Lazos

5 0 0
                                    


 Por otro lado nuestros amigos (Pukara, Tamitai, Wayna y Zapaki)ya no eran más visitantes, sino parte del pueblo de Kolyapakta. Durante ese tiempo habían adquirido una parcela de tierra, junto ella construyeron una pequeña casita de piedras muy bien pulidas y talladas. Trabajaban arduamente en el campo y con los animales, era cierto que no tenían riquezas y que los frutos de la tierra les costaba un arduo trabajo. Todo era compartido incluso el trabajo. Nuestros amigos eran muy felices, nunca más tuvieron que ir errantes de lugar en lugar. La felicidad desbordaba y no era para menos, nuestra amiga Tamitai estaba embarazada, ya tenía cinco meses; Pukara no cabía en su pellejo, verlo era una dicha, su sonrisa era de par a par. 

Tanta dicha fue contagiada en el pueblo. No había tarde en la que Pukara no tocara aquella barriguita, que le hablara de aquel amor incondicional que tiene un padre, siempre le decía- Escúchame Illari Chaska; aunque no tenga riquezas, nunca te faltara nada, siempre veré por ti, eres lo más bello que la mi vida me dará y ten en cuenta que nunca te faltará mi amor, siempre estaré ahí para ti, aunque todos te den la espalda yo nunca te fallaré, de eso jamás dudes.

Que lindo hablas Pukara dijo Tamitai y continuando decía-sabes Pukara tenerlo aquí dentro de mi vientre es la experiencia más bella de la vida, además no solo contará con tu amor y tu apoyo sino con el mío también- entonce Tamitai le preguntó a Pukara ¿Por qué Illari Chaska? ¿Por qué ese nombre? Si no sabemos si es niño o niña. Pukara con una gran sonrisa contestó: no interesa si es niño o niña solo sé que se llamará Illari Chaska, él siempre será la estrella que guíe nuestros pasos, será nuestro amanecer en los momentos más difíciles, será nuestras ganas de vivir . Que lindo que eres, bueno Pukara tienes que ir a regar la cosecha-dijo Tamitai – sí tienes razón respondió Pukara.

Nuestros amigos muy afanosos de sus trabajos, empezaron a trabajar la tierra, era época de cosecha, Zapaki sabía muy bien su trabajo, él se encargaba de cosechar de la mitad hacia atrás cuando de repente Zapaki dio un grito ¡Pukara!, ¡Pukara! ¡ven rápido!, Pukara corrió hacia Zapaki preguntando- ¿Qué paso?. Grande fue la sorpresa, ya hacia un hombre tirado y herido en medio de la cosecha.

Pukara levantó su cabeza y mandó a Zapaki a traer la alforja de agua . Pero Zapaki no podía encontrar la alforja de agua ya que esta estaba en media de la cosecha. Después de diez minutos lo halló y fue corriendo donde Pukara. Al llegar Pukara le reclamó a Zapaki diciendo- ¡Tanto te has demorado! ¡No te das cuenta que este pobre hombre esta a punto de morir de inanición!. Zapaki por primera vez en su vida no dijo nada.

Al poco rato aquel hombre empezó a dar gemidos de dolor , entonces Zapaki admirado solo pudo decir ¡Mira Pukara todavía esta vivo!-sí tienes razón-expreso Pukara. Zapaki fue por un poco más de agua para así poder lavar sus heridas, lo curaron con algunas plantas medicinales. Aquel hombre casi sin aliento solo sollozó- gracias por salvarme Inti los bendiga, no pensé encontrar hombres tan generosos, gracias, gracias. Aquel pobre hombre ni voz tenía. 

No te muevas, aún estás lastimado, tus heridas podrían empeorar dijo Pukara. Aquel hombre se quedó tranquilo, fue grande el asombro de Zapaki y Pukara al ver aquel hombre y se preguntaban por dentro cómo  había aparecido.

Pukara con perplejidad le interrogó  con una sencilla pregunta:  ¿Cómo te llamas? Aquel hombre respondió Kallpa, me llamo Kallpa, entonces Pukara continuó : sé que no puedes hablar muy bien y que estas muy herido y disculpe que te pregunté, pero ¿Cómo fue que llegaste hasta aquí? ¿Qué ocurrió?

 Kallpa muy bien entrenado relató lo siguiente historia: fue hace ya dos meses, en una noche llena de oscuridad sin luna que alumbrara hubo una reunión a puertas cerradas pero yo no sabía, ya que vivía en el palacio inca como sirviente de los sirvientes, de casualidad escuché como el tirano inca Kurinaka planeaba conquistar todos los pueblos aldeanos a los suyos y hacer crecer su imperio, para así poder seguir llenándose de riqueza a costa de otros, con el dolor y sufrimiento de otros, grande fue mi asombro al escuchar tanta maldad que fui retrocediendo poco a poco, fue entonces que de casualidad choque con el kero (copa real) y todo empezó a sonar, solo di media vuelta y corrí y corrí sin parar, empecé a pisotear todo lo que encontré en mi camino, solo quería huir, quería sobrevivir, lo único que escuchaba era – ¡Máténlo! cada vez que corría sentida volar flechas alrededor mío, muchas veces me lanzaron piedras para así poder lastimarme, algunas me alcanzaron y me lastimaron, no puedo explicar como fue que llegue aquí, solo quise vivir.

Illari ChaskaWhere stories live. Discover now