8. Confesión

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16:55 hrs. (3) Llamadas perdidas de Kim Seokjin

17:00 hrs. Mensaje de Kim Seokjin:

"Nam, necesito hablar contigo. Por favor, contesta."

Nam estaba recostado en su cama. El teléfono no paraba de sonar y sabía de sobra quién era el causante. Estaba enojado, frustrado y confundido. Por un lado se debatía múltiples veces si podía darse el lujo de ignorar Jin porque: uno, seguía siendo su jefe; dos, la condenada llamada era su ex; tres, no eran pareja. Por otro lado, hervía en celos, y dándose cuenta de eso, estaba jodido. No quería aceptar que adoraba los modos sutiles que poseía el rubio para llamar su atención, o que poco a poco crecían se sentimientos que nunca creyó desarrollar por una persona y mucho menos de la forma que se conocieron. Era su jefe, su acosador, su némesis.

17:30 hrs. Mensaje de Kim Seokjin:

"Nam, por favor, contesta."

18:00 hrs. (5) Llamadas perdidas de Kim Seokjin

18:05 hrs. Mensaje de Kim Seokjin:

"Al menos dame la oportunidad de explicarte las cosas."

"No soporto que me ignores. Necesito hablar contigo."

Hubo una cadena de veinte mensajes más parecidos a los anteriores, pero Nam no respondía. ¿Sería exageración suya? ¿Estaría mal sentirse ofendido si la ex marca cuando Seokjin le confiesa que deseaba proponerle ser su pareja? Porque se lo propuso, pero él no le creyó. A todo esto, se le caía la cara de vergüenza al pensar que estuvo a punto de dejarse llevar por las palabras en su oído, o por las caricias de aquellas manos tan territoriales, o por delirar en aquellos besos.

19:15 hrs. Mensaje de Kim Seokjin:
"Oye, no quiero ser grosero, pero si no piensas contestar, tendré que tomar medidas drásticas"

19:40 hrs. Mensaje de Kim Seokjin:
"No digas que no te lo advertí."

—Sí, lo que digas—respondió hacía la pantalla del teléfono. No sabía que sentir al respecto. No debía subestimar al rubio, pero no deseaba saber nada.
Le gustaba, por todos los dioses, ¿es que era un tonto o qué? Nunca planeó que Jin moviera su corazón.

Se levantó de la cama para distraerse con alguna programación de la TV, picando botones al azar sin concretar algo que fuera particularmente llamativo hasta encontrar un na de sus películas de Marvel favoritas: Thor. Pasaban la segunda entrega, "Un mundo oscuro", justo la escena donde ambos hermanos peleaban por pilotear la nave para salir de Asgard.

A TNam siempre lo ponía de buen humor ver a ese par, siempre se sentía identificado con Loki porque era una mente brillante e incomprendida en medio de un mundo de trogloditas, aunque claro, sus intenciones de asesinar a Thor eran un poco drásticas. Ahora que lo analizaba, el dios del Trueno tenía un parecido con Seokjin, no solo físicamente, sino a nivel personalidad: tercos, rudos, impulsivos, indecentes, torpes, orgullosos... Comprensivos, con un carisma enorme, líderes, sinceros, atractivos, fortachones bobos... Ahora entendía por qué Loki nunca pudo matarlo, y ¿cómo? Si el hechicero lo adoraba, aunque jamás lo admitiera.

Decidió terminar de ver la película, acongojado por el final donde Loki fingía su muerte. Nam era muy sentimental y no pudo evitar soltar una lágrima. Aunque él, como espectador, sabía cuál era la secuela, el personaje de Thor no. Cada que repasaba esa escena era desgarrador porque el dios creía que no lo recuperaría jamás y en su alma deseaba que siguiera siendo una mentira, un clon de Loki, pero no. El hechicero se desvaneció en sus manos.

GOOD BOY, NAMWhere stories live. Discover now