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Canción en multimedia: Me and my broken heart - Rixton 🎵🎶




—Jungkook, haz tus deberes temprano. No quiero excusas para la cena —avisó Kyung-shim desde su lugar en el sofá, mientras revisaba una enorme colección de telas. Jungkook le miró con interés una vez que cerró la puerta de la entrada detrás de él. Seguro ella trabajaba en un nuevo proyecto de remodelación.

—Genial. ¿Qué cenaremos? —preguntó el pelinegro.

—Macarrones con queso. Los hará tu padre.

Uy. Jungkook no estaba seguro de que su estómago tolerara otra comida más hecha por las manos de su padre. Jeon Seojoon no era precisamente Gordon Ramsay.

—No pongas esa cara —le reprochó su madre—. Él está mejorando en sus macarrones.

—Está bien —accedió el chico entre dientes, arrojando su maleta sin muchas ganas en uno de los sofás, así como el libreto de la obra en la que aceptó participar. Por segunda vez.

Su madre lo miró con extrañeza. Él era demasiado ordenado como para dejar su maleta en el sofá; que lo hiciera se le antojó extraño a Kyung-shim, quien lejos de regañarlo preguntó:

—Cariño, ¿te sientes bien? —Y es que Jungkook no lucía particularmente interesado en su alrededor.

—¿Uhm? —El chico apenas levantó una ceja—. Sí. Todo bien.

—¿Estás seguro? —Ella insistió—. ¿Es por lo que mencionaste la otra vez?

Jungkook bajó sus hombros con desgano.

—Uhm, sí, algo así —susurró él. Sentirse leído como un libro abierto lo hizo sentir vulnerable, pero sentía que era hora de gritarlo a los cuatro vientos. No podía soportar la carga de sus propios sentimientos, mismos que ahora estaban desbordándose y no sabía cómo controlar. Estaba asfixiándose.

—Entonces... ¿estás teniendo problemas con Eunha?

Eunha.

—Deja de mencionarla —siseó Jungkook en un arranque de desesperación y fastidio—. En realidad, ni siquiera...

Ni siquiera me gustan las chicas. Sintió que era hora de decirlo, pero cuando abrió la boca, las palabras no salieron. Su garganta se cerró por el miedo y solo se escuchó un vergonzoso pito. Su madre lo miró, esperando, pero él solo chasqueó la lengua y rodó los ojos.

—Tomaré un baño antes de la cena.

Porque lo necesitaba. Aquel había sido un día estresante, aunque no podía decir por qué. La noticia de la obra no le cayó bien. Su frágil corazón casi dejó de latir en el momento de la noticia. ¿En qué consistía eso? Por su bien, quería no prestarle atención a Taehyung; deseaba ignorarle y solo pasar ese mal trago, pero no podía. Antes, ni siquiera se cruzaba con él en los pasillos; ahora lo encontraba incluso en su plato de sopa. Estaba en todas partes. De repente, como por obra de magia, Kim Taehyung estaba en todos los malditos lados. ¿En qué consistía eso? De verdad, que alguien le explicara.

Veinte minutos después, bajó y encontró a sus padres juntos en el sofá; su mamá seguía inmersa en sus muestras, pero Seojoon se veía especialmente interesado en la copia del libreto que el chico había dejado en el sofá. Su ceño fruncido hizo desastres en el estómago de Jungkook, como si hubiese sido cachado escondiendo alguna bolsa de drogas o ve tú a saber qué.

¡Capitanes! - KookVWhere stories live. Discover now