Capítulo 15

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20 de Mayo de 1389

Intentaba mantener los ojos abiertos, pero era complicado cuando el sueño lo vencía completamente. Nia estaba a su lado, apoyada contra su hombro y sospechaba por su sosegada respiración, que estaba durmiendo.
Por lo que debía mantenerse en guardia. Faltaban pocas horas para el alba, tenía que esperar a que Jungkook apareciera. Tenía que confiar que iba a ser así o iba a volverse loco.
Mordisqueaba sus uñas, tanto así, que tiempo después sólo le quedaba piel para morder. Intentó detenerse cuando sintió el sabor óxido de la sangre.
Todo su cuerpo se puso en tensión cuando escuchó un ruido, alejado pero claro, de ramas moverse. No era la primera vez en esa noche y temía que fuera un lobo, pero el sonido se repitió y sin duda era humano. Pisadas humanas, más de un par, y estaban en un radio de cincuenta metros de él, tal vez más cerca ya que podía escucharlos con claridad.
Se mantuvo firme, pero por dentro temblaba. Todo su cuerpo hormigueaba por el miedo y la anticipación. Esperando. Voces, hombres. Acento de Pyongyang.
Estaban ya cada vez más cerca y aunque Jungkook les había dicho de no internarse en el bosque, esto era un caso especial, por lo que levantó a Nia, indicándole que no haga sonido alguno y juntos caminaron a paso suave por la hierba.
Pero era difícil evitar todo sonido, no veían bien dónde pisaban, por lo que alguno de los dos pisó una rama que alertó a los intrusos. Evitando todo recato, comenzaron a correr cómo si los persiguiera un mal espíritu. Se apretaba al brazo de Nia para no perderla y ella hacía lo mismo con el de él.
Pero se detuvo en seco cuando lo llamaron por su nombre y reconoció la voz. No era Jungkook, pero sí su mano derecha.
Namjoon.
—Es el subcapitán de Jungkook, Kim Namjoon. —le explica, al ver el rostro plagado de horror de Nia al detenerse.
— ¿Confías en él? Podría ser una trampa.
—Jungkook confía en él. Seguro él le dio a Namjoon nuestra ubicación.
Nia se veía desconfiada, había hecho tanto para sobrevivir y reponerse a las adversidades que morir ahora no era una opción viable.
Pero correr, siendo perseguidos por aquellos hombres, tampoco parecía una opción. Estaban cada vez más cerca y aunque estaba reticente a confiar su vida en otro ser, dejó de tirar del brazo de Jin para que avance y dio media vuelta con él para ir rumbo a sus perseguidores.
Antorchas Iluminaban como danzantes bolas de fuego el camino, vio a Namjoon sostener una, sentado sobre el lomo de un caballo. Pudo verlo suspirar de alivio en cuanto vio a Jin y se bajó del animal para saludarlos.
—Es bueno saber que estás vivo, tu hermano mandó a buscarte.
— ¿Está bien?
—Algo magullado, pero vivo.
Jin se sintió más ligero al oírlo. Se dio cuenta de lo apretadas que tenía las manos a sus costados todo ese tiempo y que al oír la noticia, relajó sus dedos acalambrados por la presión que ejerció en ellos por tanto tiempo.
— ¿Su majestad?
Namjoon pudo ahora sí, ver con claridad a la mujer. Estaba sorprendido, pero evitó que la emoción nublara su rostro, colocando una máscara de templanza, saludando con recato. Pero por dentro estaba nadando en la incertidumbre, al darse cuenta de que la esposa de Jungkook era la princesa de Mongolia.
Y no sabía cuánto de ello sabía el general Seong-gye.
—Gracias por haber venido por nosotros, subcapitán Kim.
Él asiente y hace una pequeña reverencia.
—Por las circunstancias, no hemos podido traer un carruaje, pero podemos ir a caballo a buscar el de ustedes. Jungkook me ha dado la ubicación de dónde lo dejaron.
Ambos aceptaron. Uno de los soldados le dejó su caballo a Nia y se subió con su compañero, mientras que Jin, que no sabía montar, se subió delante de Namjoon, que hacía que el caballo avance por la espesura.
Estuvieron varios minutos andando hasta que pudieron ver al carruaje y a el caballo que estaba atado a un árbol. Con ayuda de Namjoon, instaló a Jin y a la princesa en su interior atando su propio caballo en el carruaje, lo puso en movimiento en pocos minutos rodando por el desolado camino mientras despuntaba el amanecer.

Estaba agotado. Tanto física como mentalmente. Le dolía la cabeza, las piernas y las manos, por lo que no se sorprendió de haberse quedado dormido, incluso en la incómoda posición sentado sobre el asiento duro de madera y golpeando su cabeza con traqueteo del viaje. Parecieron pasar horas hasta que llegaron a destino, el cielo era claro como la mañana, pero grandes nubes grises escondían la claridad del día, por lo que Jin no podía determinar bien qué hora era.
Junto con Nia bajaron del carruaje cuando este se detuvo. Namjoon apareció abriendo las puertas y caballeroso, ayudó a ambos a bajar de él.
Estaba un poco sorprendido de no haber vuelto a su casa, esperaba que Jungkook lo encerrase a cal y canto en su casa, por lo que los nervios tensaron su estómago y puede que Namjoon haya visto algo en su rostro, por que le dice:
—Tomamos la villa del ministro Min, por traición. La guardia de tu padre está aquí.
— ¿Y mi padre? ¿Dónde está Jungkook?
—Están en la entrada del palacio, pronto van a atacar.
—Esto está pasando de verdad.
—Sí. —responde Namjoon y con un gesto de la mano hace que ambos entren a la villa. —Jungkook me dio algunas órdenes con respecto a ambos. Necesito que me escuches, Seokjin.
El aludido asiente, un poco nervioso ante la seriedad del castaño.
—Quédate aquí con la princesa, la guardia no va a moverse. En diferentes habitaciones están tus hermanos, las esposas de tu padre y las familias de los ministros más importantes que apoyan el movimiento. Si las cosas no salen cómo planeamos, elegimos la villa Min porque su río tiene el acceso más rápido al océano, para ir a China.
—No voy a huír sin Jungkook.
La solemnidad de su voz, hizo que Namjoon asintiera, entendiendo la completa fidelidad del hombre.
—Tu hermano dijo que dirías eso, pero estos hombres tienen la orden de llevarte al barco si pasa algo malo, quieras o no. No digo que llegue a pasar, le rezo a los espíritus para que ganemos, pero no queremos perder todo si no lo hacemos.
—Yo no...
Namjoon lo corta, no dando pie a la discusión sobre el tema de la huída.
—Tu cuarto es el de la difunta señora Min. —le dice a Seokjin, para luego dirigirse a Nia. —Usted es parte de la familia Jeon, las mujeres de la familia están en el cuarto del viejo ministro. Siga a Sehun, él la llevará allí.
—Gracias. —suelta escueta, pero educada. Saludando a Jin, para después seguir al otro soldado que seguía hasta la sombra de Namjoon. Ambos caminan hasta el final del pasillo, y se pierden de su vista.
—Espero que estés cómodo. Hay algunos sirvientes, si necesitas algo, puedes tirar de la campana.
—Gracias, por todo.
El aludido asiente. Sin más que esa interacción, hace una pequeña reverencia y sale del cuarto, dejándolo sólo.
Era amplio, con varias salas y ricamente decorado, por una mujer claro, pero era elegante y práctico. Estaba seguro que después del cuarto del ministro, ese era el más bonito y era para él sólo, por lo que no pudo evitar pensar que sin duda Jungkook lo había dispuesto allí.
Cansado y queriendo tomar un baño, pero no queriendo llamar algún sirviente, se lavó como pudo con el agua que estaba en uno de los cuartos que servía las veces de vestidor, y se cambió con una de las mudas de ropa que había comprado en el pueblo de la última vez.
Mientras se estaba atando el pelo, un sonido lo distrajo y se quedó en silencio esperando a volver a escucharlo. Así lo hizo.
Atándose el pelo rápidamente, siguió la fuente del sonido que, se dio cuenta, surgía de un pequeño mueble de madera de nogal, que estaba delante de un hermoso espejo de cuerpo entero, que debía ser una de las cosas más caras del cuarto.
Asustado de que fuera una rata, Jin abre una de las puertas, listo para salir corriendo si el animal saltaba sobre él, pero se sorprendió cuando no fue una rata lo que salió de allí, sino un niño.
Pequeño, con ropajes elegantes pero manchados de sangre, tenía el cabello negro como la noche, igual a sus pequeños y alargados ojos, que estaban brillantes por las lágrimas.
Como pudo se puso de pie, tambaleándose. Sus ropas de seda turquesas, lo hacián ver como un pequeño príncipe.

• The King •《Kookjin》[FINALIZADA]Where stories live. Discover now