capítulo 2; no me das miedo.

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Five despiértate ya.

— No puedo estar tranquilo ni un segundo.
— ¿Ya estabas despierto?
— Sí, Klaus.
— . . . ¡Whoopsies! Allá abajo hay café.

El pelinegro usó uno de sus saltos espaciales hasta la cocina, tomó la taza con café y la bebió hasta acabársela, tomó su mochila con ambas manos para después colocársela en un hombro y salir de la academia, Diego y Klaus no podían llevarlo al colegio el día de hoy ya que tenían otros asuntos que atender.

Después de unos minutos llegó al colegio, esperaba no encontrarse con el tipo del otro día, o tendrían problemas. Eso creía el menor, caminó hasta la entrada del colegio y se dirigió a su salón hasta que sintió que alguien lo había tomado de un brazo y lo había adentrado a un salón vacío, al ver quién era no supo qué hacer, era Wayne.

El menor entrecerró los ojos, genial, empezamos este día con problemas. ¡Otra vez!

— ¿Y ahora qué quieres?
— Ayer me dijiste idiota.
— Eso eres.
— ¡Y tu un maldito niño! Métete con alguien de tu tamaño.

Five se sintió ofendido, ¿alguien de su tamaño? oh qué duro. Pero claaro, como Wayne es el edificio parlante aquí.

El menor tomó de la sudadera al chico y lo azotó contra la pared, lo había azotado con tanta fuerza que hasta Wayne se sorprendió y demasiado.

— Dime niño otra vez, anda.
— Qué mier-
— ¡Vuélveme a decir niño otra vez!

. . . Nada.

— ¿Eh? Te estoy esperando.

. . . Otra vez nada. ¿Acaso Wayne se intimidó? Quizás y eso le había gustado a Five, nadie se metía con él y si quería dejar las cosas en claro lo haría.

— ¿Eh, Wayne? No me das miedo.
— Suéltame. [ Oh, qué gran mierda, este niño sabe mi nombre. ¡Ya lo recuerdo! El director había gritado mi nombre enfrente de media escuela, sí. ]

El menor soltó al mayor y negó con la cabeza mientras caminaba hasta la salida de ese salón hasta que sintió que lo seguían, el mayor lo había acorralado contra la pared y, por mala suerte, ya lo estaba mirando de manera fija.

— Niño.

El mayor tomó al menor de las muñecas con fuerza y esbozó una de esas sonrisas que Wayne haría para lastimar a alguien.

— Eres un niño.

Wayne había sobrepasado los límites, así que el menor se soltó de aquel agarre y le pegó un puñetazo en la mejilla al mayor.

— Ya basta, Wayne.

Y así fue como el menor por fin se pudo retirar de aquel salón, dejando ahí a Wayne, obviamente el mayor estaba sorprendido, ¿cómo es que podía tener tanta fuerza? No lo sabía, y lo descubriría pronto.

Y por su mala suerte, ya empezaban las clases y le había tocado en el mismo salón que Wayne, y por más de su mala suerte, el asiento del mayor y el del menor estaban juntos.

En toda la clase cruzaron miradas, se ignoraron y a veces ni siquiera se volvían a ver, miraban hacia otro lado y cosas así. Sólo que de vez en cuando Wayne miraba al menor cuando él se distraía.

Ya había llegado la hora de la salida y todo había estado mejor, no se encontraría con ese tipo otra vez o eso esperaba.

Pero, como la mala suerte ya se había aferrado a Five fue cuando ahí pasó, enfrente de él estaba Wayne con una chica, ¿sería su novia? Tal vez.

— Del, ya te dije, dame tiempo y te daré dinero para eso que tanto necesitas.
— Wayne, ya pasó tiempo.
— Ajá pero déjame explicarlo.
— Me voy, adiós.

Y aquella chica cuyo nombre era Del lo había dejado ahí, solo, como si no le importase en lo absoluto.

Five decidió seguir su camino hasta salir del colegio, había llegado a la academia y se había encontrado con Dolores, sí, ese maniquí todo raro.

— ¡Dolores! No sabes que día tuve, pésimo y desagradable.

Oh, sí, sólo Five entendía a ese maniquí raro pero había algo en el pelinegro que lo hacía dudar mucho. ¿Fue tan malo con Wayne o le dio su merecido? ¿Por qué la chica lo había tratado tan mal? ¿Tan. . . de la mierda? Ni idea, ¿acaso Wayne tendrá padres? Habían muchas preguntas y cero respuestas.

—fin, capítulo 2.

peachless. - fayne [wayne mccullough x five hargreeves]Where stories live. Discover now