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Su vestido dorado hacía que la luz del sol reflejase en ella. Sus puños estaban tan apretados que las uñas se le clavaban en las palmas de las manos. Su respiración era entrecortada y su corazón parecía querer salirsele del pecho. Sus ojos clavados en Brienne, sin apenas pestañear, no auguraban nada bueno.

- Jaime -. Su tono era cortante, frío como el hielo - Brienne -. Dijo despectivamente, sin apartar la vista de ella ni un solo instante. Sin decir nada más, giro sobre sus talones y se encaminó dirección al palacio de nuevo. 

El león sabía que esto traería consecuencias, sobre todo para Lady Brienne, pues seguro que Cersei sentía que le estaba arrebatando a su amor delante de sus narices. Algo había que hacer al respecto, si no, con toda certeza, acabaría muerta sin poder hacer nada.

- Tienes que irte de la Fortaleza Roja, tienes que esconderte -. Se apresuró a decir Jaime, agarrando a Lady Brienne del brazo, obligándola a andar tras él.

- ¿Por qué? ¿Acaso hemos echo algo malo? -. A pesar de sus sospechas, las que todo Poniente tenía, no se imaginaba que los dos hermanos pudiesen ser amantes. Pero tras aquella situación que acababan de vivir, quedaba más que confirmado.

- Conoces los rumores, sabes que son cierto, y sabes cómo es mi hermana -. Jaime estaba asustado, su rostro lo reflejaba. Pero no podía permitir que aquello le nublase la mente, necesitaba sacar a Brienne de allí lo más rápido posible y esconderla en algún lugar hasta que pudiese marchar al norte de manera segura.

- Lo sé, pero puedo defenderme sola -. Sentenció ella - No necesito que nadie cuide de mí.

- No lo entiendes -. Lo que menos necesitaba el caballero en aquellos instantes era que no aceptasen su ayuda - Mi hermana no mandará solo a un soldado a por ti, mandará los suficientes como para asegurarse que no tengas ninguna oportunidad de salir con vida de aquí.

Lady Brienne sabía que Jaime llevaba razón, su hermana se aseguraría de solucionar el problema de manera definitiva y a la mayor brevedad posible, por lo que se soltó del agarre del Matarreyes y aceleró el paso. La prioridad era llegar a  sus aposentos y coger todo lo que pudiese para salir de allí lo antes posible.

Consiguieron llegar sin ningún problema, por suerte para ellos, no se habían cruzado con nadie en el camino, algo que parecía inusual.

- Te ayudaré a recoger tus cosas, pero debemos salir de aquí ya, no creo que los soldados tarden en llegar -. Con una sola mano, Jaime parecía volar por la habitación, recogiendo a su paso todo aquello que veía.

Solamente tardaron unos minutos en tenerlo todo listo, cuando empezaron a escuchar el sonido de las armaduras de los soldados cerca de la habitación. Por suerte para ellos, el primer lugar en el que les buscarían sería el jardín, dónde la reina les había visto hacía solo un momento. Lo que les daba una única oportunidad para salir de allí sin ser vistos.

- Muchas gracias, Ser Jaime -. Ella le agarró justo antes de abrir la puerta, sabía lo que él se jugaba al salvarla la vida. Él no tendría la oportunidad de escapar de las garras de Cersei.

- Aunque te resulte difícil de creer, podría hacer cualquier cosa por ti -. Dijo el matarreyes, abriendo la puerta y asegurandose que estaban solos en aquel pasillo. Ella se quedó perpleja ante aquella afirmación, no quería creer lo que el caballero acababa de decir, al fin y al cabo, era un Lannister. Pero había algo en el fondo de su corazón que la decía que era verdad.

- ¡Vamos! ¡Ahora! -. Jaime la sacó de sus pensamientos, haciendo que saliese rápidamente tras él.

El camino fue relativamente sencillo, sólo tuvieron que esquivar a un par de criadas que aún no se habían enterado de la cacería que se estaba produciendo en palacio. Cuando por fin llegaron a la puerta que les permitía salir del castillo para buscar un escondite, se toparon con un grupo de guardias, vigilando a todo aquel que salía o entraba.

Ambos se escondieron tras una columna, sabían perfectamente que iba a ser imposible pasar por allí, y ya no había tiempo de buscar otro camino, seguramente todo el castillo estaría repleto de guardias buscándoles... Había que buscar otra solución, y Jaime sabía que debía hacer.

- Mientras yo les entretengo, cuando veas el momento adecuado, sal haciendo el menor ruido posible -. El caballero estaba totalmente seguro de que aquello funcionaría. 

- No -. Sentenció ella - No voy a dejar que te capturen por mí. Su honor no la permitía dejar que aquello pasara. Ni sus sentimientos por el caballero tampoco.

- Cersei no me hará nada, soy algo más que su hermano -. Le costó admitir aquello, pero era la única forma de que Lady Brienne siguiese sus órdenes. -Por favor... ¿Confías en mi?

- Siempre lo he echo -. La expresión de ambos se volvió suave, cariñosa.

Sus manos se agarraron, y Jaime acarició la mejilla de ella. Aquello no iba a ser una despedida, no podía serlo.

- Nos veremos antes de lo que crees -. Bromeó el león - Y acabaremos lo que hemos empezado -. Una sonrisa apareció en su rostro, sabía que aquello no iba a terminar ahí, y eso le reconfortaba.

- Te tomo la palabra, Ser -. Dijo ella. Realmente esperaba volver a ver al caballero, y volver a sentir su tacto de nuevo.

- Ya te lo dije -. Rió él - Llámame Jaime - Y salío de su escondite, dirigiéndose a los guardias.

Éstos, en el preciso instante en el que lo vieron, lo dieron un golpe, tirándolo al suelo. Lo apresaron, y lo volvieron a llevar al interior del castillo.

Just Fire [Fanfic Jaime y Brienne]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang