Capítulo 10: Estigma ardiente.

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Para cuando llegaron al hotel, sintieron que había pasado un siglo

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Para cuando llegaron al hotel, sintieron que había pasado un siglo. El ascensor fue más lento de lo que pensaron y la suerte de ellos fue que solamente los acompañó una bonita beta, quien era incapaz de percibir el aroma que desprendía el alpha.

Craig estuvo sudando, su cuerpo tuvo algo así como un calentón y su erección palpitaba, le dolía porque no aguantaba otro momento más cautivado. Tweek sabía lo que se venía, Stand les había dado la orden de permanecer juntos la noche, pero por otro lado... Tweek reconocía las consecuencias. Él sabía que aparearse traería muchas cosas. Tweek es demasiado joven aún para estar...

—Hueles rico —Craig usó un tono burlón al susurrarle al oído, quien el receptor se estremeció, arqueando la espalda y apretando los labios—. Hueles como si quisieras que te folle.

Oh mierda, al omega le encantaba ese vocabulario, ¿qué le estaba sucediendo a Craig? ¿Acaso son tan agresivos los alphas en su momento del celo? Al parecer sí. Apretó con brusquedad la cintura de su novio y hundió su rostro en el cuello del mismo, besándolo lentamente y simulando darle una mordida, como practicando en qué lugar quedaría mejor su marca. La mujer que los acompañaba los ignoraba mientras usaba su celular, pero estaba un poco nerviosa debido a que no sabía qué podían hacer esos dos ahí mismo.

Tweek jadeó, sellando su boca con sus manos, ladeando su cabeza a la izquierda para sentir con mayor satisfacción la lengua del moreno explorando la parte lateral de su cuello. A continuación cerró sus ojos y su mano se dirigió en la firme protuberancia de su acompañante, podía sentir la humedad sobre el tejido de la tela del pantalón, frotándolo y eso le exaltaba. Sus dedos se humedecieron a través de ese líquido preseminal y al sentír una de las manos de Craig manosear su glúteo derecho —deseando introducir uno de sus dedos en su entrada por encima del pantalón—, Tweek se llevó un dedo en su boca, saboreando el presemen que desprendía el alpha.

Fue el justo momento para que la entrada de Tweek empezara a humedecerse.

—Me encanta tu olor, me fascina tu cuerpo, maldita sea —gruñó, causándole un espasmo en toda la anatomía del más menor. Emanó feromonas hacia al omega para involucrarlo en su sistema, para marcarlo con su olor y que se sintiera seguro de lo que hacía.

Mordió su lóbulo del oído en el justo momento que la puerta automática se abrió.

Craig lo agarró del brazo y salió junto con él. Tardaron unos minutos en llegar al respectivo cuarto puesto que el alpha se detenía cada minuto para besar al rucio y tocar sus partes íntimas. Abrió la puerta brutalmente y luego la cerró de la misma manera, buscando a continuación la mirada de su omega. Se desabrochó el botón de su pantalón y se acercó luego a su acompañante, quien respiraba desesperadamente. Lo sujetó de la cintura y lo cargó, atrapándolo entre la pared e iniciando una gran cantidad de besos. Primero el ósculo fue originado en sus labios, Craig introdujo su lengua y luego mordía el labio inferior del omega con cuidado. Después el mayor empezó nuevamente a propinarle varias lamidas en su cuello, otorgándole varios chupones el cual complacían febrilmente al rubio.

Más que amigos |Creek| •Omegaverse •AUWhere stories live. Discover now