todo el mundo es muy amable. Eso lo hace muy fácil.

- Quizá mi hijo debería ofreceros algo más que su amabilidad. - Propuso el rey, a lo que HoSeok no dijo nada. Sólo bajó la cabeza con una timidez respetuosa. - También tengo entendido que os enterasteis del incidente del otro día cuando un intruso intentó entrar en palacio.

- Sí, señor. Nos sentimos muy asustados en ese momento, pero el príncipe YoonGi nos aseguró que estábamos a salvo.

- Ese hombre vino a mataros y así poder echarnos la culpa e iniciar una nueva guerra. - Le dijo el rey asombrándole. - Pero me gustaría saber a cuál de vosotros quería.

- No... no comprendo.

- Ahora lo entenderás. - Anunció. - Que pase el prisionero. - Ordenó el rey. El general NamJoon entró en la sala con un hombre atado al que arrojó de rodillas al suelo. - ¿Le reconoces? - Le dijo a HoSeok.

- ¿De... debería? - Balbuceó.

- Es de Goguryeo. - Le informó.

- No le he visto en mi vida, majestad. - Aseguró.

- Muy bien. - El rey se levantó, cogió su propia espada y la lanzó sin demasiado cuidado a los pies de HoSeok. - Entonces mátale.

- Yo... ¿por qué...?

- Dices que no es nada tuyo y ha intentado matarte a ti o a tu compañero, el otro consorte del príncipe heredero de Silla. - Le recordó. - Mátale y demuestra que no tienes nada que ver en esto. - Reveló su intención.

- No confía en mí. - Comprendió HoSeok. - Es por eso.

- Mátale y estarás libre de toda sospecha. - Aseguró.

- Yo... - Miró alternativamente la espada, al prisionero y al rey. - No puedo...

- Eres un soldado, ¿no?. ¡Mátale!

- No puedo. Nunca he matado a nadie. Es un prisionero. No puede defendese. No puedo hacerlo. - Le temblaba todo, el cuerpo y la voz. Se alejó de la espada  caminando hacia atrás.

- ¿No sientes la necesidad de matar a la persona que quiso hacer daño a quién es ahora tu familia? - Preguntó. - ¿No quieres proteger a los tuyos?

- No es eso. Claro que quiero, pero...

- Entonces, ¿debo entender que tienes alguna afiliación con este hombre y nos has traicionado? - Siguió con su tono inquisitivo.

- ¿¡Qué!? ¡Claro que no! - Exclamó HoSeok.

- Desátalo. - Le ordenó el rey a NamJoon. El general no dudó y obedeció a su rey dejando libre al prisionero. - Bien. Espía de Goguryeo, se lo preguntaré una vez más. ¿Cuál de los dos príncipes consortes era tu objetivo?

- La guerra es inevitable. - Respondió el hombre.

- Eso ya lo has dicho antes. - Se relajó tirándose en su trono. - Responde o muere. Goguryeo o Baekje. ¿Cuál de los dos quieres que inicie la guerra contra Silla?

- Ni siquiera tú puedes evitarlo, gran rey. - Siguió diciendo.

- Si es inevitable como dices, coge esa espada y cumple con tu cometido. - HoSeok dio un paso más atrás. El hombre sabía que el general NamJoon le rebanaría la cabeza si hacía daño al príncipe, pero su destino estaba fijado desde el momento que entró en el palacio. Tenía una misión y el general se había retirado la distancia suficiente como para que le diera tiempo a coger la espada y atravesar al príncipe antes de que pudiera hacer nada para evitarlo. Además, el príncipe estaba demasiado desconcertado como para defenderse bien y no tenía arma. En un rápido movimiento cogió la espada del suelo y corrió los pasos que le separaban del príncipe, quien, por supuesto, también tuvo tiempo de alejarse un poco. Pasó a cámara lenta. De reojo, vio al general, que no se habìa movido de su sitio ni un centímetro. No había ido a defender al príncipe. Entonces, el atacante lo entendió. Iba a morir, aunque aún no sabía cómo. Centró sus esfuerzos en llegar hasta el príncipe y matarlo, pero una daga se clavó en su clavícula de forma salvaje y certera. Primero la espada cayó al suelo, luego él.

- ¿Creíais, maldito idiota, que iba a dejar que matarais al que ahora se ha convertido en mi hijo? - Le preguntó el rey con suficiecia levantándose de su trono mientras el hombre agonizaba. Él había sido quien había lanzado la mortal daga. - Debo rogar vuestro perdón, hijo mío. - Le dijo a HoSeok. - Os he utilizado para defender a mi reino, pero estad seguro de que jamás corristeis ningún peligro. - NamJoon se acercó al príncipe para asegurarse de que estaba bien. El rey se colocó junto al moribundo y le habló desde arriba. - Necio. Quería saber si erais leal a vuestro rey o a vuestro reino. Y habéis confesado.

- Yo... no... - Dijo ahogándose en su sangre.

- Vuestras acciones os delataron. Si eras fiel a tu reino no habrías agredido al que fue príncipe de Goguryeo. Tú único objetivo habría sido el que fue príncipe de Baekje. Sin embargo, si arremetías contra HoSeok, significaría que tú no amas a tu reino. Sólo sigues ordenes de un rey obcecado con la guerra y el poder. - Miró a HoSeok con tristeza. - Un rey que estaría dispuesto a matar incluso a su propio hijo para provocar una guerra. - HoSeok bajó la cabeza dándose cuenta de que era verdad. Ya le había sorprendido que accediera a una tregua con este casamiento. Pensó que incluso era para librarse de él. Pero sólo le había sacrificado para tener una excusa para atacar Silla y que Baekje, no sólo no se pusiera en su contra, sino que fuera un aliado al temer también por la vida de TaeHyung. - Cualquiera de los dos nuevos príncipes de Silla eran tu objetivo. ¿Lo negáis? - Le preguntó finalmente al prisionero.

- Me temo que ya está muerto mi rey. - Anunció NamJoon.

- Entonces llevad al príncipe a sus aposentos. Tendrá mucho en que pensar. Lamento esto, hijo. Era necesario. - HoSeok lo entendía, pero no había sido fácil de presenciar. El rey tenía razón. Quería ir a su cuarto a descansar y pensar en qué había hecho mal para que su propio padre estuviera dispuesto a matarlo tan fácilmente.

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ANTES DE PASAR AL SIGUIENTE CAPÍTULO:

Hoy estoy orgullosa del capítulo. Espero que os haya gustado tanto como a mí escribirlo. Me ha recordado a una película.

Por cierto, ¿cuál es tu película favorita? A mi me gustan muchísimas, soy una gran amante del cine, pero creo que si tuviera que elegir una sería "Gladiator". Me encanta!!!

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