Heredero

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VOTO DE SILENCIO  

Capítulo 17. Heredero

Cuatro meses después...

Thor salió disparado en cuanto Loki se levantó de la mesa. Era la quinta ocasión durante ese día que el ojiverde se veía interrumpido en sus actividades cotidianas debido a las molestias propias de su estado.

Esta vez, las arcadas y náuseas se habían manifestado en medio de la cena familiar. Odín y Frigga suspiraron comprensivos por la situación. En cuanto les habían dado la buena nueva, Frigga fue la primera en felicitar al matrimonio, en tanto que Odín estrechó la mano con su primogénito, extrañado de presenciar un evento tan peculiar, y ciertamente único, en su tipo. Las primeras veces que el hechicero tuvo molestias, se alarmaron, pero ahora solo dejaban que Thor fuera en su búsqueda, ya que era el único que manejaba a la perfección el cambio hormonal de Loki.

El dios del trueno alcanzó a su consorte, quien estaba pegado a una vasija de mármol de ornamento como si su vida dependiera de ello. Palmeó con suavidad su espalda baja para confortarlo mientras terminaba de vomitar la mitad de la cena; lo tomó de la cintura, pero Loki retiró su fuerte brazo.

—Ni se te ocurra cargarme, Odinson —amenazó como gato malhumorado.

—Venga, que quiero ayudarte a llegar a nuestra habitación —respondió con una sonrisa el rubio, conociendo de sobra los altibajos en el carácter del azabache; por consiguiente, no esperó otra réplica y lo cargó cual princesa a pesar de los manotazos de su esposo.

Llegaron a la habitación, Thor bajó a Loki, quien solo suspiró con fastidio antes de recostarse en el lecho. El rubio quedó de pie en el marco de la puerta, observando atentamente cómo el ojiverde acomodaba las sábanas, disponiéndose a dormir. A su parecer era perfecto todo lo que sucedía, y realmente todo había pasado muy rápido. Se casaron en seguida de conocerse prácticamente y durante su primera noche juntos, concibieron.

Qué familia.

—¿Qué tanto miras? —escuchó al hechicero sacarlo de sus pensamientos.

—Te admiro —respondió sencillo, rodeando la cama.

—No creas que adulándome vas a obtener sexo hoy, Thor —mencionó calmadamente mientras materializaba un libro para tener una lectura nocturna.

Desde que habían confirmado el embarazo, Loki tenía más cambios de humor de lo usual y la mayoría del tiempo no se sentía "en forma" para intimar, sobretodo por la idea preconcebida de mostrar su cuerpo en constante cambio ante el rubio.

El dios del trueno meneó la cabeza, sonriendo bobamente. Comenzó a quitarse la capa de tela, la camisola, los pantalones y las botas. Por unos segundos quedó desnudo para deleite del azabache, quien trató de mantener la compostura a pesar de ser tentado visualmente. Thor tomó una tira de lino color guinda, atándola a su cintura para cubrirse y poder recostarse junto al otro. Aunque Loki estuviera leyendo, pasó su enorme brazo detrás de la delicada espalda y empujó al ojiverde hacia él, alejándolo de su libro.

—¿Qué haces? —preguntó el hechicero, cohibido por sentir la corpulencia de su esposo tan cerca. Odiaba sentirse vulnerable ante él.

Thor permaneció estoico y callado, pero de un momento a otro, aprisionó a Loki contra la cama, colocándose encima suyo, procurando no dejar caer su peso sobre el vientre.

—Te admiro —repitió.

—Deja de jugar, Odinson

—Admirarte no es un juego

Voto de Silencio [Thorki, R+18, Mpreg] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora