Amante de una quimera: Intimidad Siciliana

24 3 3
                                    

Amante de una Quimera: Intimidad Siciliana

Un día largo de trabajo, llegar a casa tirar las zapatillas de tacón que me mata los pies es un alivio inmenso. Desabotono mi blusa para sentirme libre de tanta seriedad. Me dirijo a la puerta de cristal de mi balcón. Ya es de noche, el clima algo frio y lluvioso. Me quedó quince minutos aspirando ese aire forestal. Ya lejos de la ciudad. El viento acaricia mis piernas y respira en mis pechos. Pequeños detalles de la naturaleza que aprecio. Creo que un vino es perfecto acompañante para esta noche tan dispuesta a todo. Tomo la botella, una copa y una liga para recoger mis rizos.

Sirvo mi vino y me siento en una esquina del porche. Piernas alzadas y apoyada del barandal. Tomo un sorbo y me siento más relajada. Comencé a recordar lo que sucedió anoche. Mi amante y yo estuvimos hablando hasta muy tarde. Él en bermudas y sin camisa sentados en medio de la sala, yo entre sus piernas sólo con unos cacheteros nada más.  Él acariciaba mis pezones, yo me aprovechaba a rozar su media firmeza que le iba provocando. Besaba mi cuello, apretaba mis pechos mientras de él me estaba hablando. Disfrutaba un momento íntimo donde me enseña que no todo es sexo. Sus raíces Sicilianas me ayuda a entender su carácter, su perfil y el por qué de su intensa forma de ser e incluso hasta de cog€r. Es un hombre de fuerte temple, amo su manera de contestar porque sabe cuando ser cortante y cuando una respuesta merece una explicación.

Embelezada y algo excitada trato de continuar con prestarle atención. El pellizcar y acariciar mis pechos mientras él habla no ayuda en nada a que pueda escucharlo porque me enfoco en sentirlo. De momento se detiene y me pregunta

- ¿Qué sucede amor, te noto inquieta...mmmm al parecer estás traviesa?

Sin duda alguna, la tela de mis bragas está húmeda. Suelta mis pechos y me abre las piernas. Sin pedir permiso, no lo necesita, me palpa por encima de mi cachetero, la tela se sumerge un poco entre medio de mi ya jugosa fruta. Él me suspira al oído, se acerca más y me susurra. Sabe que eso me excita mucho más

- Mmmm...hermosa que rico ser yo quien que provoque esta humedad. Necesitas de mi lo sé, yo también necesito de ti. Lo sientes, está duro, dime te gusta tenerme impaciente.

Comienza a tocarme por encima de la tela, más y más húmeda me hace estar. Él aprieta de tal manera que hace mi clítoris detonar. Tan puta me abro a cabalidad. Quiero que sus dedos entren ya. A lo cual hace caso de inmediato, introdujo un dedo y rápido se escuchó el chasquido que provocó mis fluidos.

- ¡¡Dios!! Mujer estás en tu punto de hacerme desvanecer. Que rica te sientes,  anche tu mi piaci molto molto.

Amo cuando me habla en italiano, se siente tan seductor es tan afrodisíaco aunque no puedo comprender mucho lo que me dice, pero me lo aclara demostrándolo en mi cuerpo desbordando en mi, complaciencia.

En mi espalda ya podía sentir que de sus bermudas aquel miembro quería salir. Me volteo y le digo - Ya quítatelo. Rápidamente hace caso. Apoyó la espalda del sofa y en cuclillas en él comencé a cabalga. Mis pechos quedaban justo en su boca. Mientras en él me mecía, una y otra vez de mi comía. Sus manos se aferraron en mis nalgas, yo, yo como la más ramera de todas en su miembro danzaba. Él besaba mi cuello, lo lamía ya sentía esa esperarada venida. Sus besos eran más intensos, su respiración más agitada, sus manos en mi caderas marcas dejaba por lo fuerte y la presión hacia a bajo que él quería que yo trabajara.

- ¡Ahhh Cara mia me encantas!

Su transpiración era mi feromona, es el fetiche que de un hombre me vuelve loca. Sentir su sudor en mis pechos y en la cara, provocaba miles sensaciones en mi. De momento ya habíamos alcanzado el cielo en la sala de estar. Las palpitaciones de su corana expulsando aquello por lo que tanto había danzando llegó a la cúspide. Más me abrazó cuando sentí que en sus falda yacía. Él buscó aire y recostó su cabeza en mi transpirados senos. Yo posé mi cabeza encima de la suya tratando de volver mi alma al cuerpo. Ese Siciliano me envuelve de tal manera que enciende todo mi cuerpo.

Quedó allí acariciando mis brazos mientras continuaba contándome lo hermosa que era su Italiana, lo mucho que añoraba a su familia. Quizás algún día regrese y se establezca aún es algo muy incierto. Inverosímil como tiene su miembro aún en mi, su espuma lechosa escurriendo por mis muslo y él hablando de su procedencia.

- Ji,ii,ji es increíble (exclamo)

- Porqué ríes, acaso he hecho un chiste bella.

- No, para nada, pero sigues dentro de mi y estás hablando de Italia. No me molesta, pero es algo inusual.

- Amore, amore...esto es parte de la intimidad. Tú estabas inquieta e interrumpiste la conversa. Necesitabas de mi y sabes que te atenderé siempre. Es una forma de compaginar amor, sexo e intimidad. Te adoro, eres como una niña con sus ocurrencias.

Todo esto me decía mientras continuaba acariciándome y besando mis hombros. Salió de mi y se levantó. Me ayuda a levantarme

- Es hora de tomar un baño mi amor, vamos

De repente despierto de esa excitante remenbraza y ya había desaparecido la magia. Tomo un sorbo de mi vino y suspiro. Pienso en como realmente me domina todos los sentidos ese maldito.

A poca distancia se escucha

- Quién diría que una noche tan refrescante puedes estar mostrando tus pechos sin pudor. ¿No te da vergüenza mi amor?

Volteo, una risa pícara, una botella de vino y un ramo de rosas blancas acompañaba a el maldito que me despierta las ganas. Voy a él, está dejando la botella en el mini bar. Le doy un beso corto me retiro a buscar otra copa. Me jala del brazo y me pega a su rostro.

- ¿Así me besas después de haberte hecho mía la otra noche?

Me acerco sensual, muerdo mis labios y le lanzo esa mirada provocativa. Nos damos un beso despacio y apasionado. Aún detenida en sus brazos me confiesa

- Durante el día estuve pensando en ti, a distancia podía oler tu perfume, tu esencia, te juro que estuve desconcertrado la mayor parte del día porque deseas otra vez hacerte mía. Ve, prepara un baño para dos , traje queso manchego y carnes frías. Esta noche te juro que te haré más mía.

Hago caso y me alejo un poco. Me jala nuevamente, pero esta vez rudamente. Me huele y me muerde...

- Mmmmm...muero por saber en quien pensaba, porqué cuando toco tu entre pierna estás tan mojada.

- Pensaba en lo que hicimos anoche

Sacó sus dedo de mi y los saboreo. Sin duda me sabes a lo atrevida y ardiente así como estabas anoche. Ve amor, te quiero lista para mi, porque yo ya quiero apropiarme de ti.

Lo miré por encima de sus pantalones deportivos. Vaya que si estaba listo para mi. Y así otra noche más, una intimidad más y otro pedazo de alma más que se lleva en su piel. Somos el uno para el otro sin título que denomine nuestra relación. Simplemente nos disfrutamos del uno al otro. Viviendo el momento, dejando atrás los protocolos y todo eso. Así no queremos de esa manera nos amamos. Yo con el ardiente Caribe y con su fuerte e ímpetu estilo Seciliano©.

Keila M.
D.R. 2019

Tranvía de MusasWhere stories live. Discover now