1. La presentación

6.3K 511 272
                                    

—Muy bien, Hye. Hazlo pasar —dijo Seokjin por el intercomunicador con su secretaria, mientras tomaba asiento en la silla presidencial.

A veces se arrepentía de haber estudiado finanzas y tomar el timón para dirigir el monstruo empresario que representaba Buchanan's. Era demasiada responsabilidad para sus recién cumplidos treinta y cinco años, aunque ser un magnate millonario le permitía zafarse de muchos compromisos sin disculparse. Pero ahora tenía una situación particularmente molesta que ya no podía seguir evadiendo: entrevistas de trabajo para un nuevo asistente.

Bueno, debía admitir que había ahuyentado a los últimos diez aspirantes con sus constantes acosos en pleno horario laboral. Disfrutaba mucho hacerlo y no sabía de dónde había sacado esa manía. Pensaba que con el nuevo chico sería igual.

Tocaron un par de veces a su puerta y entró el hombre coreano más perfecto que sus ojos hubieran contemplado. Alto, esbelto, cabello castaño, manos grandes, un par de ojos cafés que perforaban con su belleza, un aroma indescifrable y embriagador... Seokjin ya lo había contratado sin preguntarle nada.

—Buenos días, señor Kim —saludó aquel hombre.

Su voz, su acento, sus dientes perlados y la sonrisa inocente le confirmaron a Jin su decisión de tomarlo como asistente.

—Buenos días, por favor, tome asiento —ofreció Jin.

—Gracias, mi nombre es...

—Kim Namjoon. Treinta y siete años, graduado con el título de "Administración" con honores de la Seoul National University; doble maestría en finanzas y mercadotecnia. Experiencia laboral en la industria Jack Daniel's, con alta recomendación por parte de su líder, Min Yoongi, quien es, por cierto, íntimo amigo mío —recitó Seokjin, señalando una carpeta sobre su escritorio. —Sé quién es usted, Namjoon. Y déjeme informarle que estoy gratamente sorprendido

Nam solo sonrió nerviosamente, no sabiendo qué responder de momento. Le abrumaba la presencia del hombre. Había leído referencias y reseñas sobre sus logros como empresario a tan corta edad (más joven que él de hecho) y ahora entendía los motivos. Irradiaba liderazgo hasta en la manera de hablar.

—¿Te importa si te tuteo, Nam?

El coreano entreabrió los labios, soltando un ehehe. —En absoluto, señor Kim

—Por favor, odio los formalismos —respondió, levantándose de su asiento y rodeando el escritorio para observar más de cerca a Nam. —Llámame Jin

—Pero...

—Por favor, si vamos a trabajar juntos quiero que nos familiaricemos

Namjoon lo miró sorprendido. —¿Eso quiere decir que...?

—Así es Nam, el puesto es tuyo. Felicitaciones. ¿Te parece si empezamos mañana?

—Será todo un honor, señ-... Jin —corrigió cuando el rubio lo observó directamente.

—Perfecto. Mi secretaria te dará una planilla con los horarios y los proyectos que tenemos en puerta, me gustaría revisarlos

Después de agradecer veinte veces más, Nam se dispuso a marcharse. Sí, esto era fantástico, seguro la referencia de Yoongi había sido la diferencia. Le sorprendía que su jefe fuera más joven que él, pero qué más daba, adoraba su profesión y eso se veía reflejado en cada proyecto que hacía.

GOOD BOY, NAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora