Capítulo 19 - Calamidad

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Si bien Jiang Cheng hablaba desdeñoso y con recelo, la verdad era que estaba feliz.

Wei WuXian le había escondido un secreto por un tiempo ¿pero qué importaba ahora, si tenía la oportunidad de tener a un cachorro a su lado?

La última vez que había sostenido a un cachorro había sido hacía tanto tiempo que le era difícil controlar su felicidad.

No le importaba si tenía un novio, se fugaba o se hiciera un tatuaje de la mafia en el cuerpo. El no diría nada y a cambio conservaría al cachorro.

Si Wei WuXian podía salir con alguien ¿por qué él no podía permitirse tener una mascota?

En un momento pensó en dejar que el cachorro fuera libre en las montañas, pero antes de tomar esa decisión visitó a un veterinario.

Éste, a parte de confirmar que se trataba de una hembra, le había comentado que le sería difícil adaptarse a la vida de montaña. Un cachorro sin manada, aun si no hay competencia por la comida, sería lo mismo que un niño abandonado.

Además, ese cachorro en específico tenía apenas poco más de un mes de vida. No podría valerse por sí mismo.

Moriría en soledad y abandono.

Al escuchar esas palabras, Jiang Cheng abrazó al cachorro entre sus brazos hasta que éste comenzó a lamer su barbilla.

Regresó a su habitación después de clases y vio lo que no creía que volvería a ver.

Su habitación estaba hecha un desastre.

En el pasado, cada vez que le tocaba compartir habitación o espacio de vida existencial con Wei WuXian, éste se encargaba de poner patas arriba el lugar, volver un desastre todo lo que tocaba y deshacerse de su paciencia.

Ahora un cachorro hurgaba entre sus cosas, sobretodo en el cesto de ropa sucia, sacaba sus camisas y las arrojaba al suelo para acostarse sobre ellas.

Para cuando Jiang Cheng volvía, no podía quejarse. El cachorro se tiraba a sus pies lloriqueando y mirándolo desde su cabecita gacha.

¿Cómo podía enojarse?

Jiang Cheng se inclinó y recogió la ropa del suelo para después mirar al cachorro "¿Qué tal si hacemos un trato? ¿Quieres algo a cambio de dejar de sacar mi ropa? ¿Comida cara? ¿Un juguete?"

La lobita se acercó gacha y restregó su mollera contra la pierna de Jiang Cheng chillándole, como si dijera No me dejes.

Jiang Cheng suspiró "No puedo quedarme todo el día contigo. Ya es bastante bueno que puedas quedarte en mi habitación."

Sabía que lo entendía. Llevaba dos semanas con su nueva compañera y no escatimó el tiempo en dedicarse a entrenarla. Tal vez aún no era una adulta, pero era buena aprendiendo y en esos momentos tendría el entendimiento de un niño de 5 años.

La lobita lloriqueó mientras se echaba en el piso.

Jiang Cheng terminó de arreglar la ropa y decidió levantar el cesto sobre el escritorio. Era difícil decidir qué hacer con ella.

Al verla en el suelo, tal cual niño haciendo pucheros, sacó de su manga un juguete que había comprado especialmente para dárselo.

Jiang Cheng "Ven aquí, Bonita."

Una carcajada ahogada, seguida de un tosido lo sobresaltó. Al levantar la vista se encontró con Wei WuXian mirando desde la rama de un árbol fuera de su ventana.

Wei WuXian terminó de reír casi ahogado "¿Es en serio? ¿Le pusiste un nombre tan cursi? HAHAHAHA."

Jiang Cheng "¿Pero qué...? ¡Wei WuXian! ¡¿Por qué estás ahí?!"

▪•Instintos•▪[Academia De Jóvenes Cultivadores]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant