Capitulo 3

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Los días parecían pasar rápido, pensaba en su sueño, en aquella desconocida chica de ojos azulados, su rostro borroso pero sus ojos, que parecían cristales azúles brillantes.

Sin olvidar aquellas palabras que le había dicho, ¿Será una señal?, ¿estará haciendo las cosas mal?

En el hospital pensó que la había visto, pero hay miles de chicas con el pelo rubio, sería imposible ademas solo fue un sueño. Los sueños no están ligados a la realidad después de todo.

Sentía que estos pensamientos no se irían, pero con el paso de los días se fueron, mientras se adhería a su rutina fue olvidando lo que por momentos le quemaba la cabeza.

Había pasado una semana, era lunes. El cielo se encontraba despejado, parecía que iba a ser un buen día después de todo.

Pero para él todos los días se sentían vacíos por alguna razón, a veces se preguntaba cómo es que tenía la fuerza de ir a la escuela, concentrarse en lo que estudiaba y luego tener que ir a la cafetería a trabajar.

Se levantó dormido de su cama, apoyó sus pies descalzos en el suelo frígido de su habitación, sintió un lígero escalofrío, su cuerpo estaba caliente por las sábanas de su cama pero ahora al levantarse instantáneamente sintió frío. Por eso agarró un buzo donde tenía guardado en su placar y se calzó con unas plantuflas de color marrón, estaban algo desgastadas pero no le importaba. Ya no era tan amante de comprarse cosas para él. Después de todo trataba de que todo lo que ganaba en su trabajo de doble turno quede para los remedios, tratamientos y la operación de su madre.

Era complicado pero aún así lo intentaba todos los días.

Bajó para ir al baño, lavó su cara, peinó su pelo castaño claro y salió derigiendose hacía la cocina para preparar su desayuno. Fue algo simple, un café con unas galletas dulces en esto caso tenían chispas de chocolate.

Ahora se encontraba desayunando mientras miraba la televisión, un canal que pasaban documentales de animales, ni siquiera le prestaba atención su mente pensaba en otra cosa.

-Buenos días...- Saludó bostezando Will. Su rostro era evidente de ojeras, al parecer no estaba durmiendo bien. Y quería preguntarle por qué pero no sé animaba.

¿En qué momento se volvió tan cerrado y tímido con su propia familia?

Era algo que no sabía responder.

- Buenos días...

- ¿No se te hace tarde?, Son las siete y media.

- Estoy en mi último año, sé como llegar aunque sean las...ocho en punto. - Dijo bromeando un poco. Will sacó una pequeña risa.

- No tienes remedio...- Aquel se asomó la cafetera había un poco más de café y no lo desperdiciaria, después de todo Will amaba el café con su vida. - Ah, siempre me olvido, ¿Ya pensaste que vas a estudiar y en dónde?

Hiccup tomó un sorbo de su taza.
- Sí. Profesorado en artes. Aunque estoy pensando en un plan b, por si acaso. - Le dió otro sorbo terminado el café, dejándolo en el lavamanos. -Pero no sé en qué universidad.

- Bien. Aún tienes tiempo, después de de todo estamos recién en abril. - Odiaba pensar en el tiempo, y pensar en su graduación de secundaria lo destruía por qué pensaba que su madre estaría ahí viéndolo recibir el diploma sin embargo tuvo que pasar esa primavera, ese 29 de septiembre de 2019. Aquella fecha que lo hunde por qué le recuerda, que su madre estaba muriendo lentamente y él no podía hacer nada.

No podía hacer nada por qué aún no tenían el dinero suficiente para pagar la operación del tumor que tenía en su cráneo.

- No elegiré una lejos ni tampoco privada si es lo que quieres saber.
- No sabía a cual ir porqué la mayoría eran lejos, no le daría tiempo para llegar a trabajar. Los gastos que haría en tomar el autobús ya que Will tenía el pensamiento de vender el auto para más ahorros, cosa que no le reprochó. Pero aún así, tenían que ahorrar lo máximo posible.

Sin almaWhere stories live. Discover now