✧: all the good boys go to hell.

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🖇: Capítulo +16.

Soobin era un chico bueno, dentro de toda la categoría de la palabra. Siempre se preocupaba por los demás, y aconsejaba a sus amigos en todo lo que podía, siempre te sonreía aún si no te conociese, y por supuesto ayudaba a quienes lo necesitaban. Tan solo le faltaba la aureola y las alas para afirmar por completo que era un ángel en la Tierra. Su fiel inocencia y pureza lo habían convertido en todo un personaje dentro de la preparatoria.

Cualquiera que lo viera, caminando por los pasillos, con su ropa en tonos claros y esa sonrisa que dejaba ver sus bonitos hoyuelos, podía afirmar que evidentemente el chico era todo hojuelas sobre miel. Pero nadie sabía lo que escondía esa angelical sonrisa.

Detrás de las sábanas, Soobin era todo gemidos y gruñidos calientes, sonrojos y toques pecaminosos. Era un ángel tentando al propio diablo. Yeonjun deslizó con paciencia sus manos por los costados del menor, viéndolo a los ojos, transmitiendo ese amor puro y sincero que sentía por él.

—Te amo. —Dijo sonriendo, mientras se inclinaba a pesar su plano vientre. Escuchando los jadeos del contrario y como sus manos se enredaban en sus azulados cabellos. —Te amo mucho.

Repitiendo su nombre como si fuese una plegaria, el azabache gimoteaba revolviéndose entre las sábanas. Disfrutando de cada toque, cada suave beso, cada sensación que le proporcionaba su novio. Era como flotar hacia el paraíso y al mismo tiempo arder en las llamas pecaminosas del infierno.

El peliazul miraba complacido como su chico se retorcía entre gemidos en la cama, mientras su mano se movía rápidamente, sus dedos entrando y saliendo de su interior. Soobin estaba ruborizado, y mantenía su labio inferior apresado entre sus dientes teniendo este un fuerte color carmín, su cuello estaba lleno de marcas al igual que sus clavículas y su pecho; y sus piernas estaban abiertas dejando a la vista del mayor el húmedo y excitante paraíso.

—¡Yeonjun!—Chilló. Sintiendo desbordarse ante la sensación, mareado por todo lo que se acumulaba dentro de él. Apretó las sábanas con sus manos—. Yeonjunnie, por favor, por favor.

Suplicaba. Y ni siquiera sabía por qué, solo rogaba, gimiendo y perdiendo el control de su cuerpo, solamente deseando que aquel placentero momento jamás acabase. Entonces, Yeonjun sonrió decidiendo que era momento, y con un suave movimiento de caderas estuvo dentro de él.

El fuerte gemido del menor probablemente se escuchó por toda la cuadra, avergonzado, mordió su labio inferior. Jadeando cuando el mayor empezó con el suave movimiento de caderas.

Soobin era un chico bueno. Tan bueno, igual que un ángel, pero él no estaba consciente que los chicos buenos también podían ir al infierno.
Aunque poco le importaba eso a él, si así podía tener el caliente toque de Yeonjun sobre su cuerpo.

Con gusto iría al infierno. No sin antes visitar el cielo.

DIRTY DIRTY. ─YEONBIN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora