⓿❹

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JiMin salió nuevamente por la puerta y justo en ese momento Jungkook apareció y lo quedó mirando fijamente

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JiMin salió nuevamente por la puerta y justo en ese momento Jungkook apareció y lo quedó mirando fijamente.

—¿Qué haces ahí parado y... porqué esa puerta está abierta?

JiMin se dió la vuelta por acto reflejo y grande fue sorpresa al ver que aquella entrada estaba cubierta por ladrillos otra vez.

—Ahhh yo...— balbuceó jugando nervioso con la llave entre sus dedos.—Estaba aburrido y...

—No me interesa.— lo interrumpió volviendo a la cocina, en donde había colocado la bolsa de pan.— Pero ya te he dicho que no estés husmeando en mis cosas. No me gusta JiMin.

—Lo siento.— se disculpó el menor sin dejar de mirar aquella puerta, intentando comprender qué era lo que había sucedido ¿A caso todo fue un producto de su imaginación?

Si era así, definitivamente ya se había vuelto loco.

—Ese chico de los gatos comienza a molestarme.— JungKook lo miró y frunció el ceño al notar que su novio ni siquiera lo estaba mirando.— ¿Puedes prestarme atención?

—Ah si... ¿Qué decías?

—Que el chico... ¿HoSeok?... Bueno, él está comenzando a molestarme.

—¿Porqué?

—Su maldito gato se la pasa tirando los botes de la basura y también me he encontrado con cadáveres de rata en el camino.— gruñó.— Creo que debo hablar con él.

—Si, si eso quieres.— respondió el peli azul sin prestarle demasiada atención.

Luego de aquella charla, las cosas durante las siguientes semanas comenzaban a tornarse un poco pesadas, pues la noche en que JungKook fue a hablar con HoSeok, no llegó hasta pasadas las doce y lo único que dijo fue: — Es un chico agradable, lamento haberme tardado pero nos quedamos platicando.
Y después se eso, JiMin sintió mucho más distante al mayor.

—¿Porqué aún no hay internet?— preguntó JiMin con un puchero mientras se recargaba en el escritorio de su novio.

Habían pasado ya casi tres meses desde que se mudaron y nadie en ese lugar parecía conocer el wi-fi.

—Pues no lo sé.— murmuró Jungkook fijando su vista en la pantalla del computador.— Ya llamé varias veces a la compañía, pero no me han resuelto nada.

—Si, ya lo noté.— balbuceó el menor suspirando profundamente.

—Por cierto, hoy el vecino me pidió que si de favor podía llevarlo al supermercado.

—¿Cuál vecino?

JungKook finalmente desvió los ojos del monitor y miró a JiMin.

—HoSeok.

—Vaya, y yo pensaba que te caía mal.

—Ya te lo dije... Es un buen tipo.

—Está bien... ¿A qué hora?

LA PUERTA SECRETA.Where stories live. Discover now