Capítulo 7

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Blaise se había ido hacía más de cuatro horas, aproximadamente, y aún no había regresado, algo que estaba preocupado a Corine. ¿Qué sería de ella si le había pasado algo a él?

Y no la había dejado atada, después de todo, no era necesario, no a la altura dónde se encontraban.

Miró la fogata, y le echó un par de leños más, que él mismo había dejado, antes de irse, junto con frutas y verduras, y agua. Les había llevado medio día llegar hasta allí.

Se habían detenido para comer, y luego continuaron. La mayor parte del camino la había llevado Blaise, hasta que tuvo que cargar los suministros para la cueva.

Respiró profundo, y tomó algunas cosas, lavándola y pinchándolas en una rama, para acercarlas al fuego. Observó su ropa, o lo poco que quedaba de ella.

Su camisa ya la había destrozado él en su "inspección", y parte de su pantalón lo había roto ella para vendarle las heridas que tenía en la espalda.

Terminaría desnuda como él al parecer.

—Y violada, no olvides eso —murmuró bajo, sentándose frente a la fogata, para buscar calor.

—Tisy.

Miró hacia la entrada de la cueva, y observó aliviada a Blaise. No había muerto. Pero rápidamente cambió de expresión, al ver el cuerpo del animal que venía arrastrando.

Era algo realmente grande, quizás del tamaño de un oso pardo. ¿Cómo diablos lo había cazado él sólo?

—At siu (para ti) —le dijo señalando el cuerpo, y luego a ella, para que entendiera.

—It iesu hammie (yo no como) —pronunció negando con la cabeza, antes de señalárselo.

No sabía cómo se decía eso, animal, o carne siquiera.

—Iesu te at hammie (No es para comer) te at gaha'ha (es para abrigo) —explicó haciendo una seña con sus manos, en señal de cubrir.

Ella lo observó pensativa. Y luego se tomó su ropa, mirándola expectante, a lo que él asintió con la cabeza.

—Blaise gaha'ha (abrigo) —le dijo la morena.

—Iesu —gruñó, sentándose en la entrada de la cueva, para quitarle la piel.

¿Por qué no quería usar nada para cubrirse? Negó con la cabeza, y volvió a la fogata, dónde sus verduras ya comenzaban a humear.

—Tisy.

—¿Qué?

—Siu'Craigy toc (cocina esto) —le dijo dejándole en el suelo un trozo de carne.

Ella miró con asco esa carne rosa, y agarró una rama, clavándola sobre ella, para luego llevarla al fuego, sin tocarla. Blaise la observó confundido, y luego sonrió divertido ¿Cómo no le podía gustar la carne?

***

Una semana después—

Se sentó bajó de un árbol, y comenzó tejer con sus manos unas tirillas finas de hojas que había cortado. De seguro para un par de días le iba a servir aquello.

Blaise se acercó a ella, y le dejó varias hojas más de palma, observando curioso lo que ella hacía.

—¿Com te (qué es)? ¿Com siu'koko (que haces)?

—Siu Gaha'ha (tú, abrigo)

La miró confundido, hasta que entendió lo que quería decir.

—At siu (para ti)

—¿Qué? —le dijo sin mirarlo.

—Jaya "Gaha'ha at siu" (se dice "un abrigo para ti")

—Ah, At siu.

—Tima.

Se sentó frente ella, y tomó una hoja de palma, imitándola. Por el tamaño de las hojas, y la forma que tomaría, ya tenía una idea de cómo usarlas.

Corine lo observó, y sonrió. Al menos ya comenzaban a entenderse mínimamente. Aunque hasta ahora, la única palabra que él entendía de ella, era el que.

—Blaise.

—¿Com (que)?

—Párate —le dijo haciéndole una seña con la mano.

Él la miró inseguro, y se puso de pie, ella también lo hizo, y con una tira de la hoja de palma, le midió el largo desde las caderas, hasta cinco dedos por encima de la rodilla.

—Shinsei (gracias) —sonrió la morena, volviéndose a sentar, para seguir tejiendo.

***

Había hecho varios rectángulos de tres metros de alto, y dos de largo, de tejidos de hojas de palma, llevándose consigo también cañas del mismo largo, de regreso a la cueva.

—Tisy, ¿Siu'ro nan (estás bien)? —le preguntó preocupado, ya que está vez no podría llevarla él, por las cosas que llevaba.

—Tima —le dijo, cargando una cesta con frutas.

La miró inseguro, y se detuvo, dejando todo lo que llevaba en el suelo, para tomar una roca de gran tamaño, y ponerla encima. Se acercó a Corine, y le quitó la cesta, desconcertándola.

—Pero ¿Por qué?

La tomó en brazos, y como siempre hacía, la pasó a su espalda, cargándola para llevarla. El camino hasta la cueva, lo que faltaba, era muy irregular, y temía que ella pudiese tropezar y caer.

—Shinsei, Blaise —pronunció con una suave sonrisa.

Él no dijo nada, simplemente continuó caminando, sintiéndose más seguro de llevarla de él. Y luego de unos veinte minutos caminando, la bajó a la entrada de la cueva.

Podrían haber hecho su nuevo asentamiento más arriba, pero con temor a que Corine intentará huir y se hiriera, había optado de hacerlo cerca del suelo.

Fue hasta la piel del animal que había cazado la semana anterior, y la tocó, comprobando que ya no le faltaba mucho para estar lista. Revisó la de los conejos, y las quitó, esas si podía usarlas.

Fue hasta el otro arco donde tenía otra piel, de un venado que había cazado hacía cuatro días, y pasó suavemente sus dedos, comprobando su estado.

Se giró para mirar a Corine, y la morena estaba intentando encender la fogata.

—It'koko (yo lo hago) —le dijo acercándose a ella, frotando las dos piedras.

Luego de hacerlo, dejó las dos pieles de conejo allí, y se fue para traer el resto de las cosas que había dejado fuera de la cueva. Corine se sentó frente a la fogata, y unió las partes que había tejido.

Le haría un maldito taparrabo con las hojas, y tendría que usarlo quisiera o no. Cuando las pieles ya estuvieran curtidas, también usaría un trozo para hacer lo mismo.

Una prenda que sería mucho más duradera. No podía seguir desnudo como si nada por la selva. Y aunque ya se estaba acostumbrado, y no le molestaba tanto verlo así, por pudor le insistiría que la usara.

...

Hasta aquí publicaré por ahora, debo actualizar las otras historias ❤️💕

BlaiseWhere stories live. Discover now