18/segunda parte.

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Esta era yo. Y estaba haciéndolo sólo por mí.

Sí, claro, estaba arrastrando conmigo a su angelical hijo. Pero probar cosas nuevas era genial. Necesitaba relajarse. Estaba demasiado tenso y sólo parecía preocuparse de los deberes.

Era un adolescente por el amor de Dios. No teníamos mucho tiempo hasta que creciéramos y nos convirtiésemos en aburridos, adultos "responsables".

-¿Hola? -contesté, poniendo el teléfono entre mi hombro y la oreja, todavía tratando de cepillarme los nudos del pelo.

-Hola, cariño -dijo con ese pequeño tono alegre suyo-. Sólo quería llamar y ver cómo estaban chicos.

-Oh, sí, estamos bien, Haneul, Completamente... -Me detuve para echarle un vistazo al Jack Daniels al lado del fregadero-...bien. -terminé mientras dejaba mi cepillo y tomé un sorbo del dulce líquido.

-Genial oírlo. -Pareció dudar un poco durante demasiado tiempo y escuché algunas voces al fondo. Sabía que trabajaba en su oficina en un hospital mental la mayoría del tiempo. En realidad temo que me encierren allí algún día-. Umm, ¿____? -Sacudí la cabeza para deshacerme de los pensamientos y miré mi reflejo-. ¿Jackson ha, ya sabes, molestado a mi chico en algo?

Ah, cierto. ¿Qué pasó con ese imbécil-sexy-chico-malo? ¿Había conseguido ser detenido otra vez?

-Últimamente no lo he visto por aquí.

-Sólo comprobaba. ¿Recuerdas lo que te dije? -Asentí y sonreí, aunque no podría verme.

-Por supuesto, Jungkook está a salvo y siempre me aseguraré de eso. -Con eso, dijimos adiós y colgamos. Me di cuenta de que no sólo Jungkook era mi niñera, sino que básicamente yo era la suya también.

Aunque no me molestaba. Habría hecho cualquier cosa para mantenerlo seguro y alejado de ese chico malo.

Suspirando, agarré el licor y tragué una cuarta parte de él. Dios, estoy jodidamente loca. Tomé mi cepillo de nuevo y continué desenredándome el cabello.

Después de unos segundos, oí la voz de Jungkook justo fuera de mi cuarto de baño, lo que significa que lo más probable era que estuviese en mi habitación.

-Oye, ¿____?

-¿Sí? -respondí, oyendo el más leve eco de mi voz.

-Esos brownies están muy buenos. ¿Son de la tienda o los hiciste?

Me reí tontamente e hice una mueca. ¿Yo? ¿Hornear? Nunca ni en un millón de años.

Incendiaría toda la cocina.

-Ah, no. Nada de eso. En realidad son de... -Esto es cuando dejé caer mi cepillo con un golpe sordo y salí rápidamente del cuarto de baño-. ¡Jungkook, espera!

Me escuchó y se dio la vuelta. Pero ya era demasiado tarde, el brownie estaba en su mano y lo masticaba sin preocupaciones en el mundo.

-Estos están realmente buenos -murmuró mientras gemía y continuaba comiéndolo.

Le observé, pero podría haber parecido que sólo trataba de esconder mi risa, que, lo admito, lo estaba.

-No se supone que te los comieras -mi voz salió ligeramente alta y aguda cuando me puse la mano en la frente.

Genial, ¡comía brownies con marihuana y ni siquiera lo sabía!

-Oh... -ligeramente hizo pucheros y contempló sus manos vacías. Entonces, me miró y se encogió de hombros-. Deberías mantener tu comida guardada y escondida entonces. ¡Nunca puedes confiar en nadie por aquí! ¡Lo juro!

The Bad Girl And The Good Boy• J.JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora