↬Capítulo 18↫

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YoonGi le había deseado buenas noches a JiMin.

Sin embargo, él no había
podido pegar ojo. Sus sentimientos hacia el bajito de cabello castaño lo llenaban de confusión.

La adrenalina que le había despertado el incidente del fuego, el hecho de que echaba de menos a Sunny, y el imaginarse a JiMin con su pijama no le habían dejado dormir.

Sí, el castaño era culpable de la situación que había puesto en peligro a su hija, a su hermano y a todo el edificio.
Él le había dicho miles de veces que el contratista era un hombre irresponsable y de poco fiar, pero no había querido escucharlo.

Pero sabía que JiMin nunca lo habría contratado si hubiera sabido lo que iba a pasar.

YoonGi se levantó de la cama y se dio una ducha de agua fría. Irse pronto a la oficina
era la mejor manera de lidiar con lo que el castañito le hacía sentir.
Cuando le había dado el pijama, había tenido que hacer un esfuerzo titánico para no tomarlo entre sus brazos, besarlo, admitir que había entrado en pánico la noche de la fiesta y pedirle una segunda oportunidad para devorar sus carnosos labios y hacerlo suyo sobre la cama fuertemente para escucharlo gemir por más.

Ansiaba dejar tanta charla, tanto forcejeo verbal entre los dos, pero sabía que Park JiMin no era alguien adecuado para algo más de una noche.

Desde la cocina, le llegó ruido de las alacenas abriéndose y cerrándose.
Era mejor acostumbrarse a su nuevo compañera de piso, en vez de huir de la situación, se dijo Min.

Sin embargo, cuando salió al pasillo, no estaba preparado para la visión que lo sorprendió.

JiMin estaba de puntillas, con nada más que la camisa de su pijama, dejando ver el inicio de sus muy apetitosos glúteos, buscando algo en los armarios de la cocina.

YoonGi tosió intentando pasar por alto en calor en su entrepierna. Todavía tenía noventa minutos antes de tener que estar en la oficina.

Podían hacer muchas cosas en ese tiempo.

-Buenos días.

JiMin se giró. Tenía el pelo revuelto, no tenía una gota de maquillaje y seguía estando precioso.

-Ah, ya estás despierto. ¿Hay té?

-Lo siento. Solo tengo café.

JiMin frunció el ceño y arrugó la barbilla y nariz haciendo un tierno puchero, lo que le daba un aspecto sorprendentemente infantil y adorable. YoonGi tuvo que contener las ganas de tomar sus mejillas y presionarlas para darle un beso.

-Me tomas el pelo. ¿Como voy a funcionar sin té?

YoonGi pasó delante de él y abrió el armario donde guardaba las bolsas de café, dejó una de las cajas en el mostrador y llenó la cafetera de agua.

◌Mi Atractivo Vecino◌ || [Yoonmin] Where stories live. Discover now