¿Qué acabo de hacer?

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P.O.V Irene

Echo a correr, lo más rápido que puedo, me he entretenido haciéndole el desayuno a Inés y ahora era yo la que llegaba tarde. Que imagen tan ridícula la de correr con maleta, pero no podía perder el tren a Madrid, si no me tocaba quedarme en Barcelona otro día más, y no sé si sería buena idea.

Ya estaba en el tren cuando por mi cabeza pasan a la velocidad de la luz todos y cada uno de los segundos del día de ayer, había sido todo tan raro pero bonito a la vez, que no sabía cómo asimilarlo.

Comer. Beber. Llorar. Y así en un constante bucle. Me recorrí una ciudad que apenas conocía porque Inés Arrimadas no aparecía por ningún sitio, si me dices hace dos semanas que yo estaría preocupada por si a la catalana de elección le había pasado algo, no me lo hubiera creído. Y luego vino la cena, y sus constantes miradas pidiéndome por favor que me quedara un rato más, y su voz, diciendo que durmiera en su cama.

Y de nuevo se me volvían a repetir esas escenas, durante todo el viaje, y de fondo, como banda sonora, Extremoduro, como no, si Dulce Introducción al Caos fue lo primero que oí al entrar en su casa.

Mientras tanto pasan las horas

sueño que despierto a su vera

me pregunto si estará sola

y ardo dentro de una hoguera.

Y desperté a su vera, y es ahora cuando me pregunto si estará sola, si estará bien, si el capullo de su ex le habrá vuelto a amargar la existencia, ahora que no estoy con ella. Las dos ardemos dentro de una hoguera, pero quizás, por motivos distintos.

Cada canción que pasaba era un recuerdo del día de ayer, ¿porqué Inés Arrimadas, que nos pasaba a las dos?

Ojala que me la encuentre ya entre tantas flores.

Ojala que se llame amapola,

que me coja la mano y me diga que sola...

No comprende la vida, no.

Y me lo dijo, me miraba a los ojos, constantemente, sin quitar la mirada de los míos, que ahora un poco más vacíos, tenían miedo a quedarse solos, y yo junto a ellos. Siempre ha vivido con gente, amigos, pareja, y ahora, dormía sola, y me preocupaba no saber cómo estaba. Dudaba si hablarle o no, si enviarle un mensaje o no. Si después de aquella nota, su casa sería un vacío más para ella, o si lo único que deseaba era no hablar con nadie, pero antes de yo hacerlo, se me adelantó, y el móvil me sonó, iluminándose en la pantalla la foto de unas flores amarillas, acompañada del nombre de Inés. Que oportuna ponerse esa foto, porque a la vez sonaba Stand By.

[...] unas flores amarillas

pa' acordarse de su pelo.

Lo había hecho a propósito.

Inés me dijo que nos volveríamos a ver porque la chaqueta morada, ahora era mía, y eso despertó en mí algo que no sabía como describir. Bueno, para que mentirnos, cada mensaje suyo ponía en marcha mis sentidos, y no entiendo aun bien el porque, es imposible que me sienta atraída por una persona como Inés, pensamos muy diferente, pero había que reconocer, que guapa era un rato largo.

También he de decir que después del día de ayer, tengo ganas de llegar a casa, y descansar, pasaron muchas cosas de golpe, fue bastante agitado y apenas dormimos, quiero ver a mis hijos y darles el mayor de los abrazos. Inés me dijo que le gustaría conocerles.

Joder, otra vez pensando en Inés.

El tiempo pasa, y el tren llega a su destino, y fue Pablo con los pequeños los que me vinieron a recoger, el, había llegado antes a Madrid que yo. Nos llevamos bastante bien, aunque solo sea por Leo y Manuel. Y menos mal que vino, porque la lluvia que empezó a caer no era normal. Treinta minutos más tarde, ya me encontraba en mi casa, mi nuevo piso, con mis hijos, y mi ropa puesta.

Como quieres que te escriba una canciónWhere stories live. Discover now