Capítulo 28

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Se acurrucó contra el cuerpo de él, y recibió los suaves besos del muchacho por su rostro. Ambos seguían en el baño, acostados sobre varias toallas, sin querer despegarse uno del otro.

Piel con piel, sintiendo la tibieza emanar del cuerpo del otro.

—Creo que estarás más cómoda en tu cama —le dijo en un tono bajo, acariciándole la espalda y el cabello.

—Quiero quedarme así contigo.

Sonrió suavemente, y buscó sus labios, para poder besarla.

—Yo también, y en serio, no quería que esto ocurriera de este modo —le dijo mirándola a los ojos—. Tú te merecías algo mejor que esto, que hacerlo en el suelo del baño.

Río bajo, y le dio un corto beso en los labios, antes de volver a acurrucarse contra él, abrazándolo.

—A mí no me importa haberlo hecho aquí, sólo que fue contigo, y me hiciste sentir bien.

—Hubiese querido que fuera más especial, en la cama, con-

—Fue especial, Mai, en serio —le aseguró acariciando suavemente el pecho de él—. Me siento especial contigo, tú eres especial.

—Tú eres especial para mí, y hermosa —sonrió, besando su frente—. Eres perfecta, como Kanat'ma.

Sonrió apenada, y cerró los ojos, apoyando su mejilla contra el pecho de él. Le gustaba cuando él le decía cosas como aquellas.

***

—¡Shana!

—Hola Ila —sonrió la niña, saludando a la pequeña que había conocido en el autobús.

—Pensé que no se habían quedado aquí, no te había visto.

—Es que desde que llegamos, hemos estado paseando —sonrió sentándose junto a la otra pequeña.

—¿Y tu hermana?

—Está allí con Mai —sonrió señalándolos, en una de las mesas de padres.

Ila la observó curiosa.

—¿Por qué tus hermanos están ahí? Ellos deberían estar en otra mesa. Esa es la mesa de papás.

—Porque ellos son como mis papás, y no son mis hermanos. A Mai lo conocimos hace tres lunas, y él siempre ha sido muy bueno con nosotras.

—Ahh —le dijo curiosa—. Pero ellos se miran bonitos.

Shana observó cómo Maizak se miraba con Ayrata, y sonrió emocionada.

—Creo que Ayra finalmente lo aceptó como su pareja ¡Pronto habrá un bebé!

—Ay no, Shana, los bebés no son lindos —le dijo la niña, frunciendo el ceño—. Vomitan, lloran, hacen mucha caca... Y a veces no te dejan dormir por las noches. Mi mamá tuvo mellizos, y créeme, son un dolor de cabeza.

—¿Mellizos? ¡Ay sí! Me gustaría mucho que Mai y Ayra tuvieran dos bebés —pronunció ensoñadora, ignorando todo lo que la otra niña había dicho—. Así nuestra familia sería más grande.

***

La abrazó, y pasó suavemente su mejilla contra la de ella, haciéndola sonreír, mientras la castaña entrelazaba sus dedos con los de él.

—Está Shana, debemos disimular —murmuró ella.

—Lo siento, pero sólo quiero estar cerca de ti, abrazarte, besarte, sentirte. Te necesito —susurró contra su oído, estremeciéndola.

—Yo también —confesó en un tono bajo.

Miró a su hermanita, que estaba jugando con los demás niños del hotel. Se encontraban en la primera reunión, en donde todos se estaban conociendo y haciendo nuevos amigos.

Pero a Maizak y Ayrata no les interesaba conocer a nadie más, sólo estar juntos.

—Podríamos... Subir a la habitación.

Ella levantó la cabeza para mirarlo, y él le sonrió, dándole un beso en la punta de la nariz.

—Rápido, y volvemos antes de que acabe la presentación.

Ella se lamió el labio inferior, y luego lo mordió suavemente, insegura.

—Shana estará bien, está jugando con los niños. No nos iremos mucho, sólo unos minutos... Necesito tenerte —ronroneó.

Lo miró a los ojos, y asintió con la cabeza, tomándolo de la mano. Se acercó hasta la mesa donde estaba su hermanita, pintando un gran árbol de Kanat'ma junto a otros niños, y le dijo que pronto regresarían, que irían a ver a Prurp.

Y la pequeña rubia no tuvo problema, le encantaba el hecho de estar rodeada de otros niños, y poder pintar y hablar con ellos.

Y no hicieron más que entrar al ascensor, que se fundieron en un hambriento beso. Sí, necesitaban esos minutos a solas para poder sacarse todas esas ganas.

***

—Perfecto, mañana te daré la última dosis, y ya no habrán más riesgos —sonrió la enfermera, sosteniendo un algodón sobre el brazo de la castaña, dónde le había puesto la inyección.

—Si estuve con un hombre ¿Cambiará en algo el efecto?

—¿Se cuidaron? Porque incluso la dosis que te di ayer, no fue suficiente para prevenir un embarazo.

—No, él no puede tener hijos. Le hicieron una operación.

—¿Una operación? ¿Vasectomía?

—Sí, eso —le dijo Ayrata, sosteniendo el algodón en su brazo.

—Entonces no te preocupes, no puedes quedar embarazada ¿Es un kanatita?

—Sí ¿Por qué?

—Los hombres humanos puedes contraer y contagiarte de enfermedades, pero un kanatita no. Si vas a tener sexo con un humano, procura siempre usar condón, para evitar cualquier tipo de enfermedad o embarazo. Lo mismo que si lo haces con otro kanatita, para evitar un embarazo —explicó, dándole un folleto y un preservativo—. Esto te explicará cómo utilizarlo.

—Pero yo no voy a estar con otro hombre, sólo con él —pronunció en un tono incómodo, mirando hacia abajo.

—Oh ¿Es tu pareja?

Ella asintió con la cabeza, sin mirarla. En realidad, aquello era algo que no habían hablando con Maizak, pero ella no iba a tener sexo con otro hombre.

—Y-Yo... Tenía una duda.

—Claro cariño, pregúntame lo que quieras —sonrió amablemente la enfermera.

—¿Hay posibilidad de qué podamos tener un bebé? ¿O ya él no puede más tener hijos?

—De forma natural no, él ya no puede. Pero existen otros métodos de asistencia. Si ustedes quieren tener un bebé, pueden ir hasta la clínica que está en la central de la isla. Allí pueden pedir una consulta con un médico especializado en fertilización. Él los evaluará a ambos, y luego les dirá cuál es la mejor opción para ustedes.

—¿Entonces si podríamos tener un hijo?

—Sí, sí él aún produce espermatozoides, podrían tener un hijo mediante inseminación artificial.

Ayrata sabía que Maizak quería tener un hijo, y aunque para ella aún era pronto para pensar en eso, quería tenerlo en cuenta... Tampoco eran nada todavía, ella estaba esperando que él fuera quién se lo propusiera.

...

MaizakWhere stories live. Discover now