Seamos Felices ¿Quieres? ||Libro I

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Jimin no sabía a qué se refería Yoongi hasta que Suni paso correteando junto a Yeontan eso definitivamente no podía ser y arreglarse tampoco ¿Entonces? suspiró cansado de aquellos pensamientos y abrió la puerta jamás espero verlo de esa manera, sus ojos color almendra tenían pequeñas lágrimas. Se acercó al mayor tratando de tocar su rostro.

—Yoon... —el mayor dió un paso hacia atrás esquivando el suave toque del menor— ¿Qué haces?

—Solo responde una simple pregunta —asintió— ¿Suni es o no mi hija? —el menor lo observaba tratando de analizar su pregunta—. Responde.

—No, no lo es —susurró.

—Mientes, realice una prueba de ADN...

—¡¿Qué tú qué?! ¡Maldita sea Yoongi! ¡¿Por qué mierda no me preguntaste?!

—¡Porque me mentirias como ahora! ¡Idiota! —tal vez si se merecía aquel insulto.

—Yo...

—No quiero oír nada Jimin —se acercó a él y junto sus frentes—. Esto está mal, ambos nos estamos dañando el uno al otro. Merezco alguien que me tenga absoluta confianza —golpe bajo para el menor—. Te mereces a alguien que arregle un malentendido y no lo empeore, nos merecemos ser felices Jimin —el menor solo asentía mientras sentía que su corazón se iba rompiendo aún más, sabía que él tenía razón—. Te enviaré la manutención de Suni, enviaré dinero para su tratamiento. No me verás más aquí, no te diré a dónde me iré.

Dió un suave y corto beso en los labios del menor y se alejó rápido sabía que si se quedaba más tiempo ahí no se apartaría de su pequeño Minnie.
Jimin lo observó irse, cerró la puerta de su departamento tras apoyarse en esta se dejó caer y liberó todos sus sentimientos, no podía controlar sus lágrimas su mundo se derrumbó con las palabras de el pelinegro.

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Dos corazones distintos, dos vidas diferentes pero al fin y al cabo compartían un mismo dolor.