DIRTY DIRTY. ─YEONBIN.

✧: make daddy proud.

Desliza la prenda por su blanca piel, admirandose a sí mismo al espejo. Pensando en lo precioso que se ve, tal cual diamante, que reluce. El sonido de la puerta siendo abierta capta su atención, y al girarse se encuentra al rubio quien trae una sonrisa tan preciosa en su rostro.

—Veo que mi bebé decidió usar la ropa que le compré. —Beomgyu se acerca, acariciando la mejilla del menor quien sonríe ante el tacto—. Me alegra que te haya gustado.

—¿Gustarme?—Chilla emocionado. —¡Me encanta, papi! ¡Eres el mejor!

Después de la primera vez que estuvieron juntos, hubieron muchas más, por supuesto. Cada una mejor que la anterior. Donde Beomgyu marcaba con sus labios y caricias, la piel de Huening Kai, firmando un pacto silencioso de amor. Pero fuera de esas muestras de cariño privadas, también habían públicas, se daban la mano y se besaban como cualquier otra pareja normal y eso estaba bien. Aunque ninguno de los dos había dicho específicamente sobre tener una relación, estaban bien así.

—Ya lo sé, bebé, siempre me lo dices. —Rió el mayor acariciando los cabellos de su niño, para posteriormente sentarse en el borde de la cama—. Conseguí escaparme de mi casa durante unas horas, así que, me tienes para ti durante ese tiempo.

Choi Beomgyu era un chico muy aclamado. Heredero de una gran fortuna, por tanto, debía pasar la mayor parte de su tiempo en ocupaciones que un simple adolescente no debía tener. Pero allí estaba. Sin embargo, con Kai había aprendido un nuevo significado de libertad, y podía mostrar su faceta más madura pero también podía actuar como un pequeño niño.

Huening Kai se había convertido en su mundo. Sin darse cuenta, ese niño lo tenía completamente atrapado, y no podía negarlo más. Poco le importaba todo. Aún si tenía que renunciar a su riqueza por tenerlo, él estaría feliz con solo verlo sonreír.

—Bien, tengo algo preparado para ti. —Sonrió Kai. Haciendo alusión a un niño inocente, con su aura tan delicada—. Pero no sé si te gustará.

—Chérie. —¿Está demás agregar que Kai se derretía cuando escuchaba el perfecto acento francés de su mayor? Inmediatamente lo miró fijamente—. Cualquier cosa que provenga de ti me encanta, aún si es algo insignificante y tonto para ti, para mí es como uno de los mayores tesoros.

Huening sonrió. Mirando con ternura a su mayor, antes de inclinarse levemente a besar sus labios. Para enderezarse, su delicada figura apegándose a las prendas que llevaba. El mayor observando todo con suma concentración, sabiendo, o al menos haciéndose una idea de lo que venía a continuación.

—Haz que papi se sienta orgulloso, bebé.