IX

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Miro el diploma de graduado que le extendía el director, mirando a este antes de tomarlo.

-Gracias.- Hizo una pequeña reverencia, sin poder entrar en más detalles con él, estrechando la mano con las demás personas que le ofrecían sus títulos con sus logros y uno que otro regalo por ser el mejor. Quedándose a un lado de ellos sentado para dar su discurso al final de que todos recibieran sus diplomas y títulos. Teniendo que saludar a todas esas personas, en verdad deseaba no volver a verlas.

Cuando termino, su madre le abrazo enseguida, llenándolo de abrazos y uno que otro beso y palabras llenas de alegría.

-Que alegría, has acabado la preparatoria, ahora solo te falta la universidad. ¿Que vas a estudiar? Anda, que me dijiste que me lo dirías hoy.

-Voy a estudiar medicina, intentare especificar me en todas las áreas que pueda.

-¿Medicina? ¿Estas seguro? Son muchos años, ¿no quieres-. Este la corto negando con la cabeza.

-No quiero estudiar maestro o director, ya lo había decidido desde hace mucho.

-... Esta bien, entonces ya no seguirás la universidad aquí.

-Tranquila, hay otra universidad que me llama más la atención, sin embargo rentare un departamento, vendré a verte los fines de semana.

-Dirás "vernos", hijo.

-Si, si, lo que tu digas. Comenzare a empacar mañana.

-Voy a extrañar verte.

-También yo.

-Asano-kun.- La voz de su padre interrumpió su charla, mirando al Director a tan solo medio metro de el.- Felicidades por ser el promedió más alto. Espero verte en la universidad también.

-Gracias por su felicitación, pero esta vez no, Director. Iré a otra universidad.

-.... ¿Que estudiaras?

-Medicina, Director. Y ya que su.... Prestigiosa escuela no tiene en sus opciones estudiar para medicina, iré a otra lugar.

-Le deseo suerte, Asano-kun.

-Gracias, Director.- Sus palabras entre ellos siempre dejaba ver el rencor que uno le tenia y el orgullo del otro.

Claro, cuando decides tratar como una mascota a tu hijo solo por hacerlo perfecto. Y su padre lo abandona a su suerte, sin importarle si conseguía algún sentimiento malo contra él. Las cosas se ganan dependiendo como fueron elegidas las opciones.

Y así paso el tiempo, distanciándose más aun de su padre, sintiéndose más libre al poder estar solo. Y otros cuatro años se fueron hay, estudiando lo que quería, haciendo lo que quisiera sin que nadie este hay para seguir peleando la mayoría del día.

Soltó el libro para poder tomar un sorbo de su café amargo, eran alrededor de las 7:26 p.m. estado en una cafetería cercana de su departamento, preparándose para su siguiente examen, aun le faltaban muchos años, claro esta, pensaba estudiar diferentes cosas mientras trabajaba. Así fue como miro de reojo hacia afuera. Notando a unos niños en unas escaleras, tal vez esperando a alguien, sin embargo, estos portaban ropas en mal estado, y las lluvias en ese tiempo eran peores que el año anterior. Y se veía que los niños no pasaban de un año y medio, mirando a todos lados buscando a alguien con la mirada. Hasta que el diferenció a una persona acercarse les, notando como toma a uno de los pequeños del brazo con brusquedad. Este comenzando a llorar y el otro siguiéndole. Haciendo un gran escandalo.

Fue así como se dio cuenta que se trataba de esa personas que se llevaban a los niños abandonados para extorsionar los, usarlos para actos indebidos, o vender sus órganos en el mercado negro. Y probablemente, esos niños ni le conocían, y habían sido abandonados por alguien.

Pago la cuenta, guardando sus cosas. Eso de ayudar a la gente se le estaba pasando de la mano, de dirigió hacia estos, portando un pequeño paraguas en su mano usando la otra para tomar su celular.

-Oiga, ¿que le hace a los niños?

-Nada señor, soy su niñero, pero se me han escapado. Su padre esta muy preocupado por ellos. Los hemos estado buscando, ¿no es así, niños?

-¡Ah, ahí están!.- Pronuncio, acercándose al chico y a los niños.- Muchas gracias por encontrarlos, lamento todos los inconvenientes.

-¿Q- Qu-

-¿Quien es usted?

-Perdonen las molestias, perdimos a los niños en el supermercado solo porque no les compre un juguete y huyeron. Me alegra tanto saber que están bien.- Se agacho a la altura de estos niños, mirándolas con una sonrisa.- Tranquilos, papá ya esta aquí.- Quiso morderse la lengua al decir aquello. Por favor, ese no era para nada su problema y menos su rollo. Sin embargo no se espero a los niños acercarse a este y ocultarse del otro sujeto.

Bien, punto a su favor. Saco su billetera, dándole unos cuantos al chico para evitar sospechas de las demás personas. Acercándose a este de más.

-La próxima vez que te vea por a partirte el rostro por intentar robarte a unos niños.

-Lo dice quien se hizo pasar por su padre.

-Ojala te vaya bien la cárcel, pudrete escoria, más te vale no correr.- Le advierte, este volteando se sin lograrlo sintiendo unas esposas en sus manos.- Buen viaje, idiota.- Susurro, saliendo de aquel lugar, llevándose a los niños, entrando de nuevo en un pequeño restaurante ordenando algo de comida. Se veían hambrientos por no hablar que tenían sus labios resecos, sin embargo, estaba seguro de que necesitaban comer al menos algo.- ¿Sus nombres?.- Les pregunto. Estos mirándose entre si.

-I- Ikuya

-.... Saya.- Dijo lo más bajo que pudo, siendo casi incomprensible para Gakushuu escucharla.

-Hola, Ikuya, Saya. Yo soy Asano Gakushuu. Mucho gusto en conocerlos.- Les dijo, estos haciendo un pequeño asentimiento.- ¿Que edad tienen?- Noto que estos se miraron, alzando las manos, mostrando el chico dos dedos levantados y los demás abajo, mientras la niña decía uno y ponía su otra mano acostada. Signo de que había nacido casi a mitad del que había nacido su hermano.

Sin embargo, se veían tan pequeños. Tal vez era la falta de alimentación lo que les había causado que su crecimiento disminuyera.

-Ya veo, ¿y sus padres?.- Estos negaron.- ¿Algún familiar, hermano mayor, abuelo, tía, padre, madre?.- La niña alzo la mano.

-Ma- mami fue po comida.

-¿Hace cuanto fue?.- Preguntó, estos niños sin poder responder pensando de que forma saber si la madre volvería o no.- ¿El sol estaba?

-Si....

-¿Apenas salia?.- Estos asintieron, Gakushuu aguantando la idea de hacer una mueca.

Era obvio, su madre no regresaría por ellos, habían sido abandonados a su suerte y casi vendidos a algún extraño. Recordándole un poco que su padre lo abandonó por su prestigiosa escuela y que fuera perfecto para la vista de todos. Cuando la comida llego, los niños comenzaron a comer gustando del sabor dulce y suave. Mirando al pelinaranja enfrente de ellos.

Al final su madre no les había mentido.

Su padre vendrá por ustedes.

Eran las mismas palabras que su madre les dijo antes de irse, mirando al chico recordando sus palabras.

Tranquilos, papá ya esta aquí.

Estaban seguros de que aquella persona era su padre y no el anterior hombre que se les acerco.

Querían que fuera verdad.

(O&B) Omegaverse Asakar (AU) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora