Como dice el título, este librito es sobre Sarah Stilinski, mi personaje en las novelas que escribí de Teen Wolf que pueden ser encontradas en mi perfil.
Aquí encontrarás escenas previas a su historia, escenas apartes de realidades alternativas, in...
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Derek realmente no sabía cómo sentirse respecto a Sarah. Tanto había pasado desde la primera vez que la vio en el bosque hasta ese momento. Tampoco sabía bien a quién culpar por lo que acababa de presenciar.
Podría decir que es culpa de Jackson, alias el Kanima, que con su impredecible transformación causó un alboroto en Beacon Hills. Culparía a la situación en sí, en cómo por descuido de él, Jackson era una criatura a servicio de otro. También podía culpar a Sarah, pero no le agradaba eso. Ella no tenía la culpa de que él fuera un bueno para nada en la comunicación o tolerancia con personas inexpertas. Podría culparse a sí mismo, por ser cómo es, por odiar no poder ser directo y decir verdaderamente, sin rodeos, lo que ella le hace sentir.
Pero Derek optó por culpar al muchacho. No sabía ni su nombre. Diablos, no sabía ni siquiera que Sarah estuviera viéndose con otro. No podía pretender que después de los pocos intercambios románticos que compartieron, Sarah fuera suya. Ni siquiera le agradaba pensar así, alguien como suyo. Ese era su lado lobuno hablando. Queriendo proteger a la única persona que le hizo sentir algo más que odio en los últimos años.
Así que sí, Derek culpa a ese chico de ojos celestes y pelo castaño. Era más sencillo. Pero la verdad es que tampoco se sentía a gusto. Era entendible por qué ese sujeto encontraría a Sarah interesante. Todo lo que ella hace parece increíble. Y para ser tan joven, tenía tanta sabiduría en sus palabras. Como aquella vez que interrumpió en su guarida, cuando estaba entrenando con Isaac y Erica, que le indicó que debía enseñarles el concepto del ancla antes de otra cosa. Derek no lo admitió en el momento, pero Sarah tenía razón.
Tenerle cerca le hacía ser una mejor persona, considerar ángulos que nunca habría considerado previamente, revaluar sus técnicas y hacerlo mejor. Y por esa razón quería mantenerle cerca. Aunque no era sólo por eso. Se había acostumbrado a su aroma único, a oler cómo tal se endulzaba cuando él se acercaba a ella. Derek sabía cómo Sarah se sentía cuando estaban juntos. Y al principio no lo quiso admitir, porque le aterraba que otra persona oliera así cuando se trataba de él. Por eso, en su primer beso, al embriagarse del dulce aroma de Sarah, lo primero que hizo fue huir. Alejarse de Sarah. La revelación de lo que él sentía respecto a ella fue algo que no se esperaba. Y hubiera deseado tener a Laura con él, ella siempre le ofrecía buen consejo cuando lo necesitaba.
