Capítulo 2.

5.3K 398 42
                                    

                                                       dos

A primeras horas de la mañana, de aquel frío y lluvioso Martes, me encontraba en compañía de Zoe, tomando un desayuno en la cafetería de la Universidad, y adelantando tanto tareas como proyectos que teníamos pendientes para esa semana. Entre ellos, el proyecto de Literatura.

—Podríamos realizarle una entrevista al presidente, es una buena idea—sugirió Zoe, mientras se aproximaba a la mesa, cargando con dos cappuccinos y dos media luna.

Negué con la cabeza sin quitar la vista del documento en Word que tenía abierto en mi Mac. Lo cierto era que Zoe era pésima para aportar ideas.

—Es una idea trillada—suspiré, y le agradecí cuando depositó mi desayuno a mi lado—Probablemente se le ocurrió a más de la mitad de la clase. Eso deja de ser original.

Para aquellos momentos la cafetería estaba tranquila. Únicamente se escuchaban las voces que se transmitían a través de los televisores, y el sonido que efectuaban los utensilios en la cocina cuando eran colocados en el fregadero. Las cocineras hablaban en susurros mientras se dedicaban a sus tareas.

Aún nos quedaban unas horas para ingresar a clases, pero en ocasiones era más tranquilo estudiar, y trabajar, allí que bajo el descontrol de una casa propia.

Busqué entre los papeles y  marcadores desparramados sobre la mesa el sobre de azúcar. Fruncí el ceño.

—Uh olvidé que le pones azúcar al cappuccino—rió Zoe.

Sonreí mientras me ponía de pie dispuesta a ir en busca de lo que me hacía falta en ese instante.

—¿Como puedes tomarlo sin azúcar? es asqueroso—arrugué la nariz—voy a ir a pedirlo a la cocina, fíjate si mientras tanto se te ocurre alguna idea—dicho eso, me aleje a paso lento dejando a mi amiga a cargo de nuestra mesa.

La verdad era que me gustaba adelantar las tareas de la Universidad. Quizá a veces podía ser un tanto haragana, o tenía mis días, pero era mejor sacarse las cosas de encima que vivir postergando. Por eso mismo, había decidido que lo mejor era empezar cuanto antes con el dichoso proyecto de Literatura. Cuanto más tiempo y trabajo le dedicáramos, mejor sería nuestro resultado final. A parte, las entrevistas llevaban su tiempo...más tomando en cuenta que la persona entrevistada tenía también una vida y horarios. Llevaba tiempo organizarse.

Deje caer mis brazos sobre el mostrador mientras aguardaba a que alguna de las cocineras se acercara.

Mi mantuve mirando la televisión que había del otro lado. Estaba en el canal Fox Sport (deportes) ese canal que, en su momento cuando vivía en casa, mi padre se la pasaba viendo. Tenía volumen bajo, pero aun así podía escuchar lo bastante bien, y a su vez, podía ver los titulares que se encontraban en la parte inferior de la televisión.

El periodista hablaba entusiasmado acerca de la compra de tres de los mejores jugadores ingleses de fútbol, y de su traslado hacia el equipo americano L.A Galaxy (del cual francamente no tenía la menor idea) pero que el hombre hacía sonar como importante. Los aficionados estadounidenses parecían más que felices con la noticia, según mostraban las imágenes y encuestas.

New YorkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora