Recuerdo que un día estábamos jugando contigo, utilizaba el sostén de mamá para jugar contigo, tú saltabas queriendo atrapar esa tira del brasier; mamá se reía, yo me reía. Jugamos y jugamos, te pusimos una manta encima para molestarte, no sabías como salir hasta que lo hiciste. Lo volvimos hacer y nos escondimos en el camarote, subimos tan rápido antes de que pudieras vernos, nos escondimos bajo una manta y te vimos por un huequito, cuchicheábamos con mamá en el camarote, decíamos que no nos podías ver, tu buscabas por todos lados intentando encontrarnos, nos reímos muy fuerte y te diste cuenta... te molestaste tanto que llegaste hasta nosotras todo molesto y comenzaste sobarte tu cabeza con tus patas muy cabreado. Luego ya no quisiste jugar.
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