DIRTY DIRTY. ─YEONBIN.

✧: black pearl.

Ella sostenía amablemente una pequeña libreta lila mientras se acercaba a mí, extendiéndola. Llevaba puesta una simple camisa color crema y unos pantalones negros, su cabello suelto ondeaba, sin embargo lucía demasiado atractiva.
Tanto que me sentí envidioso por no ser ella. Tan hermosa siempre. Igual que una reina.

¿Y yo qué era? El bufón de su rey, tal vez.

—Hola, Soobin. —Su suave voz llenó mis oídos. Por alguna razón me sentí tan molesto y solo quería irme de allí—. Sé que no solemos hablar mucho, pero me preguntaba si podrías firmar esta petición para que las personas tomen más conciencia y cuiden el ambiente.

Sunmi siempre fue dulce. Eso no es algo que esté a discusión, creo que empiezo a comprender por qué Yeonjun está con ella. Es preciosa, perfecta.

—Claro, no hay problema. —Respondí después de unos segundos ganándome una sonrisa de su parte. Me extendió el bolígrafo y la libreta, en donde dejé mi firma.

Vi que abrió la boca para decirme algo, su mirada estaba fija en mi muñeca y eso me incomodaba en cierta parte.

—Lindo tatuaje. —Dijo—. Se parece al de alguien que conozco.

Lo sé.

Después de todo, este tatuaje me lo hice una vez estando ebrio con Yeonjun. Salimos a las calles como dos idiotas enamorados, con una botella de vodka y unos cuantos billetes en el bolsillo. Tenía un significado importante para mí, ahora solo es una marca que duele. Muchísimo.

—Gracias, supongo. —Me encogí de hombros. Quería ignorarla y dejar que se vaya, no quiero verla.

No es como si no me agradara. Pero ver a la novia de tu amante, no era una situación realmente agradable.

—Eso es todo, muchas gracias por firmar. —Me sonrió antes de marcharse. Acercándose a un grupo de nueve chicos que hablaban no muy lejos de allí.

Volví a enfocarme en lo mío. Sunmi era como una perla, tan brillante y preciosa. Siempre destacando en todo lo que hace. Estoy seguro que muchas personas quieren ser como ella. Tan pura.

¿Y yo qué era? Probablemente una perla negra.