Capítulo 2

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[6 Años Después]



Jamás se arrepentirían del día en donde quisieron unir sus vidas en algo como un noviazgo pequeño, que con los años solo les fortaleció mucho más el lazo que los unía por solo una mirada a través de la ventana. Era increíble lo mucho que tuvieron que afrontar juntos, el simple hecho de que JiMin estudiaba desde casa, contando también sus clases y prácticas de baile, y JungKook comenzaba a ir a la universidad, dificultándoles de vez en cuando poder verse; pero nunca pensaron en distanciarse porque disfrutan cada segundo en la compañía ajena les reconforta por sus apretadas agendas.

Sus padres también sabían sobre esta relación que lleva seis años, actualmente; claro que no fue muy fácil afrontar el problema por los padres del menor que se negaron rotundamente, aunque con el tiempo empezaban a acostumbrarse a la presencia del pelinegro, en cambio los padres de JungKook aceptaron al menor muy emocionados.

Realmente su amor era tan puro y sincero.

— Mamá, papá, Kookie vendrá hoy a cenar y espero que lo respeten —habló severo. Odiaba que sus padres trataran muy mal a su novio, llevaban ya seis años de relación y nunca obtuvo respeto por parte de sus progenitores.

Ambos fruncieron sus cejas mirando con suma atención al pequeño, tan sólo su padre asintió con la cabeza como si no le importara en lo absoluto lo que hiciera su rebelde hijo.

El menor sólo sonrió para a continuación tomar su teléfono celular y hacerle una llamada a su pareja, quería decirle la hora en la que podía llegar a su casa.

Uno. Dos. Tres tonos y se descuelga el celular, resonando en el parlante la gruesa voz del pelinegro. El corazón de Park se agita ante la hermosa sensación que caminaba por sus venas hasta lastimar su Sistema Nervioso y su uso de razón.

— Hola, bebé. ¿Qué sucede? —pregunta, casi podía sentir su hermosa sonrisa en su cuello, causándole unas imaginarias cosquillas sobre su pálido cuello.

— Eh... ¿De qué hablábamos? Lo olvidé —contesta inocente, olvidando por completo sus palabras minutos atrás. Un pequeño puchero salió de sus labios.

— Eres tan hermoso, bebé —comenta el pelinegro. Como no sabía a qué se debía la llamada, decidió tomar otro tema de conversación. — Amor, ¿qué tal tus estudios?

— ¡Aburridos! Mi profesor es un tonto sin gracia, no hace más que observar de más —explica molesto.

— No me agrada a mí tampoco...

— Kookie Pookie —aquel hermoso apodo salió de sus esponjosos labios, con una voz muy suave y angelical. — Hay una mariposa azul, parece ser una Morfo Azul Andina, aunque es extraño porque solo vive en Latinoamérica y no en Corea del Sur —informa. Las mariposas eran su mayor temor, pero le gustaba saber información sobre esos peculiares insectos.

— Es increíble, cariño, pronto volveré y me cuentas todo lo que hizo, amo escuchar tu voz —comenta, sonriente de ternura. — Nos vemos, te amo.

Al finalizar la llamada, el menor caminó sigilosamente hacia aquella hermosa mariposa de grandes alas azules, que brillaban contra la poca luz blanca de la habitación. Sus grandes alas reflejaban una agradable sensación pero, de la misma manera que entró, desapareció volando por una ventana abierta. El adolescente miraba con extrañeza cómo voló con rapidez como si estuviera escapando de algo... O alguien.

Por un momento quiso ser igual a aquella hermosa mariposa. Tener unas grandes y delicadas alas, cubiertas por una cristalización de brillo, pintadas de negro y un azul brillante, las más hermosas alas de la colonia. Volar con libertad y sin ataduras, sin preocupaciones y solo querer pensar en conocer. Sabía que su vida no era la mejor, tampoco se alejaría de su novio; pero daría cualquier cosa por estar en paz con él mismo, ver el estrellado cielo sobre él y respirar el fresco aire de la noche.

ιnocencιa [KookMin] BTSHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin