Kaworu Nagisa al fin es independiente, vive en un departamento solo donde al fin de siente cómodo. Sin embargo su felicidad momentánea se ve quebrada por alguien que interrumpe todas sus mañanas con fuertes portazos.
Más allá de molestarse, Kaworu...
Neon Genesis Evangelion (新世紀エヴァンゲリオン Shin Seiki Evangerion) es propiedad de Hideaki Anno y Gainax
Los personajes no me pertenecen, así como tampoco está historia, es una adaptación de la historia "Tras su puerta" de Cherii-chan. Si desean ver la historia original pasen a su perfil.
Parejas: Kaworu Nagisa x Shinji Ikari
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Con pesadez y algo de picor abrió sus ojos. Totalmente desorientado paseó su mirada por aquel techo iluminado con los rayos de un cálido sol matutino. Pero hubo algo extraño, esos rayos eran tan ajenos a sus habituales oscuros y fríos despertares que frunció su ceño un tanto asustado. Su cuerpo se sentía cálido y abrigado y se fijó en las mantas que lo cubrían, azules y acolchadas; Esto no era suyo, definitivamente no estaba en su cama. Se enderezó de golpe sobre el colchón, confirmando el echo en que estaba en un lugar desconocido, pero en aquel movimiento, su mano derecha quedó atrás, prisionera entre los dedos de alguien quién dormía en el suelo junto a él.
Su sangre se heló más de lo que ya era. Se asustó porque no entendía ni recordaba nada. Apretó sus dientes y tragó saliva paseando su vista por los rincones del acogedor cuarto, comen- zaba a hacerle algo familiar.
—... Kaworu...-
Llegó ese nombre qrue alguna vez su vecino le mencionó y que él no quiso escuchar, pero que su subconsciente logró almacenar en su memoria. Volvió su mirada al muchacho y observó sus manos sostenidas con suavidad. Esta quietud le enfermaba Soltó un suspiro con los labios temblorosos y apartó la mirada hacia la pared y cerró los ojos con fuerza. Hacía tiempo que no sentía tan amena calidez propagada por su cuerpo, había olvidado por completo lo cual significativo podría ser tan mínimo gesto de amabilidad y cariño. Un nudo se hizo en su garganta y nuevamente volvió a observar al joven pelinegro, que dormía plácidamente ignorando la incomodidad de su postura. Cuando su mente comenzó a grabar cada detalle del momento, sumiéndolo en algo que pocas veces lograba llamar su atención. Y como si hubiera llegado al nirvana, se perdió en el silencio cómodo que le otorgaba el momento Sus ojos se movieron por su cabellera clara, por sus facciones, por el limite de su cuello y la camiseta, por último, por sobre sus manos cariñosamente entrelazadas. Comparó el color de sus pieles; una cálida y llena de vida, la otra fría muerta. Miró con nostalgia la escena mientras vagaba en los recuerdos más tristes, en las preguntas sin respuestas, en los tantos de miles de caminos que podría conllevarlo a un destino totalmente distinto al que planeaba si hacia tal o tal cosa. Sentía miedo al pensar en ello, pues porque siempre terminaba por cuestionarse si en verdad todo lo que hacía valdría la pena algún día. Sacudió su cabeza mirando al techo.
