Capítulo 5

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—Tisy.

Corine lo observó confundida.

—¿Qué?

—Siu'to Tisy (Tú eres, Tisy)

Frunció el ceño, intentando comprende qué diablos era Tisy, porque el tú eres lo había entendido ¿Pero Tisy?

—Iesu, it'ta Corine (no, yo soy Corine)

—Iesu —gruñó, mirándola fijo—. Siu'to Tisy.

—¿Qué diablos? ¿Ahora resulta que tú decides como me voy a llamar? De ninguna manera, mi nombre es Corine, y si no-

Lo escuchó rugir, y cerró los ojos con temor, estremeciéndose.

—O-Okay, okay —balbuceó sin mirarlo—. It'ta... Tisy.

—It'jatat, Tisy (sígueme, Tisy) —gruñó, haciéndole una seña con la cabeza.

—Tima (sí) —murmuró, comenzando a caminar.

Qué carácter del diablo se cargaba el hijo de puta. Al parecer, no estaba acostumbrado a que lo contradijeran. Y si la trataba así, con sólo un día de haberla secuestrado ¿Cómo sería luego?

¿Cuándo mierda la iban a encontrar?

***

—Estás cosas pertenecen a la doctora Roth —pronunció un oficial, al encontrar varias de sus pertenencias por la selva.

—Cada vez menos creo que siga viva —pronunció otro, al oler el área—. En esta zona suelen merodear Blaise, Rady, Hyse y Tyeon. Si alguno de ellos ya la encontró, lo cual es lo más probable, no debe seguir con vida.

—Pobre doctora Roth —se lamentó otro muchacho—. Ella era muy agradable.

—Y estúpida —gruñó el primero—. Esto no habría ocurrido si ella hubiese obedecido.

***

Corine estaba atada a un árbol, desde su muñeca al tronco del mismo, con la misma liana que había usado antes para "pasearla" hasta el río.

Observó cómo él cortaba un trozo del animal de la noche anterior, y se lo acercaba a ella.

—Tisy, hammie (come)

Ella lo observó con el ceño fruncido.

—Iesu.

Lo escuchó gruñir, mirándola con molestia.

—Hammie.

—Iesu, It iesu hammie (no, no comeré)

La tomó del rostro con su mano libre, gruñéndole de una forma intimidante, apretando sus mejillas entre sus dedos.

—Siu hammie it'com yaja (Tú comerás lo que yo diga)

—Iesu —repitió con lágrimas en los ojos.

No iba a seguir siendo sometida por ese imbécil, sí quería matarla, que lo hiciera, no iba a ceder más.

El rubio gruñó con rabia, y la empujó hacia atrás, alejándose de ella, para volver hacia la fogata y comer solo, de espaldas a ella.

Corine sollozó, no sólo por el estrés de ser secuestrada, sino también por el dolor en sus mejillas. Realmente le había presionado con mucha fuerza.

Se abrazó las piernas, y escondió su rostro entre sus rodillas.

Luego de varios minutos, y de terminar de comer, el tipo entró a su cabaña, saliendo segundos después con un ungüento y unas frutas.

Blaiseحيث تعيش القصص. اكتشف الآن