Dominando un Corazón Masculino

The third date

Kirishima Eijirou estaba sonriendo con orgullo, ese fin de semana la tenía libre y sabía que Bakugou también, se había asegurado de eso con Aizawa y Todoroki. Tenía todo planeado, invitaría al rubio al tener al fin la tan esperada tercera cita y está no sólo sería la cita perfecta sino que sería una cita como la gente normal suele tener.

-Dejaré tan sorprendido a Bakugou y me veré tan genial que antes de decir que quiere volver oficial nuestra relación me besara apasionadamente y yo podré pasar mis manos en su fina cintura y terminar apretando ese lindo y redondo…- justo en ese momento recibe un mensaje de sus compañeros, necesitaban apoyo con una situación de robo con rehenes.

-¿Qué tienes pensado hacer en un fin de semana libre?- le preguntan sus amigos cuando ya encerraban al último criminal.

-Tengo pensado la mejor cita del mundo con Bakugou, él también va a tener libre. Será mi oportunidad de que me puede aceptar como su alma gemela y así empezaremos a vivir una bella relación en donde viviremos juntos, adoptaremos mascotas e hijos o intentar alguna forma de tener propios para ser una bella familia y nos casaremos y él usará un bello vestido de novia y en la noche de bodas yo…- un golpe de parte de sus amigos le hizo dejar de hablar de sus fantasías.

-No necesitamos tanta información- con sonrisa avergonzada el pelirrojo se disculpa, cuando se trataba de esos temas tendía a perderse en sus pensamientos.

Una vez terminado su trabajo se concentró en preparar todo para su cita con el doctor de sus sueños. Podría invitarlo a comer a un lugar pero quería ser capaz de demostrar que era capaz de cocinarle una comida deliciosa por lo que se esforzó en averiguar cuál era su comida favorita, con esto compró todo lo necesario para hacer dicho platillo: curry. También se compró un nuevo traje y aprovechando que había una oferta en la joyería cerca de la tienda de trajes compro dos pulseras de cadena de oro. Con todas sus compras hechas de fue a su casa y guardó todo.

-Hora de llamar a Bakugou- con una sonrisa similar a la de un niño que se iba a ir al parque de diversiones empezó a marcar el número que ya se había aprendido de memoria.

-”¿Qué sucede ahora, cabellos de mierda?” Tu y yo en una tercera cita mañana, tengo el día libre y la casa en buenas condiciones “Solamente tengo libre por la tarde, a la noche tengo cosas que hacer” De acuerdo, ven a almorzar, yo me hago cargo de todo “Supongo que podría, voy para tu casa a las 15” Perfecto, te prometo que será la mejor cita de tu vida “Eso ya lo veremos”- de esta forma la conversación termina.

Al día siguiente el oficial se levanta temprano para ser capaz de dejar su casa impecable, bañarse y arreglarse meticulosamente, se puso el nuevo traje y las pulseras, una sonrisa de satisfacción se plasmó en su rostro. Con esto se fue a la cocina, se puso un delantal para no ensuciar su ropa y se puso a cocinar, tenía la suerte de que no era tan complicado. Una vez cortado todos los ingredientes y puestos en la olla puso los condimentos necesarios para así dejarlo cocinarse lentamente. También preparó una olla de arroz para que acompañe el curry, de eso no tenía nada de qué preocuparse porque la máquina se apagará cuando esté ya esté hecho. Miro su reloj y vio que le sobraba algo de tiempo, por lo que decidió preparar la mesa. Puso un mantel blanco con unos bordados delicados, escogió los platos de porcelana que nunca usaba que le había regalado su madre el día que se mudó, colocó unas velas para que de un ambiente mucho más romántico, unos cubiertos de plata que relucían, unas copas de cristal y un buen vino que le recomendó su jefe. Hasta se tomó la molestia de seguir un tutorial de cómo doblar servilletas de tela, no le había salido tan mal. Nuevamente observó el reloj y ya en unos minutos llegaría su invitado por lo que rápidamente conectó su teléfono a unos parlantes para poner música romántica de fondo, todo estaba perfecto. El timbre sonó, se miró una última vez en el espejo y se guiño el ojo mientras se susurraba un “lo tienes en la bolsa, tigre”.