VIII

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Soltó un suspiro cansado, una vez había subido al auto.

-Ha sido un acto muy amable de su parte. ¿Que día lo llevo a verlo?

-Ninguno.- Respondí.- Se tenso cuando dijeron lo de venir a visitarlo, estoy seguro de que no quiere volver a verme.

-Que lástima, creía que su madre se pondría feliz de saber que usted tenía pareja.

-Tengo claro que la mayoría de las personas violadas no quieren tener alguna relación. Además, solo fue un gesto amable.

-Esperemos que ese omega se encuentre bien. ¿Seguro que no ira a verlo?

-Seguro.- Respondió, mirando de reojo la entrada del lugar.

Antes de cerrarlos y concentrarse en sus problemas. Recordando a su madre, suspirando ante ello.

-Avisarle a mi madre que estoy en casa.

-Enseguida, joven Asano.- Respondió, mandándole un mensaje a la señora Asano antes de comenzar a conducir.

Cuando llegaron al hogar, Gakushuu bajo y fue a su cuarto, abriendo las ventanas para que el aroma del omega saliera. Lo que menos quería es que ahora le estén reprochando de traer a un omega en celo a su cuarto, y luego haberle ayudado y no llevarlo con sus familiares.

Cuando escucho la puerta abrirse, se giro a ver a su madre, dejando de leer el libro para prestarle atención.

-Gracias al cielo estas bien. ¿Tienes idea de a donde has estado?

-Por calles que conocía.

-Reportaron a dos maleantes, y luego se supo que violaron a un omega, pero no se encontró al omega. Si tu hubieran visto esos dos alfas-.

-Mamá, se protegerme solo, no necesitó que alguien me proteja.

-No sabes que peligros hay afuera.

-Si, si.- Respondió, colocando el libro sobre su rostro con las páginas abiertas, haciéndole entender que no quería pelear en ese momento.

-Gakushuu, en cerio, tienes que tener más-.... ¿Porqué huele a Omega aquí?

-Preguntárselo a Mark, solo no le digas al Director.

-Querrás decir tu padre.- Gakushuu levanto el libro, mirándola directamente.

-No le digas nada y ya, ya eh pelado suficiente con él estos días.

-Hay, Gakushuu, ¿cuando ustedes volverán a llevarse bien?.

-Sera cuando el señor perfección pierda en algo. Mientras tanto seguiremos como estamos.

-Iré a hablar con Mark.- Dijo su madre antes de salir de su cuarto. Dejando al beta descansar de aquel día tan pesado. Bueno, pudo haber tenido peor, como el omega que se encontró.

Definitivamente, la sociedad estaba más podrida que nunca.

Y así fue como hasta hace dos días, se entero de que Akabane Karma, su rival, se había ido con su familia a quien sabe donde. Solo dieron el aviso en la pequeña reunión que hacían todos los lunes solo para decir logros y uno que otro anuncio del director o del consejo estudiantil. Sin embargo, eso significada los días más aburrido, de nuevo todos estarían a su merced sin que nadie se negara, bueno, ahora no tenia de que preocuparse de no tener al pelirrojo para sus tontas apuestas, peleas y uno que otro insulto que se decían como saludo cuando se veían. Así que el día comenzó más tranquilo y calmado que de costumbre. Siendo seguido por sus "amigos", que no dejaban de sentir alegría de que Akabane ya no estuviera en la escuela.

Pero claro, la clase E ahora estaría desprotegida y sumisos ante los insultos que les dirán y al mal trato. Sin que nadie los defienda de meterse con sus amigos o compañeros, y nadie que pusiera de cabezas la prestigiosa escuela del Director.

Cuando por fin estaba solo, soltó un suspiro pesado, jamas se había cansado de escuchar tantos insultos a la clase E, y más cuando sus compañeros se burlaban y reían demasiado de aquello. Supondría que su padre se alegraría de aquello, no cabía duda sobre ello, era tan orgulloso y le encantaba pisotear a los alumnos de la clase E.

Bien, si iba a soportar todo eso, iba a hacer algo. No estaba para aguantar tantas idioteces de sus compañeros y todo a quien viera, los detestaba profundamente por ser tan débiles.

Fue así, que no había pasado una semana hasta que Isogai llego hasta él para intentar llegar a un acuerdo. Sorprendiéndose este mucho ante la aceptación de este.

-¿D- de verdad?

-Si no escuchaste bien no es mi problema.- Respondió, dirigiéndose a su escritorio para comenzar a escribir el documento y dar aceptación aquello.- Ya tengo suficiente de las estupideces de mis compañeros, no estoy de humor para aguantarlos más.- Le dijo, escuchando los pasos de su acompañante acercarse le.

-¿No nos odias tanto, verdad?

-Si sabes lo que pienso del director y su prestigioso sistema educativo deberías tener suficiente.

-Si... ¿Sabes? Estoy seguro de que te llevarías bastante bien con la clase E.

-Pudrete.

-Jeje, esta bien.

-Solo dime tus condiciones.

-¿Eh?...... Es que.... Primero quería ti aprobación y lo iba a hablar con los chicos para-

-¿Dependes mucho de los demás? Si no me dices algo voy a tener que negar tu pedido.

-..... ¿Me dejas preguntarles por el chat?

-Si no queda de otra. Solo no hagas mucho escandalo.

-Si, solo dame unos minutos.- Dijo tomando su celular.

Hablando con los chicos y entre estos haciendo un escándalo porque Asano-kun estuviera de su parte, antes de ponerse serios con sus condiciones, pasando Isogai una hora entera con Asano para llegar a sus acuerdos y hacerle entender al azabache que estaban poniendo dos cosas con el mismo sentido pero con diferentes palabras, sorprendiéndole el hecho de que fuera un tanto.... Tonto en esas cosas. Y una vez acabaron, por fin el azabache se pudo ir, mirando al pelinarnaja por cortos segundos. Este molestándole que siguiera ahí.

-¿Se te ofrece algo más?.- Preguntó sin disimular su molestia.

-Gracias por apoyarnos... Podemos invitarte a-

-Yuuma, creeme que detestaría pasar tiempo con tu grupo.

-... ¿Si estuviera Karma-kun irías?

-Lo más posible es que termine rehusando me a todas sus salidas, de igual manera no iría, este o no.

-Esta bien, pero vendremos agradecerte alguna vez.

-Considerare la opción de tener perros para que se alejen. Gracias.

-Jeje, nos vemos mañana. Asano-kun, espero la reunión con ansias.- Este solo levanto la mano en señal de despedida, dejando que se vaya, pudiendo respirar de su aroma sofocante. Odiaba en chocolate, en verdad que lo odiaba y le asqueaba las mayorías de las veces

Ahora solo le tocaba sobrevivir a lo que su padre le dijera. Le daba igual, siempre peleaban, estaba acostumbrado.

Y una vez más tuvo que soportar sus reproches. Recibiendo de nuevo unas palabras dulces de su madre quien solo le decía lo bueno que hacia.

(O&B) Omegaverse Asakar (AU) Where stories live. Discover now