22 - {I}

98.5K 11K 17.1K
                                    



Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.



De los postres solo quedaron vestigios y basura. Por lo que Jisoo podía decir, después de venderlos todos, las cosas lucían bastante alentadoras. El dinero se repartiría entre el equipo de natación y el de baloncesto, así que ya tendrían algo guardado cuando las competencias regionales llegaran.

Estaba impresionada. Los postres no habían sido del todo una estafa y los chicos utilizaron la cabeza correcta para venderlos; las largas colas —mayoritariamente de mujeres— frente a las mesas se habían disuelto y ahora solo estaban los entrenadores, algunos miembros de los equipos y un par de chicas, como Jennie, Joy y Eunha, que fueron de gran ayuda para llevar las cuentas. Jisoo suspiró feliz. Al fin algo bueno, pensó mientras se giraba para tomar el postre que recelosamente había guardado para ella.

Solo había un problema: ya no estaba.

—¿Taehyung? —llamó a su compañero de ventas. No la malentiendan. Ella también quería ver a los dos capitanes haciendo un equipo, pero realmente, temió por los postres y por el dinero.

—¿Shí? —El chico se giró; sus mejillas estaban hinchadas como las de una ardilla y masticaba ruidosamente. En su mano estaba el cupcake morenito con pasas a medio comer. Él ni siquiera se molestaba en disimular.

—Ese era mi postre —alargó la chica. ¡Incluso había pagado por él!

—Oh, ¿ea tuo? —musitó aún con las mejillas llenas; tragó dificultosamente y luego se alzó de hombros, sonriendo con crueldad—. Pues ya no más. Aprende a vivir con eso, pequeña Jisoo.

—Jisoo —Alguien más interrumpió, justo cuando la chica se disponía a abrir la boca para gritarle a Taehyung el abecedario al derecho y al revés como solo Eminem lo haría—. El dinero de los cupcakes de chocolate —Le tendió un sobre sobre blanco y Taehyung aprovechó la distracción para seguir masacrando al cupcake con pasas en su mano. Cuando Jungkook lo miró, curioso, el peligris le extendió el pequeño aperitivo y ¿quién era Jungkook para negarse al azúcar? Él abrió la boca y Taehyung deslizó sobre su lengua lo que quedaba del cupcake, colocando la mano bajo la barbilla del pelinegro para que nada cayera al suelo.

—Está bueno, ¿eh? —Taehyung sonrió—. Mejor que tu porquería de limón, al menos.

—Mejor que tu porquería roja, también —Jungkook rodó los ojos y miró a Jisoo cuando esta emitió un sonido ahogado. Tenía la mano apretando su tabique nasal—. Oh, ¿qué pasa? ¿Estás bien?

—Tu nariz está sangrando —señaló Taehyung con algo de recelo.

—Estaré bien, estaré bien —Ella les aseguró, pero su hemorragia nasal no se iba a tratar sola—. ¿Jennie? Jennie, auxilio. Me muero. Ow.

—¿Crees que Jisoo esté inhalando cocaína? —susurró Jungkook ciertamente preocupado—. Tanta sangre no es normal.

—Jeon, las mujeres son seres que sangran por días y no mueren. ¿Crees que un par de gotas la van a matar? —bufó el otro capitán. ¿Cómo podía confiar en ellas? Aquello no podía ser de Dios.

¡Capitanes! - KookVWhere stories live. Discover now