3

3.7K 157 15
                                    

Día del atraco. 11.00 pm. Edificio del Banco Hispanoamericano, plaza de Canalejas.

Todos los años, el Banco Hispanoamericano, organizaba una fiesta con diferentes personalidades nacionales e internacionales.

Viena desciende de un coche negro con un impresionante vestido rojo y labios del mismo color, su acompañante, Amsterdam, vestía un frac negro y una corbata roja que hacía juego con el vestido de Viena.

Vestidos de camareros, Nairobi y Singapur, se adentran por la puerta de las cocinas, donde espera Helsinki vestido de pinche de cocina.

Viena se encuentra directamente con Rio, que fingiría ser su guardaespaldas y, dentro, está esperando Tokio como azafata del evento. El Profesor no asistiría a este atraco, está en la azotea de uno de los edificios cercanos y con el chiringuito montado en el sótano, a su lado está Raquel, Lisboa, que observa a Viena con unos prismáticos.

Amsterdam toma la mano de Viena y ambos entran al edificio.

La seguridad los detiene y les piden las identificaciones. Algunos parecen reconocer a Amsterdam y Rio pero no reconocen a Viena.

—Sono Adrienna de Luca ¿hay algún problema?—el guardia toma la identificación de Viena y comprueba que es quien dice ser.

Viena mira a Tokio y le hace una caída de ojos, ella saca una tarjeta identificadora y roba una carpeta de una de las mesas. Se acerca con andares elegantes a sus compañeros y con una sonrisa.

—¿Señor y señora de Luca?—Amsterdam asiente con una sonrisa, el guardia entrecierra los ojos y Tokio levanta la identificación.—Signiore y signora de Luca, disculpe a la seguridad. Estarán sentados en la mesa diez, acompáñenme.

Tokio toma una caja y ambos dejan el teléfono, todos los invitados están obligados a hacerlo.

El guardia de seguridad tarda un par de segundos en reaccionar pero los deja pasar.
Amsterdam pulsa un botón de su reloj y manda una señal al Profesor de que han entrado. Tokio los dirige a la mesa y Viena comienza a codearse con los altos dirigentes. Rio y Tokio se meten en un baño y se cambian la ropa a un mono rojo y una máscara de Dalí.

Nairobi va sirviendo copas de champán. Se acerca a Viena y Amsterdam y les tiende la bandeja con las copas. Amaterdam asiente, dándole a entender que el plan puede continuar, y ella sonríe. Nairobi sirve unas cuantas copas más, hasta que la bandeja se queda vacía, y va a ponerse el mono rojo. Por el camino se encuentra con Tokio y Rio, que ya llevan las armas.

En la cocina, Helsinki, ya ha echado a todos por una alarma de incendios. Termina de ponerse la máscara y sale a fumar un cigarro, Lisboa lo ve y mira al Profesor. El plan está saliendo bien.

—Por qué Singapur no nos trae las pistolas.—susurra Amsterdam mientras toma a Viena por la cintura.—Están todos aquí, tenemos que empezar ya.

Viena dirige la mirada a Singapur, aún le quedan muchas copas por dar. Un grupo de hombres no tiene nada de beber en las manos, Viena se dirige decidida hacia allí y Singapur la sigue desde la distancia.

—Buenas noches, señores.—saluda Viena con una sonrisa. Fuerza el acento, haciéndoles ver de dónde es.—Soy Liese Bachmann, la secretaria del embajador alemán.

—¿Viene de acompañante?—pregunta uno mientras guiña un ojo a Viena.

—Ojalá, señor embajador.—Viena lo conoce, es Ludovico Fratelli, el embajador italiano en España.—El embajador ha tenido que marcharse repentinamente y me ha pedido que me quede al cocktail como su representante.

Viena | LA CASA DE PAPELWhere stories live. Discover now